viernes, 27 de diciembre de 2013

VÍCTOR HUGO SABE MUCHO


Dicho sea de paso, el éxito es una cosa bastante fea. Su falso parecido con el mérito engaña a los hombres. Para la multitud, el triunfo tiene casi el mismo rostro que la supremacía. El éxito, éste equivoco del talento tiene una víctima a quien engaña: la Historia. Juvenal y Tácito son los únicos que de él murmuran. En nuestros días, ha entrado de sirviente en casa del éxito una filosofía casi oficial, que lleva la librea de su amo y hace oficios de lacayo en la antecámara. Tened éxito: tal es la teoría. Prosperidad supone capacidad. Ganad a la lotería, y sois un hombre hábil. Quien triunfa es venerado. Naced de pié, todo consiste en esto. Tened suerte y tendréis el resto; sed felices y os creerán grandes. A parte de cinco o seis excepciones inmensas, que son la luz de un siglo, la admiración contemporánea no es sino miopía. Se toma lo dorado por oro. No importa ser advenedizo si llega el primero a su objeto. El vulgo es un viejo Narciso que se adora a sí mismo, y que aplaude todo lo vulgar. Esta facultad enorme, por la cual un hombre es Moisés, Esquilo, Dante, Miguel Ángel o Napoleón, la multitud la concede por unanimidad y por aclamación a quien alcanza su fin, sea quién fuere. Que un notario se transforme en diputado; que un falso Corneille haga el Tiridates; que un eunuco llegue a poseer un harén; que un militar adocenado gane por casualidad la batalla decisiva de una época; que un boticario invente las suelas de cartón para el ejército del Sambre-et-Meuse y acumule, con el cartón vendido por cuero, una fortuna de cuatrocientos mil francos; que un buhonero se case con la usura, y tenga de ella por hijos siete u ocho millones de los cuáles él es el padre y ella la madre; que un predicador llegue con su gangueo, a ser obispo; que intendente de buena casa, al salir del servicio sea tan rico que se le haga ministro de Hacienda; no importa: los hombres llaman genio a esto, lo mismo que llaman Belleza a la figura de Mosquetón, y Majestad a la tiesura de Claudio. Confunden con las constelaciones del abismo las huellas estrelladas que dejan en el cieno blando de un lodazal las patas de los gansos.”

Fragmento del capitulo XII del primer libro de la primera parte de Los Miserables de Víctor Hugo (1862)

Esta semana para terminar nuestras sesiones del año 2013… hemos disfrutado de la pluma de este gran pensador francés del XIX…
Cómo habréis podido comprobar, además de otras muchas cualidades tuvo la de ver claro y decir claro las diferencias entre el Éxito, aclamado por el vulgo y la fama, y el Mérito… que es el verdadero valor de alguien por algo… Aún cuándo no llegue a conseguir su fin o consiguiéndolo no llegue a ser apreciado por las masas… ¡buen autor, buen libro, buen párrafo!!… Para terminar un año de buena crisis… de gentes de éxito que no de mérito…



Escrito por: Javier Morera

lunes, 23 de diciembre de 2013

FELIZ NAVIDAD

Para felicitaros la Navidad, os dejamos en este post el enlace a una sencilla presentación que contiene las fotografías y citas elegidas entre nuestros asociados, para recordarnos momentos y lecturas que han tenido lugar durante este inolvidable año 2013…
¡Ya podemos ir preparando lo que nos representará en el 2014!

¡Mucha felicidad entre libro y libro!





miércoles, 18 de diciembre de 2013

LA ÚLTIMA LECCIÓN DEL AÑO



Tengo un problema de ingeniería.
Si bien en general me encuentro en un estado de forma estupendo, tengo diez tumores en el hígado y solo me quedan unos meses de vida.
Soy padre de tres niños pequeños y estoy casado con la mujer de mis sueños. Aunque me resultaría fácil compadecerme de mi mismo, no les haría ningún bien, ni a ellos ni a mí.
De modo que ¿a qué dedico el tiempo tan limitado que me queda?
La parte evidente es la que consiste en estar con la familia y cuidar de ella. Ahora que todavía puedo, disfruto de cada momento que paso con ellos y me encargo de los detalles logísticos para allanarles el camino para una vida sin mí.
La parte menos evidente es como enseñarles a mis hijos lo que les hubiera debido enseñar a lo largo de los próximos veinte años. Son demasiado pequeños para esas conversaciones. Todos los padres quieren enseñarles a sus hijos la diferencia entre el bien y el mal, lo que es importante de verdad y como enfrentarse a los retos que les planteará la vida. También queremos que conozcan anécdotas de nuestras vidas, a menudo para mostrarles como vivir las suyas propias. Mis deseos en ese sentido me impulsaron a dar una “Última Lección” en la Carnegie Mellon University.
Esas lecciones siempre se graban en video. El día que di la mía tenía claro lo que hacía. Con la excusa de una charla académica, intentaba mantenerme en una botella que algún día la marea dejaría en la playa para mis hijos. De haber sido pintor, les habría dejado una pintura. De haber sido músico, habría compuesto música. Pero soy profesor. Así que di una clase.
Hablé de la alegría de vivir, de cuanto valoraba la vida incluso a pesar de que me quedara tan poca. Hablé sobre la honradez, la integridad, la gratitud y otras cosas que aprecio. Y me esforcé muchísimo en no resultar aburrido.
Para mí este libro significa un modo de continuar lo que empecé sobre aquel escenario. Como el tiempo es precioso y quiero pasar todo el que pueda con mis hijos, le pedí ayuda a Jeffrey Zaslow. Cada día me doy un paseo en bicicleta por el barrio porque el ejercicio es crucial para mi salud. Así que hablé con Jeff por los auriculares del móvil durante cincuenta y tres largos paseos en bici. Luego él invirtió innumerables horas a ayudarme a transformar mis historias –supongo que cabría llamarlas cincuenta y tres “lecciones”- en el libro que sigue a continuación.
Desde el principio supimos que nada de todo esto puede reemplazar a un padre vivo. Pero la ingeniería no trata de soluciones perfectas, sino de hacerlo lo mejor posible con recursos limitados. Tanto la charla como este libro representan mi intento de conseguir exactamente eso.
Randy Pausch


