martes, 27 de mayo de 2014

UNAMUNO Y STAMATEAS


Este jueves nos citamos con un libro que hace “moda” desde unos años atrás y con sus tapas amarillas y llamativas nos salta por unos pocos euros de las librerías a las mesillas de noche… Y nos encontramos a miles de sumisos “maltratados” lectores que se conforman con el Mecanismo de Defensa del Yo de “Racionalizar” sus muchísimos “malos ratos” de cada día, comprendiendo que sus jefes, padres, hijos, parejas o vecinos son de “tal o cual” tipo… y hay que aguantarlos…

En primer lugar, lector, te recomiendo que si lees… entiendes… ¡apliques!… y no aguantes más… que conocerlos no es sinónimo de aguantarlos y ser sabio no es lo mismo que ser santo…

Si vas para mártir, mejor te lees la vida de estos pobres y sacrificados héroes… pero que quede claro, que ver como un niño maltrata a otro en un recreo no es ni de santos ni de sabios… sino de cómplices del “malo” y además cobardes e inmorales…

Bueno, no soy quien para hablar de estas cosas tan complicadas… lo nuestro es la lectura y te digo que Stamateas no es el primero ni el que mejor lo resume… pero si es cierto que lo deja muy claro y muy divulgado…

¡Conoce a los maltratadores!...
¡Actúa!... no defiendas tanto a la victima… mientras, el maltratador se buscara otra victima y te convertirás en un “salvador perpetuo”…
¡Ataca al maltratador!... impide que siga creciendo sobre la sangre de sus presas…

Por otra parte… en el libro de “La Tía Tula”, de Unamuno se pueden estudiar la mayoría de los “tipos” que nos relata Stamateas… ¿te acuerdas del “meteculpas” que le responsabilizaba a Tula de que por esperar el año…?
¿Qué no habías caído?...
¡Oye!… ¿Pero sabes leer?
Me parece que lo tuyo es el parchis y hacer cocinitas con programación  tutorizada por video conferencia desde California… en ingles, claro… que es muy intelectual…


Escrito por: Javier  Morera  Betés

lunes, 19 de mayo de 2014

DECIDIR... EL CAMINO


Hace unas semanas, Herman Hesse con su libro Siddharta nos llevó a “escuchar” el gran río de la vida…
También Miguel de Unamuno con sus “Paisajes del Alma” nos acercó a la metáfora de la naturaleza y la vida…
La semana última, Federico García Lorca nos hizo correr en el caballo que raptaba a la novia entre sombras, viñas y lunas…
Este jueves volvemos con Miguel Delibes… con uno de sus primeros libros… volvemos al Camino

“El valle... Aquel valle significaba mucho para Daniel, el Mochuelo. Bien mirado, significaba todo para él. En el valle había nacido y, en once años, jamás franqueó la cadena de altas montañas que lo circuían. Ni experimentó la necesidad de hacerlo siquiera.
A veces, Daniel, el Mochuelo, pensaba que su padre, y el cura, y el maestro, tenían razón, que su valle era como una gran olla independiente, absolutamente aislada del exterior. Y, sin embargo, no era así; el valle tenía su cordón umbilical, un doble cordón umbilical, mejor dicho, que le vitalizaba al mismo tiempo que le maleaba: la vía férrea y la carretera. Ambas vías atravesaban el valle de sur a norte, provenían de la parda y reseca llanura de Castilla y buscaban la llanura azul del mar. Constituían, pues, el enlace de dos inmensos mundos contrapuestos.”

Un gran libro para recordar las vidas de mediados del siglo XX en la España rural y profunda…
También es un gran libro para pensar…

“A Daniel, el Mochuelo, le dolía esta despedida como nunca sospechara. Él no tenía la culpa de ser un sentimental. Ni de que el valle estuviera ligado a él de aquella manera absorbente y dolorosa. No le interesaba el progreso. El progreso, en verdad, no le importaba un ardite. Y, en cambio, le importaban los trenes diminutos en la distancia y los caseríos blancos y los prados y los maizales parcelados; y la Poza del Inglés, y la gruesa y enloquecida corriente del Chorro; y el corro de bolos; y los tañidos de las campanas parroquiales; y el gato de la Guindilla; y el agrio olor de las encellas sucias; y la formación pausada y solemne y plástica de una boñiga; y el rincón melancólico y salvaje donde su amigo Germán, el Tiñoso, dormía el sueño eterno; y el chillido reiterado y monótono de los sapos bajo las piedras en las noches húmedas; y las pecas de la Uca—uca y los movimientos lentos de su madre en los quehaceres domésticos; y la entrega confiada y dócil de los pececillos del río; y tantas y tantas otras cosas del valle. Sin embargo, todo había de dejarlo por el progreso. Él no tenía aún autonomía ni capacidad de decisión. El poder de decisión le llega al hombre cuando ya no le hace falta para nada; cuando ni un solo día puede dejar de guiar un carro o picar piedra si no quiere quedarse sin comer. ¿Para qué valía, entonces, la capacidad de decisión de un hombre, si puede saberse? La vida era el peor tirano conocido. Cuando la vida le agarra a uno, sobra todo poder de decisión. En cambio, él todavía estaba en condiciones de decidir, pero como solamente tenía once años, era su padre quien decidía por él. ¿Por qué, Señor, por qué el mundo se organizaba tan rematadamente mal?”


