Es cierto…
Es triste…
Es humano…
Es la vida…
Es la ley del más fuerte…
Es la sociedad y sus
implicaciones…
CRISÓSTEMIS. — ¿Qué lamentos son esos, hermana, que acabas de
lanzar a las mismas puertas del vestíbulo? ¿Por qué al cabo de los años, no
quieres convencerte de que tu resentimiento es vano y que es inútil que te
abandones a él? Yo sé bien cuánto sufro, por lo que al presente nos está
pasando, y es tanto, que si tuviese valor para hacerlo, les demostraría los
sentimientos que me inspiran. Pero ahora, con tan malos vientos, tengo que
navegar arriando las velas y no darles a entender que les hago daño, siendo así
que en realidad no hago nada. Esta es la conducta que, aun siendo diferente de
la tuya, quisiera yo que tú adoptaras. Cierto es que lo justo no está en lo que
yo diga, sino más bien en lo que tú haces. Sin embargo, para no perder mi
libertad, me es preciso obedecer a nuestros tiranos.
Todos conocemos la tragedia
griega de Electra, en la que, ayer, como hoy y como siempre, se han cometido
las injusticias y los atropellos más ruines y nauseabundos de la humanidad… En
este caso, las dos hermanas, Crisóstemis y Electra son dos modelos de cómo
comportarse ante la injusticia cometida contra el padre… ambas saben quien es
el tirano que cometió el delito, pero cada una reacciona de una manera.
Sófocles nos brinda a
proyectarnos en cada una de ellas…. Debemos decidir…. Lo que pueden hacer estas
hermanas frente al tirano es poco, nada… pero Crisóstemis decide la hipocresía,
la doblez, la adulación y la falsedad… Y así, crece, es bien querida y acogida,
es tolerada y aceptada… “dame pan y dime
tonto”… Electra, por el contrario, opta por la mala cara, el desafió, la
venganza y el ajustar cuentas… opta por honrar a su padre en vez de perdonar al
asesino y servirle… Sabe que por ese camino le va a ir mal la vida… pero… somos
idealistas, creemos en el orgullo, en la libertad, en el derecho a ser nosotros
mismos… creemos en el amor… y eso es muy complicado y peligroso para nosotros… ¡y
para el poder!… que casi siempre termina siendo tirano… y para crecer mas
necesita siervos dóciles como este síndrome de Crisóstemis…
Esta Electra casi parece romántica…
Y a Crisóstemis solo le
falta aprender ingles, trabajar en becas y soñar con un mal contrato en una
“bolera” de USA… para que los tiranos sigan jugando con nosotros cuando nos han
matado al padre…
Escrito por: Javier Morera
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