sábado, 27 de septiembre de 2025

UNA CURIOSA CARTA

 


El admirable filosofo y escritor noruego Jostein Gaarder nos regaló recientemente otra de sus magnificas obras de “divulgación” de la filosofía. Se trata del libro publicado en 2022 por Siruela: SOMOS NOSOTROS LOS QUE ESTAMOS AQUÍ AHORA, que con su largo titulo, nos recorre por muchos interesantes aspectos de nuestra época.

Comienza como una cariñosa carta desde el autor, ya jubilado, famoso y reconocido, pero con la humildad de ser un ciudadano de un tiempo que ya se escapa…un habitante de la Tierra y un representante de la “conciencia humana”… que se dirige a los seis nietos reales que ahora tiene… Y les cuenta y repasa de forma resumida y sencilla, los grandes pasos y misterios del universo, de la Tierra, de la evolución, de la vida con sus diversidades y variedades… y de esa rareza extraordinaria que es la humanidad y la conciencia que poseemos de todo…

También deja claras sus opiniones, científicas, contrarias a la parapsicología, las visitas de extraterrestres, las creencias religiosas… la magia y la superstición…

Al final, como buen filosofo, reconoce lo poco que sabemos de todo…Y nos deja claro la altísima responsabilidad que ostentamos de muchos problemas que hoy acechan al planeta y especialmente a la diversidad y a la humanidad.

Viendo el panorama, intenta no ser pesimista… tampoco es optimista… da paso a una esperanza que debe estar apoyada en cambios y responsabilidad, tanto individual como social, política… humana.

Terminando el texto, nos brinda consejos de ética sobre la “reciprocidad” no solo en que intentes tratar a todos como te gustaría que te trataran, sino también en la “reciprocidad vertical”… que plantea que trates a las generaciones venideras como hubieras deseado que te trataran a ti tus ancestros… Clara implicación a temas de conservación de la naturaleza, diversidad de especies, cambio climático…

Y una vez más nos cuenta sus experiencias de extrañeza y sorpresa ante este mundo tan complejo y difícil de entender… la cantidad de circunstancias aleatorias y diversas que han llevado a que exista este planeta azul tan lleno de vida y misterios… Nos dice que la vida es una rareza… y la conciencia a la que hemos accedido la humanidad es la rareza de la rareza…

Se despide Gaarder de esos nietos suyos preguntando y deseando como será el mundo, sus montañas y sus paisajes tan queridos, cuando este finalizando la época de estos niños… terminando el presente siglo XXI.

Una reflexión interesante, valiente y bella, como todo lo que sale de Gaarder. Para leerlo aunque no seas su nieto, y pensar…

 


Escrito por: Javier Morera

sábado, 13 de septiembre de 2025

CIEN AÑOS CON GATSBY

 


En el año 1925 se publicó la obra más famosa y tal vez la mejor y más sentida del autor norteamericano F. Scott Fitgerald: El Gran Gatsby.

Cientos de veces reimpreso, decenas de veces llevado a la gran pantalla y recreado detalladamente por series, óperas, músicas, ilustraciones y modas… Esta novela, como todos sabéis, corta y escueta en sus escenas, nos cuenta muchas cosas de una cultura, de una época y de unos prototipos.

Una cultura, la norteamericana de 1920, que presumía de dar oportunidades y hacer posible conseguir metas sociales y económicas a clases sociales desfavorecidas… cuando nada de eso era fácil ni siquiera probable… recordemos a los indios en sus reservas, a los negros marginados por ley, a los pobres muy poco beneficiados por ayudas y becas…

Una época, los llamados “felices años 20”, que en realidad encerraban el desencanto y el fracaso de una Primera Guerra Mundial catastrófica, preparando la Gran Depresión y la Segunda Guerra Mundial…

Unos prototipos que aunque aparentaban triunfo y derroche, fuerza y belleza, estaban enfermos de mentira, de falsedad, de inseguridad y de miedo… que viven engañando y traficando, que se evaden con alcohol y otras formas de escapar del tedio y la depresión…

Una pequeña novela, en nueve capítulos que encierra una gran fotografía de vivencias y sentimientos, de frustraciones y pasiones, de miedos y obsesiones, de soledad.

De vez en cuando releo esta magnífica obra y siempre le encuentro algún matiz nuevo y sugerente que me enriquece y revaloriza el testimonio de Fitgerald. Nuevas relaciones con otras historias, nuevos vínculos con otros autores y sus relatos… Totalmente actualizada en una Norteamérica que sigue cayendo en los mismos pecados y aun se polariza más en sus errores hipócritas y negacionistas… Presumiendo del “sueño americano” y convirtiéndose en pesadilla y lobo feroz del resto del mundo…

Cien años de esta obra. Pero poco se comenta este recuerdo… como ocurre con la inexistente asistencia al entierro de Gatsby en la propia novela.

Sigue de actualidad ese interés de llegar a la fama, de sobresalir, de tener éxito en el dinero y ser popular… de ganar aunque solo sea en apariencia, en fachada, en exterior… sin interior… en tener amistades aunque solo sean por acercarse a un famoso… sin intimidad, sin amor…

Especialmente en este aniversario de su publicación quiero citar las referencias tan interesantes que se hacen en la obra al tiempo y su subjetividad… En el capítulo VI, cuando Nick conversa con Gatsby y le advierte:

“-yo no le pediría demasiado –aventuré- no se puede repetir el pasado.

