lunes, 29 de enero de 2018

EL SÍNDROME DE LARRA




Otra vez, este año, seguimos con este genio romántico que fue Mariano José de Larra… Me gustaría que recordarais el articulo que le dedicamos en este blog, el año pasado, con fecha 27 de Mayo…

Siguiendo con esas costumbres y conociendo el panorama español del principio del XIX que es muy parecido al actual… y los trabajos y publicaciones de entonces… que con mas color hoy, se asemejan  a los nuestros y adolecen de lo mismo, ¡valores humanos y derechos de vida honrosos!... y especialmente, si miramos el paisaje personal, la familia, la pareja, el amor… de aquellos tiempos y de ahora… ¡Tan similares!... nos daremos cuenta con horror de una posibilidad, de una circunstancia, de una enfermedad que puede ser epidemia… el desencanto, el cansancio de todo… la falta de credibilidad en todo y en todos… el hastío… el desinterés…. La carencia de motivación para seguir luchando… ¿para qué?...

Cojamos como ejemplo el trabajo… a un joven le decimos que estudie… aprueba varias carreras y masteres… se sacrifica toda la juventud… le pides idiomas y hasta deporte….  Luego le ofreces años de “aprendiz” (prácticas y becas)… y por ultimo le invitas a irse a Londres o Canadá para ser allí un inmigrante y subalterno… ¡Que desengaño tan inhumano!

Cuidado con el “Síndrome de Larra”… cuidado no agotemos mucho al joven… que con otra chispa mas, de una secta religiosa o de un escandaloso fracaso amoroso…. Se puede suicidar… 

¿Sabes cuantos lo han hecho estas maravillosas navidades en cualquiera de nuestras ciudades hipócritas llenas de Belenes y regalos de Papa Noel?
Cuidado con los desencantos y tanta falsedad…
No son elegidos los mejores ni los más preparados…
Solo triunfan los enchufados y los que se saltan las normas desde la primaria…

¡Cuidado con el Síndrome de Larra… que puede ser epidemia con la mala gestión del factor humano… que estamos propiciando!…



Escrito por: Javier Morera

miércoles, 24 de enero de 2018

VUELVE NUESTRO BATALLADOR


Cuenta la leyenda que el Rey Arturo, durmiente en Ávalon, retornará a salvar a su pueblo cuando éste sea amenazado por cualquier enemigo o peligro.

Y de hecho, así lo creían muchos ingleses durante la Edad Media. En Aragón, sin embargo, parece que esta leyenda no arraigó de la misma manera… quizá porque, después de todo, la propia historia de aquél singular reino era ya una leyenda.

A veces, mito y realidad se confunden en el medioevo aragonés, y la fantasía influye sobre los hechos de tal manera que se hace realidad. Es lo que ocurrió allá por el año 1178, cuando reinaba en Aragón Alfonso II, hijo del célebre matrimonio entre Petronila de Aragón y Ramón Berenguer IV, conde de Barcelona.

Habían pasado cuarenta y cuatro años de la muerte del rey Alfonso I, pero durante todo este tiempo no se había conseguido nada parecido a lo que el Batallador lograse. Por el contrario, sucedieron sucesivos conflictos y tensiones: el primer interregno de la historia de Aragón, la pérdida de territorios ganados previamente a al-Ándalus, la llegada de los almohades, disensiones internas entre señores y nobles aragoneses… Y entonces, como ocurre siempre que el futuro se percibe incierto, se volvió la vista a un pasado mejor. Hubo quien anheló aquellos años en los que Aragón era un reino fuerte y reconquistador… Y fueron muchos los súbditos de Alfonso II que, melancólicos, suspiraban al evocar aquél rey que también se llamaba Alfonso…
Estas gentes no clamaban el regreso de Arturo, sino el del verdadero Batallador.

Finalmente, el rey cruzado apareció de nuevo en el invierno de 1178. El desterrado venía para recuperar su reino.
Por extraño que parezca, la noticia alcanzó los más apartados rincones de la Corona; muchos, incluso fueron al encuentro del legendario rey para sumarse a su invicta hueste; el mismísimo Alfonso II, preocupado enormemente por la creciente fuerza del rumor, se vio obligado a solicitar la ayuda del rey de Francia, Luis VII, apodado El Joven -así lo atestiguan dos cartas del monarca que el profesor Lacarra fechó entre 1178 y 1179-.