Por algo se llama El Camino… es un libro para recordar como nos hemos metido en “caminos”… o nos ha metido la vida…  Y, para los que aun creen en la libertad… es un buen libro para intentar decidir… EL CAMINO…



Escrito por Javier Morera Betés


miércoles, 14 de mayo de 2014

TRAGEDIA Y MATERNIDAD



No hace mucho me decía un amigo que no había encontrado la célebre obra de “Bodas de Sangre” en una importante biblioteca… me sorprendió mucho, pero ya casi estoy acostumbrándome a ser un “bicho raro” que sigo leyendo y admirando a los clásicos cuando ahora los libros que triunfan son los de “cocina” y esas novelas de “películas escritas” que cuesta más leerlas que lo que duran en la moda de las librerías… ¡Tal vez las bibliotecas ya se han olvidado de sus grandes fundadores! Como en ese poema que todos conocéis… "Lluvia"


“Y son las gotas: ojos de infinito que miran

al infinito blanco que les sirvió de madre.”

Al momento de hablar con este “intelectual” me di cuenta de que la buscaba por un autor que no es… en la autogestión de “búscatelo tú mismo”… se perdía por “Lorca”… y su autor es Federico García Lorca… La verdad es que mucho debió de pesar la madre, maestra y sensible, en la formación artística de nuestro genial Federico… él decía que su padre le dio la pasión y su madre la inteligencia… pero para nombrarlo, hay que recurrir al apellido paterno, en primer lugar…
Hace unos días tratábamos la novela de “La Tía Tula”, de nuestro eterno profesor Unamuno… que también estuvo muy marcado por el cariño con su madre, que además era su prima, y también en su obra resaltaba esos valores tan humanos pero tan sobrehumanos que ejercen algunas mujeres por amar, educar y criar a los hijos…
Ahora hablaremos de “Bodas de Sangre”, donde me impresiona como queda bien claro desde el principio el vaticinio de la madre… morir por nada, por unos malos rencores, por unos orgullos y unas imperiosas violencias sin razón… morir en el camino… Tal vez también la madre de Federico sufrió con claridad lo que le podría suceder a su hijo…
La tragedia griega de toda madre… ver como su gran tesoro se pierde por un pequeño trozo de hierro… o por una bala… o por unas monedas… o por unos ideales que se pasarán de moda como los libros en las librerías… morir sin soluciónmorir por nada
La tragedia de la maternidad en un mundo donde no se aprecia la vida… y sí la guerra…




Escrito por: Javier Morera Betés


domingo, 4 de mayo de 2014

EL SECRETO DE LA VIDA: EL AMOR


“Muchas veces me has oído decir que cada nuevo amigo que ganamos en la carrera de la vida nos perfecciona y enriquece, más aun que por lo que de él mismo nos da, por lo que de nosotros mismos nos descubre. Hay en cada uno de nosotros cabos sueltos espirituales, rincones del alma, escondrijos y recovecos de la conciencia que yacen inactivos e inertes, y acaso nos morimos sin que se nos muestren a nosotros mismos, a falta de las personas que mediante ellos comulguen en espíritu, con nosotros y que merced a esta comunión nos los revelen. Llevamos todos ideas y sentimientos potenciales que solo pasaran de la potencia al acto si llega el que nos los despierte. Cada cual lleva en si un Lázaro que solo necesita de un Cristo que lo resucite, y ¡ay de los pobres Lázaros que acaban bajo el sol su carrera de amores y dolores aparenciales sin haber topado con el Cristo que les diga: “Levántate”!”

Sí, claro, es un fragmento de ese bello escrito titulado: “EL SECRETO DE LA VIDA”, de Miguel de Unamuno… en él se dice, de forma poética, esa verdad psicológica y social, que consiste en explicar cómo ganamos con los otros, como aprendemos y nos abrimos con otras personas… como nos saben sacar los “amigos” esas minas de tesoros que podríamos tener ocultos de no ser por su amistad y su afable cualidad de “queriéndonos” ayudarnos a encontrar y sacar tantas maravillas que guardamos…
Si eso ocurre con los amigos, con los compañeros, con los alumnos… si eso ocurre con cualquiera que se nos acerque con “buenas intenciones”… (Y lo dice Unamuno, solitario y critico de todo y todos…) aun es más notorio este fenómeno de facilitarnos la “realización” y felicidad, con esas personas tan especiales en nuestra vida que son los familiares… nuestros amores, nuestros padres… y hoy especialmente, quiero recordar a nuestras madres, esas mujeres que por una razón u otra nos dejaron un día su casa, para hacernos una propia… y nos dieron su vida para aprender a estar vivos…
Este jueves hablaremos de Unamuno, concretamente de su novela “LA TIA TULA”… que es muchas cosas, pero también es un canto a la maternidad… es una apología de la mujer convertida en útil enzima para ser vehículo y vinculo de la crianza de unos niños… que no son sus hijos… pero los “realiza” totalmente…
¡Qué casualidad!...
¡Hoy es el día de la madre!
¿Qué es una fiesta comercial?... eso dependerá de ti… yo solo te pido que recuerdes con cariño a tu madre… los besos y el amor… siendo el secreto de la vida… no se compran ni se pagan…

¡FELICIDADES MADRES!


Escrito por: Javier Morera