-¿Cómo que no? –Exclamó con incredulidad-.

¡Pues claro que se puede!

Miró espantado su alrededor, como si el pasado acechara fuera del alcance de su mano entre las sombras de la casa.

-Haré que todo vuelva a ser como antes –dijo asintiendo con mucho convencimiento-. Así ella lo entenderá”.

Y, poco después, en el siguiente capítulo, es Daisy la que comenta:

“-¿Qué será de nosotros esta tarde? –exclamo Daisy- ¿y mañana? ¿y los próximos treinta años?”

Dos formas distintas de huir en el tiempo. Gatsby quiere huir al pasado, reencontrar a su amor. Daisy desea huir hacia el futuro, como casi todos los que nos rodean… La solución nunca es huir y menos en el tiempo… Solo existe el presente y ambos lo pierden en sus búsquedas equivocadas.

 

Escrito por: Javier Morera

domingo, 31 de agosto de 2025

LOS AMIGOS DE SYLVIA: GEOFFREY MOOR

 


Hace unos pocos días, publicábamos en este blog la acertada traducción  y edición en castellano, recientemente, de una novela: “Moods” (Cambios de Humor) de la norteamericana Louisa May Alcott, (1832-1888) Y me despedía con el comentario de que seguiríamos citando diversos personajes curiosos de dicha obra. Empezaremos por decir, que si se analiza la biografía de esta autora, rápidamente llama la atención, que durante su infancia y juventud conoció, admiró, aprendió y convivió mucho con importantes personalidades de la política, la cultura y la literatura de su país y época.

Así, al leer esta novela ya señalada, no es difícil entrever y adivinar un protagonista de la obra, que ella denomina Geoffrey Moor, que se destaca por sus valores éticos, intelectuales, morales… por su amor a la naturaleza y por esa admirable sencillez para darnos el modelo de lo correcto, de lo sencillo y natural, de lo bueno y de lo bien hecho…

No es ningún secreto, desde hace muchos años, que Louisa May Alcott retrato al pie de la realidad, en este personaje suyo de ficción, nada más y nada menos al mismo Ralp Waldo Emerson (1803-1882), autor de libros y teorías sobre la educación, el gobierno y la organización de la sociedad, libre y democrática… uno de los padres de la idea del país que ahora llamamos Estados Unidos de América.

Para conocer mejor a este pensador, os invito a leer sus obras… como por ejemplo: CONFIANZA EN UNO MISMO, que en breve y sencillo estilo nos exhorta a ser libres y autónomos y no dejarnos llevar tanto por las fuerzas coercitivas de los demás… Os pongo una cita del libro: 

“Por muy escasos y limitados que sean mis talentos, yo existo, y no necesito el testimonio secundario mío o de mis compañeros.

Todo lo que debo hacer es aquello que me concierne, no lo que los demás creen. Esta regla, que resulta tan dura en la existencia real como en la vida intelectual, funciona como distinción entre la grandeza y la mezquindad. Y más dura resultará cuando os topéis con quienes dicen saber mejor que tú cuál es tu obligación. En sociedad es fácil vivir de la opinión de los demás, mientras que en soledad es fácil vivir de la nuestra propia; no obstante, un gran hombre es aquel que cuando está en medio de la multitud sabe salvaguardar la independencia de la soledad con perfecta gracia.”

Como suele ocurrir, un buen libro, te lleva a varios otros buenos libros… porque un buen autor o autora, siempre se apoya y ha leído a otras muchas y muchos buenos autores… es como “las compañías” pero en los textos…

Y aunque lo dejemos por ahora, aquí, no hemos terminado con la intertextualidad de esta interesante novela de Louisa May Alcott…. Seguiremos.


Escrito por: Javier Morera

sábado, 23 de agosto de 2025

PUBLICAR LO QUE NOS DEJAN

 


Todos sabemos que por muchas capacidades que tengas y mucho tesón y esfuerzo que pongas… si no colaboran otras suertes y energías… no conseguimos sacar adelante nuestros proyectos más meritorios… En concreto, cuando hablamos de escritores, esto es una desgraciada ley que tantas veces se cumple y frustra verdaderas carreras literarias o degrada obras que podrían haber sido más loadas. Y en el caso de las “escritoras”, en el siglo XIX, aun es más enojoso su largo calvario para publicar y pasar barreras de censura. 

Quiero dedicar este pequeño articulo a este tema, citando un caso singular que tantas veces se ha cumplido en otras personas y épocas… se trata de la norteamericana Louisa May Alcott, (1832-1888), que ya hemos comentado en pasados capítulos, y que intentó escribir desde joven consiguiendo publicar cuentos y relatos… incluso una novela que tituló Moods (Cambios de Humor) y que pasó muy desapercibida por tratar, sin mucho interés, unos temas y dificultades que padecían las “Jovencitas” de su “mundo” cuando se enfrentaban a los problemas múltiples de, lo más importante del mundo para ellas: el matrimonio. 

