miércoles, 27 de agosto de 2014

VERMEER, ESCRITOR AL ÓLEO


Para algunos expertos y muy autorizados doctores del arte, contemplar las obras de Vermeer es pura recreación visual, fascinación por lo que vemos y como lo vemos…

Para otros “intelectuales” y sabios en simbología, adentrarse en la obra de Vermeer es difícil, costoso y algo mas confuso que en las pinturas contemporáneas de pintores de su nivel formativo…

Todos coinciden en que el maestro de Delft supo utilizar el espacio con una maravillosa habilidad…el dentro y el fuera, las entradas y las salidas, el cerca y el lejos, el suelo y los habitáculos de esas casas holandesas del barroco… la perspectiva y los horizontes y las horizontales, y las diagonales…

Cuando ya se ha definido el espacio, casi siempre interior y cerrado, nos dirige con la luz… el tesoro en los países del norte, el rayo que explota y nos transporta… el vector recto, limpio, directo y señalador que nos conduce a los centros de la obra, al interés, al corazón de su mundo con la mirada de sus ojos…

No le fue necesario viajar a Italia para usar la luz de los grandes pintores… no necesitaba grandes exteriores con luminosos días de sol mediterráneo para regalarnos los brillos y los reflejos mas fuertes y mas lindos de los museos…

Se propuso contar sus narraciones con la luz, como verdadero idioma de la pintura y para usar palabras de ese lenguaje utilizó el color…

Nos dice con su paleta… qué debemos mirar… donde debemos mirar… y nos sentimos apasionados y admiradores de su espacio, de su luz, de sus colores… que son el diccionario mas sensible de una lengua visual y perfecta… imposible de hablar… inefable…

Tenemos pocos cuadros de Vermeer… como si él supiera que mirar y admirar uno de sus preciosos cuadros, nos iba a ocupar un tiempo intenso y extenso… sus obras son presentes de segundo y mirarse en ellas es horas de placer… es como leer y releer a Vermeer…


Escrito por: Javier Morera

viernes, 22 de agosto de 2014

¡SI LOS ÁRBOLES HABLARAN…!


Esta semana nos hemos perdido en la Fraga de Cecebre. Con los ojos sensibles de Wenceslao nos hemos metido por las corredoiras, por los senderos, por las sendas húmedas y frescas de esa Coruña de principios del siglo XX.

Los árboles se han hecho personas y han sufrido y reído como paisanos… y los gatos se han organizado en clan; los perros y los zorros han dialogado; y las moscas, con su simple pesadez, y las arañas, y ese topo que no encuentra a su pareja…

Los bandidos se han aparecido simpáticos y los niños nos han dado mucha pena y la lluvia nos ha invadido hasta cansar a la tierra… y las meigas nos han dado compasión, y el abrenoite nos ha llevado a la noche y la luciérnaga nos ha hecho reír con sus complejos de gusano.

Los peces se han dado cuenta del cebo de alambre… tal vez los futbolistas, algún día también se den cuenta de que la pelota que persigue sólo es de cuero… y todos se “animen”… y los árboles dejen de imitar al “nuevo” poste de tendido eléctrico. Gracias Wenceslao por hacernos ver tantas verdades con tu “Bosque Animado”.


Escrito por: Javier Morera

domingo, 17 de agosto de 2014

UNA COLECCIÓN DE SABIDURIA


Estos días pasados hemos reflexionado y disfrutado con el compilador de “saberes” psicosociales más grande que yo conozco… Baltasar Gracián, aragonés del siglo XVII que dedicó su vida a estudiar y cifrar en pequeñísimos párrafos los difíciles conocimientos de su época…

Como religioso y muy inteligente, tuvo la ocasión de estudiar, raro en su tiempo, y hasta la suerte de ser acogido por mecenas y bibliotecas que también son raros en esos siglos y en estas tierras… pero se le enfrento el destino en lo de libertades y permisos… No llego a la hoguera… pero si se arruinó su vida… sus obras… que nunca han sido suficientemente conocidas ni estudiadas…

Nos quedan sus escritos… sus aforismos… sus colecciones de saber y sus principios de conocimiento para enfrentarse a la vida y a la sociedad…

