martes, 25 de noviembre de 2014

EL SUEÑO DE LA RAZÓN CREA MONSTRUOS; EL HUMO LOS DISFRAZA


Al alba del 7 de diciembre de 1941, el cielo amaneció brillante sobre Pearl Harbor. Pocas horas después, densas fumarolas lo oscurecieron por completo, y también el mar, el sol, y hasta las palmeras quedaron anegadas por ellas.

Los que se habían acostado entre ilusiones de futuro y melodías hawaianas, se levantaron con el estruendo de torpedos y explosiones. El humo empezó a elevarse, negro y espeso como la sombra de un gigante. Yamamoto, comandante de la flota japonesa, dice en esas magníficas películas de guerra tras el ataque japonés a la Flota del Pacífico: “Me temo que lo único que hemos hecho es despertar a un gigante dormido”. El gigante era la guerra, y despertó en Pearl Harbor. Su sombra se empezaba a proyectar de manera portentosa sobre el cielo, negra… muy negra.

¡Cuántas ideas e ilusiones, cuantos amores, amistades e inquietudes… cuántas vidas se esfumaron entre aquellas columnas de humo! Toda la alegría que iluminaba los cielos y playas de Hawai, se transformó en el terror y la amargura que ennegreció los mismos cielos y las mismas aguas… todas las emociones ardían y se consumían… se hacían humo. ¡No nos engañemos! En Pearl Harbor no se hundieron barcos, no seamos tan materialistas… los barcos no son nada, ¡hierro, cables, chatarra… dinero! No, en Pearl naufragó la esperanza de millones de personas que creían en la paz, por que en aquellos años en que aún vivía en la memoria el drama de la Gran Guerra, la gente confiaba en la paz para siempre… ¡no habían muerto en vano todos aquellos valientes en las trincheras de Francia, sus padres y amigos, hacía solo veinte años!…

 El 7 de diciembre de 1941 aquella esperanza se perdió, se volatizó, se hizo humo… un humo tan negro que ni los pilotos japoneses podían ya acertar a distinguir sus objetivos desde los rápidos Zero. Eso fue Paerl Harbor, el fin de la utopía. La razón había estado dormida… las bombas podían haberla despertado para alertar del peligro, pero el humo la cegó. Porque mientras existan imperios, existirá una guerra, y siempre volverá la guerra. Los que no volverán son los casi 2000 marineros que permanecen en el interior del USS Arizona. Volvieron a reflotar casi todos los barcos, pero aquellos valientes que marcharon a Europa y murieron en las playas de Normandía, esos no volverán a levantarse.

Muchos, recuerdan aquel 7 de diciembre como una fecha infame, pero lo realmente infame fueron aquellos anuncios patrioteros que, cebándose en la desesperanza que ocasionó el ataque, alentaron a un pueblo a luchar. Lo realmente infame es que, mientras un puñado de capitalistas y militares creaban guerras para aumentar su poder, echasen mano de los románticos para que las hicieran por ellos… para eso nos quieren, en eso nos emplean, así morimos.

¡Ah, no!, espera, es verdad: que los japoneses, de acuerdo a su expansión imperialista, atacaron al corazón de Estados Unidos, y había que defender la democracia y la libertad, es verdad… perdón, es que olvidaba que, dentro del proceso de expansión imperialista de los EEUU, Hawai había pasado a formar parte del territorio nacional en 1898, ¡qué despiste memorístico!


Escrito por: Eloy Morera


sábado, 22 de noviembre de 2014

LEIDOS


Y una vez más hicimos evaluación. Los que hemos recibido formación en ciencias sociales debemos someternos a procesos de medida, de comprobación, de evaluación… Se nos enseñó que podría ocurrir que lo hiciéramos todo bien… con títulos y protocolos adecuados, con las técnicas idóneas, en su tiempo y forma… con la mejor de las intenciones… pero que no resulte la solución adecuada… que no se consigan los objetivos… que no se alcance la meta propuesta… que no se logre el fin…

Algunos miden producción… nosotros hemos seguido el calendario… otros miden calidad… nosotros hemos leído libros y autores estupendos, reconocidos… Hay quien mide cantidad de lectores… y en eso somos pocos… siempre los mismos… lo peor es cuando te planteas medir lo que hemos aprendido… lo que sabemos… lo que ya tenemos claro… los libros nos ayudan a entender cada vez menos estas manadas de rebaños de personas grises que van corriendo siempre pero no llegan nunca a ninguna parte…

Leemos… somos leídos…
El leer hace que te plantees estas sociedades del rebaño…
Por esto te decimos… en vez de beee… beee...    mejor… lee… lee…
¡¿Si todavía existes?!...



Escrito por Javier  Morera  Betés

miércoles, 19 de noviembre de 2014

EL SIGLO DE LAS CALABAZAS


El año 2012 leímos en nuestro “Rincón” del ciclo de filosofía y vida, el libro de Fisher, “El Caballero de la Armadura Oxidada” y nos pareció un cuento muy fácil y simpático para pensar en muchos de esos “puntos negros” que los psicólogos llamamos crisis y que debemos ir superando por nuestros devaneos y devenires…

El pasado 2013 lo retomamos con “El Regreso del Caballero de la Armadura Oxidada” y nos planteamos algunos de los problemas que surgen en las familias de los Caballeros de A. O….