Esta autora, culta y reflexiva, gran lectora y con amistades tan intelectuales en esas jóvenes tierras del nuevo mundo, tuvo la “suerte” de saltar a la fama con obras simpáticas y sencillas como Mujercitas y Aquellas Mujercitas… y otras novelas de cierta intriga y diversión… cuando ya madura y con su categoría asegurada de buena pensadora y escritora, quiso y pudo, consiguió reeditar una de sus primeras obras, aclarando en la propia nueva edición (1882) que ahora podía publicar su verdadero original, sin censuras ni concesiones, revisando desde su madurez el texto y el fondo educativo de esta obra. 

Recientemente, se ha traducido y publicado para los que vivimos en castellano… y te sorprende muy agradablemente la calidad, la complejidad, la riqueza de matices psicológicos y sociales que trabaja, el nivel de profundidad al que llega para explicar, para comprender a unas pocas personas que en el transcurso de unos pocos años, viven, viajan, se enamoran y cambian, evolucionan… desde sus “cambios de humor”… se educan, se enfadan, se aconsejan y van adaptándose a ese devenir cotidiano que llamamos la vida. 

Muy de agradecer el empeño de esta mujer que sabia en el fondo, que este libro era bueno, que su mensaje era sabio y oportuno en cualquier edad y época… Muy de agradecer que nos lo hayan traducido con su riqueza y sensibilidad… que nos lo editen y publiquen… 

Aun así, tenemos otro prejuicio que a muchos les apartará de esta magnífica novela romántica… ¡La autora es la de “Mujercitas”!

Os pongo una cita muy curiosa donde la propia autora nos increpa… Al comienzo del capítulo III… 

“Quienes solo busquen sucesos y acción en los libros será mejor que se salten este capítulo y prosigan con la lectura; pero aquellos que sientan interés por la descripción de los personajes encontraran aquí la clave para entender a Sylvia.” 

Y seguiré con los protagonistas encubiertos de esta novela… que son reales y famosos… ¡Disfrutarla!

 

Escrito por: Javier Morera

jueves, 31 de julio de 2025

LAS MUJERCITAS VAN CRECIENDO

  


Hace unas semanas dedicamos un post de este blog a comentar la novela “Mujercitas” de Luisa May Alcott. Queremos hoy volver a esta autora, con su obra de continuación, escrita unos meses después de publicada la anterior y debido al éxito e interés que produjo dicha primera parte. La autora, que ya tenía varias publicaciones, se sorprendió cuando con estos temas más tradicionales y basados en sus propias vivencias y experiencias, lograba saltar a la celebridad, gustar y obtener unos necesarios ingresos que bien merecía y necesitaba.

La continuación o segunda parte de Mujercitas, que solemos llamar: “Aquellas Mujercitas” es otra extensa novela de otros 24 capítulos, que trata de seguir el relato de las cuatro hermanas March y el resto de familia y conocidos a lo largo de otros pocos años donde van ocurriendo las típicas situaciones de esas jóvenes…noviazgos y matrimonios, trabajos y viajes, enfermedades y pérdidas… Todo con esa naturalidad y emoción cercana y amable con que nos lleva la autora por el recorrido de situaciones, conflictos, pasiones y soluciones, siempre con los consejos y ejemplos dignos de un buen manual de ética y moderación… Un estudio de la cultura y sociología de esas personas en esos tiempos y ambientes.



Afortunadamente, editores y profesionales del libro y la literatura, nos siguen regalando nuevas ediciones de estos clásicos textos, mas cuidadas y comentadas, llenas de información y anexos que nos ilustran y ayudan a los amantes de estas obras eternas a penetrar los mundos y circunstancias que rodearon y moldearon a estos autores y sus creaciones. Así, recientemente, la editorial Lumen ha editado un grueso tomo donde se juntan las dos obras reseñadas de Alcott, bien traducidas y comentadas, además de varias introducciones, estudios de contextos de la época y cartas y notas de alguna de las protagonistas así como de la autora de estas obras. Todo un placer para reinterpretar y adentrarse en ese universo de “Mujercitas” que nunca confundamos con un libro infantil

Muchos fragmentos me parecen interesantes y dignos de citar, pero especialmente, creo muy romántico y agradable el capitulo XVIII de esta segunda partes, que puede ser el XLI si la numeración es continua desde la primera obra.

“El antiguo y agradable jardín quedaba a orillas de un precioso lago y tenia castaños cuyas altas copas susurraban, hiedra que trepaba por todas partes, y la torre proyectaba su oscura sombra sobre unas aguas iluminadas por el sol. En un extremo del muro largo y bajo había un banco en el que Amy solía sentarse a leer, trabajar o consolarse contemplando la belleza circundante. Aquel día, estaba allí, con la cabeza apoyada en la mano, el corazón enfermo de nostalgia y los ojos llorosos de tanto pensar en Beth y preguntarse por qué razón Laurie no había acudido a su lado. No lo oyó cruzar el patio que quedaba a sus espaldas ni lo vio detenerse bajo el arco de la entrada del paso subterráneo que conducía al jardín. Una vez allí, se detuvo unos segundos, la miró con ojos nuevos y descubrió algo que nadie conocía: el lado sensible de Amy. La joven era la viva imagen del amor y la pena, con cartas emborronadas en su regazo, una cinta negra en el pelo y aquella expresión de dolor y resignación femeninas. La cruz de marfil que colgaba del cuello impresionó mucho a Laurie, ya que él se la había regalado y era la única joya que portaba la muchacha. Si le quedaba alguna duda de cómo le recibiría Amy, se disipó en cuanto ella levantó la mirada, le vio, dejó caer cuanto tenía en las manos y corrió a su encuentro exclamando con un tono que reflejaba un amor y una dicha inconfundibles:

-¡Oh, Laurie, Laurie! ¡Sabía que vendrías!”