Según la crónica de Rada, primera en recoger los fantásticos hechos, todo fue debido a la incierta muerte del rey Batallador, el cual podía no haber sido muerto en la fatídica Batalla de Fraga:

“Sobre este advenimiento de la muerte que le aconteció allí, dicen unos que no apareció más, vivo ni muerto; otros dicen que apareció su cadáver y fue enterrado en Montaragón. Otros dicen aún –porque muchas fueron las versiones de los hombres sobre la muerte de tal rey-, que salió vivo de la batalla y se hizo peregrino, y después de gran tiempo reapareció, y muchas gentes de Castilla, León y Aragón que le hablaron afirmaron que era Alfonso I el Batallador, rey de Aragón, pues se acordaban de muchas cosas que él les decía y de muchas conversaciones que con él habían tenido. Y cuando el rey Alfonso II, que reinaba en Aragón entonces, vio que crecían en él la gente y los caballeros y aumentaba su poder de día en día, temiendo que pudiese perder el reino, mandó prender al supuesto Alfonso I El Batallador y lo hizo matar”.

…En fin, parece claro que fueron muchos los que creyeron al “falsario”, lo cual testimonia la honda huella que dejó aquél Alfonso, así como la fascinación que sus hazañas seguían inspirando medio siglo después de su muerte.

Y este jueves, El Batallador volverá otra vez más, pero no ya en la forma de Arturo o de Salvador, sino como integrante de esa memoria que nos legó su tiempo, y cuyas enseñanzas enriquecen y dan forma a nuestra identidad…

…Porque nuestro único Salvador es el conocimiento, y hemos de ir en su busca.




Escrito por: Eloy Morera

viernes, 19 de enero de 2018

CHAUCER A RITMO DE ROCK




 “Las suaves lluvias de abril han penetrado hasta lo más profundo de la sequía de marzo y empapado todos los vasos con la humedad suficiente para engendrar la flor; el delicado aliento de Céfiro ha avivado en los bosques y campos los tiernos retoños y el joven sol ha recorrido la mitad de su camino en el signo de Aries; las avecillas, que duermen toda la noche con los ojos abiertos, han comenzado a trinar, pues la Naturaleza les despierta los instintos. En esta época la gente siente el ansia de peregrinar, y los piadosos viajeros desean visitar tierras y distantes santuarios en países extranjeros; especialmente desde los lugares más recónditos de los condados ingleses llegan a Canterbury para visitar al bienaventurado y santo mártir que les ayudó cuando estaban enfermos.
Un día, por aquellas fechas del año, a la posada de «El Tabardo», de Southwark, en donde me alojaba dispuesto a emprender mi devota peregrinación a Canterbury, llegó al anochecer un grupo de veintinueve personas”…

Estas son las primeras líneas del texto histórico y famoso de “Los Cuentos de Canterbury”, de Geoffrey Chaucer, escritos a finales del siglo XIV en esa Inglaterra  que ya se preparaba para salir de la larga Edad Media…
Seguro que ya conoces esos cuentos… como otros de esas modas, famosos en Italia, Francia, España… no es superfluo releerlos y recordarlos de vez en cuando para darse conciencia de lo poco que hemos cambiado… o de lo mucho que se sabe hace siglos y la poca aplicación practica que de todo ello aprovechamos…
Esta semana hablamos de una película que tiene relación con uno de estos cuentos… “El Cuento del Caballero” y le voy a extraer una cita de cada una de sus cuatro partes…

“Uno tiene riquezas, que pueden causar su muerte o pérdida de la salud; otro es liberado de la cárcel, sólo para perecer bajo el cuchillo de sus criados al llegar a casa. Infinitas calamidades provienen de esta forma de proceder: no sabemos qué es lo que pedimos en oración a los dioses aquí abajo. Nos comportamos como un hombre borracho como una cuba: sabe perfectamente que tiene un hogar al que dirigirse, pero desconoce dónde se halla. Y el hombre bebido camina por senda resbaladiza. Así es como nosotros andamos por el mundo, en busca desesperada de la felicidad, pero, generalmente, donde no se encuentra”.

