martes, 1 de mayo de 2018

LA DIFICIL REALIDAD DE LA CONVIVENCIA





Esta semana nos dedicamos a una pequeña obra de un gran autor. “El Último Abencerraje” de Chateaubriand, una especie de cuento o narración corta, donde se puede apreciar, como para el autor romántico, el fuego del amor puede prender en cualquier tipo de material y momento histórico, pero para establecer las compatibilidades de la convivencia, hay que aceptar sacrificios y perdidas…

Hoy creemos que lo importante es el trabajo… en otras épocas se valoran mas otras cosas y siempre los contextos de los que van a convivir deben ser parecidos o al menos alguien debe estar dispuesto a  adaptarse bastante a las circunstancias del otro…

De lo contrario el riego de quedarse en una pequeña anécdota es muy alto.
Veamos una cita de este texto que os invito a leer… tranquilamente:

“¡De cuán poco depende la paz de nuestra vida! La patria no ocupa ya sola y por entero el alma de Aben-Hamet: Granada no es a sus ojos un desierto, una ciudad abandonada, viuda y solitaria; es más cara a su corazón que antes, pues un nuevo prestigio embellece sus ruinas, porque al recuerdo de sus mayores mézclase ahora otro encanto. Aben-Hamet había descubierto el cementerio en que descansaban las cenizas de los abencerrajes; pero al orar, al prosternarse, al derramar por su memoria filiales lágrimas, piensa que la joven española ha pasado alguna vez sobre aquellos sepulcros, y sus antepasados, aunque difuntos, le parecen felices.

En vano intenta ocuparse exclusivamente de su peregrinación al país de sus padres; en vano recorre las colinas del Darro y del Genil, para recolectar plantas al amanecer, pues la flor que ahora busca es la hermosa cristiana. ¡Cuán inútiles esfuerzos ha hecho ya para volver a hallar el palacio de su encantadora! ¡Cuántas veces ha intentado volver a pasar las calles que le hiciera recorrer su divino guía! ¡Cuántas ha creído reconocer el tañido de aquella campana y el canto de aquel gallo que oyera no lejos de la morada de la peregrina española! Alucinado por iguales rumores, corre presuroso al paraje donde se escucharan; mas el mágico palacio no se presenta a su vista. Y acaecíale también que el uniforme traje de las granadinas le inspiraba una fugaz esperanza, porque a cierta distancia todas las cristianas se parecían a la señora de su corazón, y era el caso que miradas de cerca, ni una siquiera atesoraba su hermosura y sus gracias. Aben-Hamet había recorrido las iglesias para descubrir la extranjera, y hasta había penetrado en las sepulturas de Fernando e Isabel, siendo éste el más costoso sacrificio que hasta entonces hiciera en aras del amor.”

El jueves nos encontramos con este francés precursor del romanticismo en su país… si tus contextos te lo permiten… acércate a los nuestros y convivimos esta novela…


 
Escrito por: Javier Morera



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