 


Escrito por: Javier Morera

martes, 1 de julio de 2025

VERANEO CON NIÑOS Y LIBROS

  


Llega el verano y esa época prometedora para el descanso y las actividades más lúdicas y deportivas, con las personas con las que nos gusta compartir nuestros “gustos”.

Llegan las vacaciones, que son para los niños, el sueño de mil sueños y la promesa de mil felicidades… Entre otras muchas tan de moda y tan comercializadas hoy, siguen estando posibles las sencillas y tradicionales que consisten en leer con personas agradables, en sitios adecuados y los libros apropiados en lenguaje, en extensión, en temática y comprensión…

¡Qué ilusión compartir con unos jóvenes o niños unos libros en unos raticos de compañía, saboreando los recuerdos de los ya maduros y descubriendo las cuestiones y sorpresas de los menos formados!

Cualquier tema puede ser atractivo, si se elige bien el modo de presentación, el autor hábil, el nivel idóneo para interesar sin grandes dificultades, para entretener sin cansar… para aprender sin ser dogmático ni exigente…

Un caso de ejemplo puede ser el árido mundo de la Aritmética. Que para muchos hace aparecer fantasmas de miedo o cansancio a memorias y problemas. Pero que si se abre con el acierto y la gracia conveniente, puede ser una caja de sorpresas… Breve Historia de los Números, de Esteban Rodríguez Serrano, es un librito de poco más de cien páginas, con alguna simpática ilustración de Moisés Ojeda, que nos lleva saltando por las culturas y las épocas pretéritas, recogiendo la costosa aportación de cada cultura a ese inmenso edificio del saber humano que hemos ido construyendo a lo largo de milenios y que llamamos matemáticas.

Como aparecieron los números, apoyados en las formas de contar, como los identificamos y operamos entre ellos dando lugar al cálculo, la aparición del maravilloso cero que nos posibilita emplear los sistemas de posición en las cifras… los ábacos y las dificultades de romanos y otras técnicas que no consiguieron grandes avances en la aritmética… la geometría, le sistema decimal y la utilidad de compartir escalas y medidas…

Hasta llegar a los números irracionales y las dificultades que entrañan determinados cálculos o teorías para la mayoría de nosotros…

Muy interesante pensar y recordar la cantidad de pequeños pasos y grandes pensadores que han ido construyendo nuestro camino, a lo largo de la Historia… y que ahora recorremos en unos pocos cursos de escuela…

Y si todo esto lo leemos, lo compartimos con esos jovencitos que están empezando a descubrir estos mundos, el gozo es enorme y el resultado es una posible vocación hacia el saber y la ciencia, o, al menos, unos ratos de verano amables, compartidos con planes de estudio y recuerdos de infancias.

Mucho mejor que sentarse ante una pantalla y contemplar como un equipo que viste de verde gana a otro que luce de amarillo… ¿para qué?

 


Escrito por: Javier Morera

sábado, 21 de junio de 2025

OTRA ESCRITORA POCO CONOCIDA

 


“Siempre miraban hacia atrás antes de volver la esquina, porque su madre estaba siempre en la ventana para decirles adiós con la mano, sonriendo. Parecía como si no pudieran cumplir sus deberes diarios sin aquella despedida que le hacia el efecto de un rayo de sol”

Si eres una lectora conocedora de obras clásicas del siglo XIX, seguramente ya sabes de qué titulo y escritora estoy citando… si eres lector o no te interesan esas épocas… pues no habrás ni oído, menos leído, a la norteamericana Louisa May Alcott que vivió por esas inmensas tierras recién colonizadas de América entre 1832 y 1888. Esta mujer, educada en una culta familia de buena posición social, también quiso dedicarse a leer y escribir… tema siempre difícil pero mucho más en aquellas épocas donde la joven era rápidamente educada y dedicada al matrimonio y el cuidado de niños y adultos, casa… toda la vida… Y aun mas en tiempos difíciles de la Guerra de Secesión  por esas tierras… Pero consiguió dejarnos sus cuentos, sus relatos y novelas… y especialmente, una obra que es bueno leer para entender sus principios morales y los valores que estas buenas gentes deseaban implantar en sus mundos…

En esa novela: MUJERCITAS, nos cuenta las circunstancias sociales, familiares, emocionales… de una familia de cuatro “jovencitas” que además de pasar por sus apuros económicos, laborales, de las ausencias por la Guerra… además van entrando y saliendo en esas etapas que ahora llamamos madurez infantil, pubertad, adolescencia, primera juventud… Muchos nombres y teorías y siempre un mismo problema, mas para estas niñas, aprender a vivir y superar tantos miedos y obstáculos que nos pone la vida.