Y ahora de la segunda parte…

….”¡Tú, imbécil!, métete esto en la cabeza: el amor no tiene barreras, y seguiré amándola a pesar de lo que hagas. Pero como tú eres un caballero honrado, dispuesto a mantener en el campo de batalla tu pretensión por ella, te doy mi palabra de honor de que mañana compareceré aquí, sin que lo sepa nadie, vestido de caballero y trayendo conmigo las armas y corazas necesarias para ti, de modo que puedes elegir las que te parezcan mejor y dejes las peores para mí. Esta noche te traeré comida y bebida suficientes, así como mantas para que puedas dormir. Y mañana, si ganas tu dama y me matas en este seto, entonces, por lo que a mí concierne, será tuya.
Palamón replicó:
-De acuerdo.
Y, después de haberse dado mutuamente palabra, se separaron hasta el día siguiente.
¡Inexorable Cupido, cuyo imperio no admite rival! Dice bien el proverbio: «Ni el amor ni el poder toleran amistad»”,

La tercera…

…. “Realmente hubo muchos que pensaron que jamás por tierra o por mar tan pocos habrían constituido un grupo tan impresionante de esplendor caballeresco, pues todo hombre que sentía afición a la caballería y estaba ansioso de labrarse un nombre había rogado que se le permitiera tomar parte en la competición. Los elegidos tuvieron suerte: si un torneo así tuviera que celebrarse mañana en Inglaterra o en cualquier otra parte, podéis imaginaros que todo caballero y enamorado, capaz de ello, estaría allí para entablar batalla por una dama. Os puedo asegurar que sería un espectáculo digno de contemplarse”.

Y la cuarta y última… el final…

“Entonces, el Consejo reunido y los barones establecieron entre ellos la denominada unión o matrimonio. De este modo Palamón convirtió a Emilia en su esposa entre músicas y alegría. Que Dios, que ha creado el ancho mundo, les envíe su amor; se lo ganó merecidamente. Ya todo iba bien para Palamón: vivía con riquezas, salud y felicidad. Emilia le amó con tal ternura y él la sirvió con tal devoción, que nunca hubo una palabra de celos o de contrariedad entre ellos.”

En la cinta de la que tratamos, hay cambios, adaptaciones y muchas variaciones… pero los grandes problemas como la búsqueda de la felicidad y la competición… siguen siendo lo mismo…



Escrito por: Javier Morera
 

domingo, 14 de enero de 2018

HABLAREMOS DEL TRONCO DE LA HISTORIA




Hace un poco más de un mes, publicamos en este blog, un artículo sobre la obra titulada “Ivanhoe”, de Sir Walter Scott, en el cual recorríamos algunas citas y una hipótesis biográfica sobre el autor y su obra.

Esta semana nos divertimos con una película: “Destino de Caballero” de 2001, en la que un escudero quiere llegar a ser caballero en esas épocas tan idealizadas por los románticos como Scott y que hemos dado en llamar muy acertadamente “Edad Media” ya que son el medio, el centro, el tronco, el cuerpo principal de lo que hoy somos sus meros y frágiles dedos… casi inútiles… ya que solo nos sirven para los teclados, pero no podemos mover la espada ni menos azadas, hachas o la lanza de un torneo…

En la visión de la película y en su consiguiente sesión y charla, se abordarán muchos temas… desde el remate de esa conocida obra citada de Ivanhoe, que nos ha dejado “ganas de hablar de ella” hasta la relación de la cinta con otras obras clásicas y leyendas que todos conocemos…

Hablaremos de las relaciones sociales y sus diferentes “ordenes” y valores en la edad que trata la película.
Hablaremos de la siempre vigente leyenda histórica del Rey Arturo y sus Caballeros.
Hablaremos de los “Cuentos de Canterbury” y sus relaciones con la cinta.
Hablaremos de los linajes, los apellidos, las casas, los títulos nobiliarios y sus normas en la Edad Media…

Hablaremos de los anacronismos entre lo que sabemos que ocurría en aquellas épocas y lo que queremos insinuar en nuestra historia cinematográfica…

Hablaremos de valores frente a títulos, de “haceres” frente a Haciendas, de querer y de poder…

Hablaremos de Identidad frente a Conducta…

Hablaremos… 

Somos intelectuales y hablamos… de casi todo… menos de deporte y sexo (que son para hacerlo en vez de hablarlo) ni de comida, que como su nombre indica… solo es para ser “comida”…

¿Y tú de que hablas?


 Escrito por: Javier Morera