Esta semana terminamos con este libro impresionante de “LA ÚLTIMA LECCIÓN” de Randy Pausch, nuestro ciclo de Filosofía y Vida… por este año…

Nada me ha parecido más claro y más serio para comentar nuestra cita en este Blog que la propia introducción que el autor hizo a su obra… Me he limitado a copiarla… cómo me gustaría saber aprender tantas cosas buenas de este profesor que nos dio la lección con su ejemplo…

Copiado por Javier Morera Betés

miércoles, 11 de diciembre de 2013

TODAS LAS CANCIONES ME HABLAN DE TÍ



En la sesión de este jueves hablaremos de la novela “Todas las canciones me hablan de ti”. Novela que habla sobre el amor, sobre las locuras y atrevimientos que podemos hacer cuando queremos a una persona. Capaces de viajar continentes por una persona, dedicar canciones o incluso intentar escribir libros en forma de homenaje como escribió el gran escritor francés Alejandro Dumas.

Dumas que empezó una de sus célebres novelas con una frase tan demoledora como cierta; solo es posible crear personajes cuando se ha estudiado en profundidad a los hombres. Fue en realidad lo que hizo transformando en personaje de ficción a su amada Marie Duplessis, llamándola Marguerite Gautier tan conocida como la dama de las camelias. Ficción de la que pasaría a ser inmortalizada durante épocas y épocas.

En esta novela que trataremos no hay damas, ni tampoco camelias, tan solo hombres y mujeres que podemos conocer en cualquier rincón, o vecindario. Con problemas actuales, siendo el amor, ese sentimiento de culpa tan complejo como sencillo, desencadenante principal de los hechos.

Un amor no correspondido, unido a la lucha de ese trocito de felicidad que algunos de ellos han hecho todo un mundo. Lucha en algunos casos perdida, postergada a años de ostracismo que en ocasiones una chispa es capaz de resucitar.

Los protagonistas Javier, Miranda y Natalia formaran el reparto de personajes que desde su punto de vista nos expresan sus sentimientos formando una trama difícil de despejar.


Escrito por: Chema Bernal

miércoles, 4 de diciembre de 2013

MATAR EL TIEMPO O AVIVAR LA PERSPICACIA




Leer a Conan Doyle en sus “Aventuras de Sherlock Holmes” es para algunos una forma de pasar el rato… es distraerse o incluso le llaman “matar el tiempo” que suena a sacrilegio en nuestra sociedad “ocupadísima” y “estresada”…
Pero otros creemos, sin ser devotos de este sir inglés, que sus obras no son tan “absurdas”… primero nos alientan a leer, que no es poco; luego nos describen paisajes, personas y situaciones que son desde bellas y pintorescas hasta típicas y emotivas… pero mas allá de esto, nos dan lecciones de sensibilidad, de observación, de intuición y de métodos perceptivos y analíticos… no diré deductivos, ya que no lo son en su mayoría, pero sí nos “inducen” a pensar… a buscar explicaciones, a razonar, a investigar y a trabajar con todas las lupas y detalles que podamos recolectar…
¡Qué diferentes estos métodos a las chapuzas y las groserías de otras “diversiones”!... ¡Qué diferentes a las modas de “todo vale”, “que más da”, “es para unas prisas”!... Si nos metemos en la piel de Watson cuando admira a Holmes, nos encontramos con el alumno Doyle que admiró a su profesor, nos encontramos en el niño que admira a su padre… nos encontramos con el neófito que aprende de su maestro…
¡Cómo nos gustaría a muchos que nuestros profesionales de la policía, de la medicina, de la justicia, de la Historia, de la economía… de cualquier ámbito tuvieran la perspicacia y el tesón de Holmes…! ¡Cómo desearíamos que tuvieran su lupa, su inteligencia, su buen ánimo para esclarecer y para comprender…!
Pero me parece que sería mejor recurrir al oráculo de Delfos o a los posos de café… que son más rápidos y más de nuestra idiosincrasia mediterránea…
Bueno… y dicho esto, me voy a comprar lotería que es Navidad…




Escrito por Javier Morera Betés