Si se leen los XXIII capítulos de que consta la obra, se van conociendo los diferentes caracteres de las jovencitas y los diferentes estados por los que cada una a su manera los va superando… y disfrutamos viendo como la hábil autora nos coloca en cada capítulo un tema o problema típico para cada una de las niñas… miedo, inseguridad, indecisión, soledad, aburrimiento, indisciplina, desorden, vanidad, holgazanería… siempre con optimismo, siempre desde la buena educación y el cariño fraternal y familiar que ayuda a ir superando los trances sin recaer en traumas…

Es un buen momento para leer o releer estas obras tan acertadas que por algo se han conservado entre las “clásicas”… suaves y dulzonas, sin vinagre ni sangre… pero cargadas de humanidad… o de lo que debería ser lo humano… sin asesinatos en serie… sin violaciones en grupo… sin genocidios, sin crímenes por genero… Con amor y educación…

 


Escrito por: Javier Morera

sábado, 14 de junio de 2025

LAS COSAS DE PROUST

 


Creo que todas y todos conocen, han oído hablar… algunos han leído… pocos han entendido… a ese escritor casi actual, escaso en obras pero contundente en extensión de su gran  novela: EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO… Claro, me refiero a Marcel Proust, parisino que vivió desde 1871 hasta 1922.

Proust trata el problema del tiempo, con una larga obra repartida en siete tomos, con más de tres mil páginas y cientos de personajes, situaciones, relaciones, encuentros y pérdidas… Proust trata la vida misma, la sociedad, la curiosa e irrepetible atmósfera de finales del siglo XIX en la capital del mundo que era entonces París… la política, los negocios, el arte, la literatura, el teatro y la música… pero especialmente… las siempre subjetivas y peculiares interacciones entre las personas, las edades, las distintas profesiones y las diferentes personalidades… la vida… su vida… su entorno y sus emociones… captadas con esa minuciosa y educada sensibilidad tan difícil de encontrar, tan costosa de entender… tan importante de guardar como tesoro explicito y extenso de esas vivencias… Un legado que siempre nos quedará de sus “tiempos perdidos”

Para acercarse a la obra de Proust, puede ser fácil introducirse en alguna de las muchísimas aproximaciones que a lo largo del siglo que nos separa de este autor, se han escrito y documentado sobre él. Una de ellas, de las más simpáticas y sencillas, es sin duda, EL ABRIGO DE PROUST,  escrito por Lorenza Foschini a principios de este siglo.

Nos cuenta Lorenza, como a partir de una entrevista al diseñador de modas Piero Tosi, que pretendía montar toda la impedimenta necesaria para una película sobre la novela de Proust, dirigida por Luchino Visconti, hacia finales del siglo XX, conoce a un admirador y rastreador de la obra y objetos de Proust, llamado Jacques Guerin… y siguiendo esas pistas y relatos nos vamos acercando a la curiosa vida y obra de Marcel…

Hay otros libros, muchas fotografías, exposiciones internacionales y museos dedicados a manuscritos, objetos, recuerdos de este autor… pero lo principal es leer con paciencia su obra para recomponer, recuperar toda su sensibilidad que fue su percepción inteligente y emotiva de su vida.

Pongo una cita para ilustrar como diferentes esforzados admiradores han tratado de fijar sus objetos, como reliquias, para acercarse a sus pensamientos…

“Jacques lo siguió con el espíritu excitado que tenia siempre que se sentía próximo a la conquista de un libro deseado, de un manuscrito raro, de algo que encerrase en sí, de algún modo, aquel misterio latente que tienen los objetos de los otros cuando fueron amados y valorados por ellos. Apropiarse de esos objetos significa quizá conservar en cierto modo una chispa de aquel amor, de aquel placer, y sentirse finalmente satisfecho. Pero hay más aún: el sentimiento que lo movía no era el del coleccionista, sino más bien el del salvador de algo sagrado. Como si un imán, lo atrajera hacia el objeto inesperado, siguió al ropavejero hasta el fondo del depósito”.

 


Escrito por: Javier Morera

domingo, 11 de mayo de 2025

250 AÑOS DE JANE AUSTEN

 


El día 16 de diciembre de 1775, en un lugar de Inglaterra, nació Jane Austen. Como todos sabéis, era la segunda niña, entre muchos hijos varones de un pastor anglicano…Y escribió mucho, aunque solo seis novelas fueron publicadas por ella... y firmadas de forma anónima… Y a finales de este 2025, se cumplirán los 250 años de su nacimiento… Y se están convocando por muchos lugares del mundo eventos para recordarla y celebrar su obra que está muy inmersa en su difícil biografía.

Hay tendencias que prefieren enfrentarse a una obra de arte sin tener conocimientos previos, sin introducción, sin antecedentes… Otros, pertenecemos al movimiento opuesto. Queremos y necesitamos saber y conocer hechos y detalles para poder entender, interpretar, reconocer, las mil explicaciones que iluminan los resultados compactos que observamos en la manifestación artística.

Así es especialmente, creemos, en las obras literarias, y en particular en algunas como las novelas de Jane Austen. Por eso os recomiendo antes, o la vez, de leer sus conocidos títulos, adentraros en su datos biográficos, lo poco que se conoce, pero que si ha sido ampliamente investigado.

