Otra vez se nos termina Abril.
Los primeros cuatro meses de este 2018 ya se han despedido entre lluvias y
vientos invernales. Ya han transcurrido 118 días desde aquel primero de Enero
que aun pensábamos en Navidad… y se han diluido entre nuestras manos libros de
Dickens, Bécquer, Larra, Palacio Valdes, Irving, Andersen…Comedias de
Shakespeare, películas de toda la vida, Charlas sobre historia… horas de
dialogo y tertulia durante estas 15 sesiones que nos han transformado durante
estos cuatro meses…
Se ha cumplido el calendario y
hemos cumplido con nuestros amigos acudiendo a citas y encuentros donde cada
uno aportaba lo que podía, lo que sabia, lo que creía un regalo para los otros…
También las sesiones de los
viernes con sus múltiples actividades de lectura y comunicación de los contextos
que nos ayudan a realizar mejores comprensiones de cada campo y de cada texto…
Y también las exposiciones a las
que hemos acudido en grupo y las excursiones y los ratos de ejercicio al aire
libre… todo un cuatrimestre, tiempo pequeño para lo que queríamos hacer,
periodo ya importante de este año que ya nos sitúa en días largos de sol y
clima sonriente… tiempo… lo único que tenemos… y lo único que no podemos
guardar, retener, comprar… tiempo…
Y se nos avecina a velocidad
espacial, Chateaubriand, Wilde, Turguénev, Bernard Shaw, Esquilo, Gaarder,
Crichton, Scout Fitgerald, Melville, Byron…
Vuelven a ser vivos al pasar
por nosotros, renacen sus palabras en nuestros labios y sus ideas en nuestros
pensamientos… son en nosotros o nosotros vivimos un poco en sus obras… ¡Extraña
comunicación! La que se tiene con un libro… a través de un libro con un autor…
¡como nos invitan a sus mundos y como somos parte de sus obras!… de sus vidas…
y ellos de las nuestras…
Los libros siguen ahí… el
tiempo se escurre sin dejar ni huellas de su paso… y nosotros seguimos danzando
entre limbos de poder y economía…
¡Leo, luego existo!
Escrito por: Javier Morera
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