viernes, 12 de octubre de 2018

UN DUELO ENTRE ROMANTICISMO Y REALISMO


Este jueves, en nuestra tertulia de literatura, tuvimos el placer de comentar, una vez leído por todos, la obra de Antón Chéjov, El Duelo.

Es fácil leer y hablar de Chéjov; fue un hombre inteligente y bueno que cuando se dedicó a la medicina resultó ser un buen medico; que siempre fue bueno con sus familiares y amigos; que cuando se dedicó a escribir, fue mejor que la mayoría… que nos ha dejado mucho escrito y mas aun en sus actitudes y las de sus personajes, que nos hacen reflexionar y nos guían por nuestras decisiones, nos muestran errores y nos ayudan a entender buenas relaciones y finales aceptables, aun que no sean tan preciosos como los desearíamos los más románticos e idealista…

Y de esto deseo hacer una pequeña reseña, de ese papel flexible que vivió y reflejó en sus obras el autor que citamos. Nacido y educado en un mundo mayormente modesto y romántico, nieto de esclavo y buscador humilde de la libertad y la educación como su conocido Tolstoy: inteligente y tímido, pacifico y culto, busca suavizar los tirones y relámpagos de la “tormenta romántica” que ya decaía en Rusia y se había extinguido en Europa, para aceptar con adaptación higiénica y terapéutica, una nueva epidemia que ya era ley estilística en los países adelantados del sur…

La invasión de la realidad, del Realismo, de ver lo que hay y no poder ni querer ver mas… el positivismo, la ciencia, la técnica, la industria, las maquinas, la ciudad de proletarios y el salario del hambre se hacían paso entre nobles caducos y burgueses mercantiles…

Y entre todo este maremagnun que llevaría cambios, revoluciones y guerras… El Duelo, una obra corta pero densa, de pocas personas pero de muchas crisis, de tipos mayores que se enfrentan con cambios aun mas mayores para sus cortas filosofías… todos fallan… todos aprenden, todos pasan sus crisis y nadie muere… triunfa Chéjov… y tu si quieres leerle en clave de conflicto social y no de aventura…

El Romanticismo de unos tipos extravagantes se enfrenta y cae en duelo, derrotado y obsoleto ante el Realismo de una época finisecular que hasta esos rincones de Rusia llegaba, tarde pero llegaba, implacable como las olas del pintor romántico que mas admiraba el propio Chéjov, Iván Konstantínovich Aivazovsky, 1817-1900… pero que sucumbiría ante las estampas realistas de ese otro malogrado maestro ruso realista que fue Alekséi Kondrátievich Savrásov, 1830-1897.

Curioso que sus estilos fueron contrarios y sus éxitos y vidas tan  contradictorios…

¿Qué no sabes esas historias?, bueno si esto te interesa deja de ver esas programaciones de cocina en tu TV y date una vuelta por las bibliotecas y los museos… no engordan, cuestan menos que los restaurantes… pero alimentan mucho mejor el intelecto y el espíritu… del ser humano…
Las imágenes que acompañan son de estos magníficos pintores rusos.




Escrito por: Javier Morera

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