Cuando te sitúas en la época de esta autora, en los tiempos de los monarcas ingleses de la familia Hannover, que solían nombrarse Jorges, y estudias un poco lo que ocurría por “su mundo”…Pérdida de las colonias de América, Revolución Francesa, guerra contra Napoleón… empiezas a entender como esta cultura se cierra sobre sí misma y levanta fronteras a todo lo que supone cambios y novedades…

Cuando pones la lupa en lo poco que conocemos de los datos de su corta biografía… su breve educación formal… el interés por la biblioteca de su padre… su creatividad en la creación de cuentos, poesía, relatos, teatros para la familia… entiendes que esta joven deseaba abrirse a un mundo y cambiar aspectos sociales que no aceptaba como eran…

En la biografía de Ofelia Ott publicada hace pocos años, nos cuenta que su padre le regaló a Jane, el día que cumplía 19 años (16 diciembre 1794) un pequeño escritorio donde poder construir con palabras escritas sus sueños… y con el fabricó su mundo… ¡sus libros!…

Pongo unas citas de esta biografía, para acercarnos a la sensibilidad y los problemas de vida de esta escritora.

 

“Jane pasó varias tardes de ese enero de 1801 encerrada en el cuarto azul seleccionando las pocas pertenencias que se llevaría a Bath, molesta ante las intervenciones de su madre, que no paraba de sugerirle posibles destinatarios para sus objetos preferidos. Nadie parecía entender la importancia que todos esos objetos tenían para ella. No eran simples útiles o piezas de decoración: formaban parte de lo que ella era, de la vida feliz en la rectoría, y casi de cada uno de ellos Jane podía extraer un recuerdo, un sentimiento o una historia. “

 

“Para la sociedad georgiana, la vida se organizaba alrededor de la familia y el matrimonio. Los adultos eran identificados por el lugar que tenían o no tenían dentro de una familia. Desde el punto de vista legal e impositivo, las mujeres eran identificadas según su estado civil: esposa, viuda o solterona, mientras que los hombres eran clasificados de acuerdo con su profesión. Por supuesto que las esposas ocupaban un lugar más alto en la pirámide social que las que se habían quedado solteras, en especial en las clases aristocráticas, donde la ausencia de una renta las colocaba en la necesidad de ubicarse como gobernantas o acompañantes de familiares más afortunados.”

 

Escrito por: Javier Morera

sábado, 5 de abril de 2025

NO MAS MOSTRADOR

 


El pasado 24 de marzo, se cumplían 216 años del nacimiento de nuestro querido escritor, periodista, dramaturgo, traductor, político… Mariano José de Larra.

Mucho hemos comentado y siempre nos queda mucho de recordar de este buen intelectual romántico que en su corta vida (1809-1837) viajó y conoció el mundo europeo y sus grandes representantes de las letras y la cultura (Víctor Hugo, Alejandro Dumas…)

Seguramente, le conocemos mejor por sus artículos de prensa, donde con gracia y mucha inteligencia nos ironiza y muestra el devenir de los muchos puntos mejorables de la sociedad española de esas épocas tan convulsas, así como difíciles para gentes que intentaban vivir y abrirse a ciertas libertades.

También es posible haber leído algunas de sus muchas crónicas y artículos de crítica tanto literaria como teatral, o sin saberlo, haber leído o contemplado obras que Larra se encargó de traducir de otros idiomas, especialmente el francés, ya que en Francia se había educado por razones de exilio obligado de su padre.

Pero, Larra es poco conocido como dramaturgo. Hay obras donde, con interés romántico histórico, pretende guardar momentos épicos de nuestro pasado… y no han sido muy bien aceptadas en nuestra cultura, que admira mas cualquier héroe foráneo que un legendario personaje de nuestra historia. Hay también “versiones” o piezas que este autor nos ha dejado como suyas, pero que algunos investigadores consideran “adaptaciones” que no traducciones, de otras comedias extranjeras, francesas principalmente…

Este es el caso de una comedia en dos actos titulada Julia, en la que, muy brevemente y con mucha picaresca, Larra nos cuenta las dificultades de una mujer joven, para casarse con quien quiere, con todos los problemas de economías y protocolos, prejuicios y compromisos que esa sociedad de principios del siglo XIX tenía en España.

Y aun más gracia y significado tiene la Comedia: NO MAS MOSTRADOR, donde el astuto Larra nos mezcla el problema de los matrimonios, con el interés de la “burguesía” por convertirse en nobleza y las picarescas de estas élites de gran apellido y titulo para seguir subsistiendo sin recursos y sin consentir en el digno trabajo que siempre les parece impropio de los “hidalgos”….

Temas preciosos, donde se intenta poner en clave de humor, problemas muy serios y muy tristes… donde se proponen soluciones moralizantes o al menos practicas y humanas a costumbres “rancias”… donde se busca la libertad, la igualdad, la fraternidad… ¿Demasiado moderno para entonces y para ahora?

Os dejo con una cita de esta última obra comentada… Pero merece leerla entera… en el teatro no la encontrareis… ¡ahora solo se llevan los musicales!

DOÑA BIBIANA.-  ¿Y qué tenemos con esa relación tan larga de mi padre, y de mi abuelo, y de mí?... Vaya, que es gracioso. Sí señor, quiero dejar el comercio; sabe Dios lo que la suerte me reserva todavía: verdad es que mi madre vendía botones; pero por eso mismo no los quiero vender yo... sobre todo, si yo conozco mi genio... y, vamos a ver, dime: ¿qué era la marquesa del Encantillo, que anda desempedrando esas calles de Dios en un magnífico landó? A ver si su abuelo no era un pobre valenciano, que vino vendiendo estera, y se ponía por más señas en un portal de la calle de las Recogidas, hecho un pordiosero, que era lo que había que ver. En fin, fuera cuestiones, Deogracias; te lo he dicho, no quiero más comercio. Llevo ya veinticuatro años de medir sedas, y de estirar la cotanza para escatimar un dedo de tela a los parroquianos, y de poner la cortina a la puerta para que no se vean las macas de las piezas... qué sé yo... maldito mostrador; basta, basta, no más mostrador. 

