¿Un cuento?, ¿una metáfora?, ¿una parábola?, ¿una lección de filosofía?...
El autor del libro que tratamos
hoy, Thibaut Rassat, se convirtió en
personaje y nos cuenta como su educación científica y técnica, ya que es arquitecto
de formación y profesión, le llevó a ser un correcto y ordenado trabajador y
planificador de sus proyectos… Nos relata como atiende a los detalles y
organiza el trabajo y la prevención para solventar los planes constructivos y
sus posibles desajustes…
Su vida, sus pensamientos, sus
proyectos, sus armarios y sus construcciones obedecen a una clara y racional
lógica, a un procedimiento ordenado y definido… todo esta bajo su control… o le
enoja y procura reconducir por sus estudiados proyectos…
En su libro ilustrado (o
cómic), escrito y dibujado por él mismo: El Arquitecto y el Árbol, se deja
muy claro y explicito todo esto y con sus detalles…
Pero todo se complica cuando un
majestuoso árbol, mas viejo y grande que sus construcciones, decide inclinarse
y ocupar el espacio por el que debe ser construida su edificación… ¿Qué
hacer?... lo mas normal es cortar el árbol y seguir con nuestro proyecto… Pero
este ingenioso constructor se empieza a plantear si tiene derecho, si es lo
correcto, si esa es la solución que debe tomar… Y se para. Piensa. Reflexiona…
Cambia… Ve otras posibilidades en las que puede no solo respetar a ese ser que
tiene su derecho a seguir viviendo en “su tierra” sino que además, incorporando
ese fantástico ejemplar a su edificio, puede ganar en belleza y salud para sus
futuros habitantes lo que ningún constructor puede darnos… La Naturaleza… la
vida, las estaciones, los insectos, los pájaros y sus sonidos…
En este cuento, el árbol ha
enseñado al humano soberbio y egocéntrico… Pero que difícil es aprender esta
lección… Algunos pocos se dan cuenta de que la Naturaleza es siempre más bella
y además irreemplazable… Y aun así, la mayoría de estos pocos que cambian, lo
hacen tarde… cuando ya solo les queda arrepentirse de los crímenes que han
cometido contra la vida y el planeta… y por ende contra la humanidad… ya que
cuando a un bosque o a un río dañas, lo estas haciendo a tus hermanos y a tus
hijos… a toda la Vida…
Nos vamos a viajes y vemos
fotografías y documentales para admirar los milagros y prodigios que hace la
Naturaleza… cañones, cataratas, árboles, fieras, mares, auroras, hielos…
paisajes… montañas… desiertos…
Nosotros mismos somos el
prodigio resolutivo de una evolución del moviendo y la inteligencia… ¿Por qué
no admiramos y respetamos mas esa maravilla? ¿Por que no respetamos y admiramos
más la Vida?
Por otra parte, agradeciendo a
nuestro arquitecto su libro y su cambio de trayectoria, te propongo una broma
si quieres sonreír un momento… Busca uno de esos edificios que llaman
“inteligentes”… métete en ellos y habla con los que lo ocupan… veras como te
ríes, por no llorar.
Escrito por: Javier Morera
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