Recorrer sus recortadas sentencias es como meterse en un museo donde las mejores obras de la pintura u otras artes se han salvado, conservado y puestas en una colección que nos marea de tanta sabiduría… es una enciclopedia que no esta ordenada por letras ni por términos…

Y os dejo con una de las celebres… la 105…

“No cansar. Suele ser pesado el hombre de un negocio, y el de un verbo. La brevedad es lisonjera, y más negociante; gana por lo cortés lo que pierde por lo corto. Lo bueno, si breve, dos veces bueno; y aun lo malo, si poco, no tan malo. Más obran quintas esencias que fárragos; y es verdad común que hombre largo raras veces entendido, no tanto en lo material de la disposición cuanto en lo formal del discurso. Hay hombres que sirven más de embarazo que de adorno del universo, alhajas perdidas que todos las desvían. Excuse el Discreto el embarazar, y mucho menos a grandes personajes, que viven muy ocupados, y sería peor desazonar uno de ellos que todo lo restante del mundo. Lo bien dicho se dice presto.”



Escrito por: Javier Morera

martes, 5 de agosto de 2014

PAGIOLO Y BASTIAN


Pagiolo era solo una página de “La Historia Interminable” y estaba muy preocupado por lo que ocurría a Bastian, sabía que ya se había encontrado con Atreyu, sabia que habían pasado muchas cosas en los capítulos anteriores al que pertenecía nuestro personaje… ¿Qué como lo sabia? Pues porque se lo había oído leer en voz alta a una madre que le leyó “La Historia Interminable” a su hijito jovencito… pero como el pequeño se puso a leer él solo el resto del libro y solo lo leía para si mismo, Pagiolo se quedó sin saber que sucedía en las paginas siguientes…

Pagiolo se puso muy contento cuando un extraño grupo que se autodenominaban “El Rincón del Romántico” en unas sesiones que las llamaban “Leertes”, comenzaron por el mes de julio de 2014 a leer en voz alta toda la Historia… y además, comentaban y reflexionaban sobre todo lo que leían… y Pagiolo se sintió muy feliz, al fin entendía todo y además muy ilusionado… al fin podría oír y conocer de la A a la Z todo este libro del que formaba parte, pero no podía controlar….

Estaba decidido a decirles a su presidenta, una niña muy mona y muy fina y al joven que parecía el centro de atención de todos los asistentes, que “Muchas Gracias” por leer todo y tan bien, para él y para todos los que quisieran oírles… ¡no sabia como hacerlo, pero ya se le ocurriría algo… al fin de cuentas era una importante pagina de un importante libro, escrito por un importante autor de sobradísima y reconocida inteligencia… ¡Ya pensaría algo!...

Pero el problema de Pagiolo empezó cuando a finales de julio el grupo sufrió un paron… dejaron de leer… y el miedo recorrió la amarilla pagina que era el cuerpo de Pagiolo… al cabo de unos días volvieron y retomaron todas las ilusiones… Pasó mitad del libro… y no solo leían muy bien sino que también pintaban, modelaban, recortaban figuras y siluetas de los principales protagonistas del libro… y hacían fotos… Pagiolo sintió un inmenso placer y hasta escalofríos de gusto cuando una tarde, sintiose leído por la joven que dirigía toda aquella fiesta de lecturas… ¡Hasta salio en la foto del día y junto con otras compañeras en el facebook de estas personas tan modernas e importantes…

De repente, una tarde, de principios de agosto, se le helaron las letras entre las líneas… ¡no podía ser cierto lo que oía!… los lectores no podían quedar para leer… y no tenían tiempo para terminar el libro… y se corría el riesgo de dejarlo inacabado… pendiente… inconcluso… indefinido… Interminable

Pagiolo se asustó, se preocupó, se impacientó y le pidió a uno de los lectores, que aunque leía poco ahora, llevaba fama de haber sido un veterano devorador de libros en sus juventudes… le pidió que intercediera por que continuaran… por que siguiera esta Historia… por que así podría Pagiolo llegar al final… y ser de una vez terminable… y descansar sin tanta incertidumbre…

Y… el veterano lector… Pero esa es otra Historia y tendremos que contarla en otra parte…


Escrito por: Javier  Morera  Betés