Escrito por: Javier Morera

jueves, 13 de marzo de 2025

BÉCQUER Y EL CARNAVAL

 


Y siguiendo con esas visiones literarias de algunos de nuestros grandes autores sobre el tema del carnaval, no puede faltarnos el pequeño, pero sustancioso relato que de estos temas nos dejó publicado Gustavo Adolfo Bécquer en febrero de 1866.

Este artículo, entre crónica, ensayo y opinión personal, recorre varios asuntos en un pequeño número de hojas. Comienza con unos comentarios sobre el poco interés que Gustavo Adolfo da a estar situado en el calendario… Como buen romántico nos dice que permanece tiempos ensimismado en sus pensamientos y embelesos y no presta mucha atención al día en que vive. Solo algunas fechas, relacionadas con cambios de estación y alteración de sus emociones, como son Todos los Santos, que lo envuelven de nostalgia y melancolía en el otoño y las fiestas de Carnaval por lo de grotesco y renovador del invierno que se convierte en primavera y color de la vida.

Después ironiza sobre un antiguo significado del carnaval que ahora no tiene sentido ni causa, ya que hay mucha libertad para saltar esas pautas sociales, aunque la sociedad y la educación las exijan… Y pasa a clasificar el carnaval en grandes grupos de manifestación… en las clases altas, con sus bailes y protocolos de una fiesta que debería romperlos… en los teatros y bailes populares donde se hace un poco más de lo que se hace todos los días… en las calles y plazas ciudadanas y pobres que quieren romper con la costumbre reutilizando mas trapos y desechos…

No parece satisfecho con el Carnaval nuestro amigo Gustavo, como tampoco vimos entusiasmado a Larra.

Os invito, como siempre, a leer el texto del poeta sevillano y os dejo con una cita para recordar sus palabras que nos describen sus salones y momentos de galantería.

“Entonces la valla se rompe en mil pedazos. Se dispone un baile de trajes en casa de la Duquesa de C*** ó de la Condesa de H*** una legión de modistas, peluqueros y doncellas de labor se pone sobre las armas, las cajas de marfil ó de ópalo del elegante tocador dejan ver los tesoros de perlas y piedras preciosas que contienen; por los muelles divanes caen descuidadamente tendidos los anchos pliegues de las más vistosas telas; el raso, el terciopelo, el brocado de metales, la leve gasa azul salpicada de puntos de oro y semejante al estrellado cielo de una noche de Estío. Hay libertad completa de elegir la falda: puede ser larga ó corta, según lo permita la misma: el escote alto ó bajo en razón á la esteología de los hombros: el pelo empolvado ó al natural, con arreglo al color de la tez. El oro, los diamantes, el tisú, las plumas y las perlas en montón, que otro día pudieran parecer ridícula exhibición de riquezas, parecen entonces como artículos necesarios. El Carnaval ha abierto las compuertas de la vanidad, y el lujo y el capricho pueden por un momento derramarse en oleadas de luz y de oro, de diamantes y de seda, de gasa y de flores por el aristocrático salón del baile.”

Y estando ya por mediados de marzo, a la puerta abierta de la primavera, será momento de dejar para otro riguroso y oscuro invierno, los muchos retajos y crónicas que del carnaval nos han hecho los viajeros y los tiempos. 


 

Escrito por: Javier Morera

domingo, 9 de marzo de 2025

EL TÉTRICO CARNAVAL DE POE

 


Recorriendo estos relatos literarios que del carnaval nos han dejado los admirados y famosos escritores, también quiero traer a nuestra memoria, al bien conocido y siempre actual bostoniano Edgar Allan Poe (1809-1849).

Poe nos resulta un autor atrayente y curioso con sus narraciones, sus historias, sus fantasías y sus visiones tan especiales. Tal vez sea el mas romántico de los escritores americanos, o tal vez el único verdaderamente romántico, pero también es fundador de nuevas tendencias hijastras del romanticismo y la novela fantástica y de misterio, que ha dado origen a mil variedades y estilos, propagándose por, cómics, teatro películas…

En este autor, el motor de la creación literaria está muy alimentado por el miedo, lo desconocido, lo místico misterioso… lo sobrenatural en sus formas menos placenteras y si mas terroríficas…

Como típico romántico, también vivió poco, pero nos dejó muchas obras, la mayoría relatos cortos, donde en pocas páginas nos engancha en toda una atrapante sucesión de cambios e intrigas que nos suelen llevar a un desenlace sorprendente y muchas veces tétrico.

Una constante de su obra, es la huida de su gran perseguidora y constante amenaza… la muerte… Como le ocurrió al autor… en sus obras es pauta recurrente verse al filo, perseguido y acosado por la muerte en sus mil formas macabras.

También tiene escritos en que hay bailes de mascaras y fiestas de ocultación con disfraces… y en uno de sus relatos, titulado: LA MUERTE ROJA, se puede apreciar como aprovecha el tema de las máscaras para proyectarse él y su continuo escapar de la muerte.