Y este año, con Rosetta Forner, nos hemos introducido en la gran plantación de calabazas para Caballeros de A. O que ha sembrado esta “coach” desde el inicio de este siglo.

Un par de citas de este libro pueden ser claras introductorias a su imprescindible lectura para los que buscan el intento y consecución de tratos sociales y/o afectivos… y, por otra parte, les animo a los tantísimos aficionados y forofos de ese difícil y tan erudito arte de la cocina, tan de moda en nuestros días, a que aprendan a “condimentar” calabazas, ya que se esperan grandes cosechas y las tendremos en todas las esquinas y niveles en clara y franca promoción…

“Toda decisión puede ser rectificada
Toda decisión puede ser divorciada”.
En: Cap. 1 de la primera parte de La Reina que dio Calabazas…

“A veces, uno se casa, en su primer matrimonio con las lecciones incompletas de su incosciente”.
En Cap. 5 de la primera parte de La Reina que dio Calabazas…

(Eva, repartiendo calabazas…)


Escrito por: Javier Morera

miércoles, 12 de noviembre de 2014

COMO SIEMPRE…


Cuando nos ponemos a leer los libros de la Interminable Historia de “Harry Potter” nos vamos metiendo poco a poco en esa serie de aventuras que el niño “normal y corriente” debe ir descubriendo y superando por ese extraño túnel de la adolescencia…

En la lectura somera, para los mas menguados que se ponen a leer, que resultan mucho menos menguados que los que no se ponen ni a leer y menos estos “libros para chicos”… nos aparecen historias e historietas, aventurillas, cotilleos… situaciones chistosas y comunes en la vida actual, en la vida de siempre y enredos que la “magia” aun complica mas…

En una lectura mas concienzuda, mas atenta, mas intelectual… te planteas… ¿Por qué les atraería tanto estos libros a los jóvenes?... y comienzan a aparecer algunas explicaciones… Harry, desde el primer libro… cuando busca la “Piedra Filosofal”… se encuentra con el problema de todos… debe ser él… se siente diferente, único, mágico… aparecen los amigos y su fuerza en las pandillas… los valores competitivos del deporte, los engreídos y asfixiantes enemigos que pretenden anularnos en la nada… los súper profesores como Dumbledore, que lo sabe todo y le deja superar solo los problemas para hacerse un adulto…

Pero si te dedicas un par mas de neuronas y seis o siete segundos de ese tiempo que derrochas en sandeces para analizar mas y mejor estas sagas… un universo de sentidos, de símbolos, de claves psicodinamicas comienzan a emerger y surgir por doquier en estos capítulos… el miedo, la soledad, el mito del nacimiento del héroe, el mal que siempre nos ronda y tienta de forma bíblica… las pasiones que nos acechan desde las cámaras secretas… los sacrificios de nuestros padres… y siempre el innombrable… dispuesto a esclavizarnos, a chupar nuestra sangre… a robarnos el alma para su único beneficio…

Estamos en los cuentos de siempre… como siempre… mas palabras… ambiente mágico… desde Inglaterra… con soltura femenina… escrito… pero muy cercano a los cuentos de mi abuela… que tanto bien me hicieron… y NO a los cuentos de políticos y charlatanes que tanto nos perjudican… para robarnos el voto y /o el dinero…


Escrito por: Javier Morera

martes, 4 de noviembre de 2014

POSIBLE, FRECUENTE, PROBABLE…


“Me arrellané sobre los cojines del asiento, dando chupadas a mi cigarro, mientras que Holmes, con el busto adelantado y marcando con su largo y delgado dedo índice sobre la planta de la mano los puntos que me detallaba, me esbozó los hechos que habían motivado nuestro viaje.”
En: “Estrella de Plata” de Conan Doyle

También nosotros nos arrebujamos en estas primeras tardes de otoño brumoso, como cada año, para dejarnos conducir por Holmes o mejor dicho por Conan Doyle…y por su graciosa lupa, para alumbrar en sus relatos, esos caminos de lo posible que al principio nos dejan perder en avenidas de lo frecuente como un típico investigador del prestigioso Scotland Yard… pero que luego nos arrincona en callejones sin salida, en ciénagas de esa sociedad victoriana que tenia su exterior muy ordenado y legal, pero que bajo sus múltiples capas de preciosa lana cheviot, ocultaba unos egos tan egoístas, tan infantiles, tan poco maduros y sensatos como cualquier otra época y cultura…

Los trenes podrían ser puntuales, los relojes exactos y el té a las cinco… pero las miserias humanas seguían corriendo por muchas vidas y callejuelas…

Y Holmes sigue filtrando lo posible, lo probable, lo frecuente y lo aparente, hasta llegar al núcleo del crimen, que es el oscuro deseo de un incontrolado humano producto de una educación tan rígida como equivocada… donde hay mucho de imperio y poco de afecto, mucho de norma y poco de confianza, mucho de miedo y poco de comprensión…

Tal vez podríamos cambiar la frase tópica de Holmes y decir… humano, querido Watson, elementalmente humano…


Escrito por: Javier Morera