Shakespeare no pudo leer las obras de Freud y tantos psicoanalistas por motivos obvios de temporalidad. Por el contrario, Freud y sus seguidores, han hecho verdaderos análisis y hallazgos excepcionales en las obras de Shakespeare. Es curioso cómo están cargadas éstas, de las explicaciones que esa escuela psicodinamica nos descubre y categoriza. Es la magia de las buenas obras clásicas, cuando son leídas y estudiadas por personas cultas, que manejan buenos métodos de investigación.
El fenómeno es conocido. Cada espectador vive, interpreta, recibe, lee mensajes y significados diferentes en el mismo significante, que es una buena obra, como Hamlet… la riqueza de la caja de “Pandora”… la individualidad y el entender subjetivo de cada lector, en cada etapa de su vida y en cada momento de su desarrollo personal e incluso emotivo, las diferencias en inteligencia y sensibilidad… Hacen que su interpretación, su recepción y descodificación del mensaje sea diferente, personalizada, única.
Cuando leemos Hamlet, desde nuestra simplona y acomodaticia moda posmoderna, nos decimos…¡Que fácil seria para Hamlet hijo, desatender y superar esos resquemores y suspicacias de poca lógica sobre la extraña muerte de su padre y vivir el presente agradable y bondadoso que le presenta su situación de heredero y príncipe de Dinamarca!.
Por el contrario, Hamlet, poco a poco y cada vez mas, desconfía, piensa, roe las insanas y sutiles aprensiones de que su padre ha sido asesinado, de que el asesino es su tío, de que le han quitado no solo a su padre, sino también a su madre, a su corona… Y al fin se materializa el presentimiento en espectro, la sospecha en “aparición” compartida por otros “amigos” afines…
Cuando Freud, el genial observador de la psicología y de las patologías humanas, leyó y releyó la magnifica obra, se dio cuenta de que encerraba un drama personal del autor… y supo vincularlo con extrema agilidad al nombrado por Sigmund Freud, Complejo de Edipo.
De esta extraordinaria manera se abre la compleja situación de Hamlet al buen analista… Ahora se entiende que no “podía” ver el crimen ya que él mismo lo tenia inconsciente por las fuerzas represoras de un Súper-Yo que aun no habían madurado suficiente… Y empezamos a comprender como critica y desprecia a su madre… ya que se siente “traicionado” el mismo, más que su propio padre… y tantas otras explicaciones...
La duda es clara… ¿Cómo puede matar al que ha realizado lo que sus impulsos edípicos le reclamaban a él mismo?... El desenlace es trágico y no puede ser de otra manera, saltará en esa evolución a la sexualidad adulta frente a la tumba de Ofelia… matará a todos y tiene que morir para reorganizar su conciencia como ya nos apuntaba en el acto tercero…
Shakespeare fue maravillosamente sagaz…
Freud nos sorprende hasta la medula de nuestros conceptos…
Hamlet es la tragedia más compleja y más bella jamás escrita…
Escrito por: Javier Morera
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