Os pongo un fragmento de esta narración que podéis encontrar en sus obras…

“Pero, por cierto terror indefinible que la audacia insensata de la máscara había inspirado a todos los allí reunidos, no hubo nadie que pusiera la mano en ella, aun cuando, sin encontrar ningún obstáculo, pasó a dos pasos de la persona del príncipe; y en tanto que la inmensa asamblea, como si obedeciera a un solo movimiento, retrocedía del centro de la sala a las paredes, la máscara continuó su camino sin interrupción, con aquel mismo paso solemne y mesurado que la había singularizado desde el principio, de la sala azul a la sala púrpura, de la sala púrpura a la sala verde, de la verde a la anaranjada, de ésta a la blanca, y de la blanca a la violeta, antes de que nadie hiciera un movimiento decisivo para detenerla. Fue entonces, cuando el príncipe Próspero, exasperado de ira y de vergüenza por su momentánea cobardía, se lanzó precipitadamente a través de las seis salas sin que nadie lo siguiera, porque un terror mortal se había apoderado de todo el mundo. Blandía un puñal y se había aproximado impetuosamente a una distancia de tres o cuatro pasos del fantasma que se batía en retirada, cuando éste, llegado a la proximidad de la sala de los terciopelos, se volvió bruscamente y afrontó a quien lo perseguía. Sonó un grito agudo, y el puñal se deslizó relampagueante sobre la alfombra fúnebre, donde el príncipe cayó muerto un segundo después. Entonces, invocando el frenético valor de la desesperación, una multitud de máscaras se precipitó a la vez en la sala negra, y, asiendo al desconocido que se mantenía, como una gran estatua, rígido e inmóvil a la sombra del reloj de ébano, se sintieron sofocados por un terror sin nombre, al ver que no había ninguna forma palpable bajo el sudario y la máscara. Todos reconocieron entonces la presencia de la Muerte Roja. Había venido como un ladrón en la noche.”



Seguiremos revisando otras visiones del carnaval desde distintos autores.

 

Escrito por: Javier Morera

 

jueves, 6 de marzo de 2025

MARIANO JOSÉ DE LARRA Y EL CARNAVAL

 


 

Seguimos revisando el tema del Carnaval, desde autores que lo han vivido y plasmado en sus escritos, y gracias a ellos conocemos como era y más aun, como lo vivieron estos interesantes protagonistas de nuestras queridas bibliotecas.

Hemos visto a Goethe como nos relató su carnaval en Roma en febrero de 1788. Unos años después, en Madrid, el 14 de marzo de 1833, nuestro famoso escritor, periodista y político Mariano José de Larra, publicaba en “El Pobrecito Hablador”, un artículo que todos conocemos: EL MUNDO TODO ES MASCARAS. TODO EL AÑO ES CARNAVAL.

El famoso y desdichado romántico (Madrid 1809-1837) nos relata en su artículo varias situaciones tanto de sus preocupaciones como de crítica social… que aun estando en la primera fase de su corta trayectoria, y por ello no la más oscura, ya se nota en sus líneas los ácidos comentarios y triste desesperanza que pronto se harán crónicos y patológicos en sus últimos escritos…

Nos cuenta que no quiere ir al carnaval… que resulta arrastrado por un amigo… que no comprende esa diversión y que censura y ridiculiza a los que van y se esconden con máscaras, sin saber para qué, ni encontrar, las mas de las veces, el placer y la aventura que persiguen…

Hipocresía, engaño, fraude y desilusión se dibuja en su relato… y sigue aprovechando para enconar su crítica hacia médicos y abogados… para resaltar el engaño en los servicios de comida, que sirven poco y cobran mucho…el atasco, el tumulto que incluso provoca la pérdida de su capa… la confusión con idénticos disfraces..

Elijo una cita de este texto, que curiosamente, bien se puede comparar con el que tomé de Goethe, en el artículo anterior, si bien la actitud y el tono de este resultan más serenos y amables que los de nuestro joven Mariano José de Larra.

“Ni me sé explicar de una manera satisfactoria la razón en que se fundan para creer ellos mismos que se divierten un enjambre de máscaras que vi buscando siempre, y no encontrando jamás, sin hallar a quien embromar ni quien los embrome, que no bailan, que no hablan, que vagan errantes de sala en sala, como si de todas les echaran, imitando el vuelo de la mosca, que parece no tener nunca objeto determinado. ¿Es por ventura un apetito desordenado de hallarse donde se hallan todos, hijo de la pueril vanidad del hombre? ¿Es por aturdirse a sí mismos y creerse felices por espacio de una noche entera? ¿Es por dar a entender que también tienen un interés y una intriga? Algo nos inclinamos a creer lo último, cuando observamos que los más de éstos os dicen, si los habéis conocido: «¡Chitón! ¡Por Dios! No digáis nada a nadie». Seguidlos, y os convenceréis de que no tienen motivos ni para descubrirse ni para taparse. Andan, sudan, gastan, salen quebrantados del baile... nunca empero se les olvida salir los últimos, y decir al despedirse: «¿Mañana es el baile en Solís? Pues hasta mañana». «¿Pasado mañana es en San Bernardino? ¡Diez onzas diera por un billete!»”

Aunque ya se nos escapa este año el tiempo de Carnaval, seguiremos tratando la estela que esta curiosa fiesta nos deja en admirados autores.

 

Escrito por: Javier Morera