Al inicio del capítulo XVIII de
Oliver Twist, nos encontramos…
“Cuando Oliver levantó tímidamente la cabeza, su mirada asustada
tropezó con la penetrante del judío, y el desventurado hubo de comprender que
la palidez lívida de su rostro y el temblor de sus miembros no habían pasado
inadvertidos para el viejo bribón ni dejaron de ser de su gusto.
Contrajéronse los labios delgados del judío en una sonrisa
espantosa, y después de dar a Oliver un golpecito en la cabeza, y de decirle
que estuviera tranquilo, que si trabajaba volverían a ser excelentes amigos,
tomó el sombrero, púsose un levitón lleno de remiendos y salió cerrando la
puerta con doble vuelta de llave.
Todo aquel día, y gran parte de los siguientes, por espacio de
largo tiempo, Oliver permanecía solo, sin ver a nadie desde las primeras horas
de la mañana hasta media noche. En sus eternas horas de soledad, disponiendo de
tiempo sobrado para abandonarse a sus pensamientos, acordábase sin cesar de sus
caritativos amigos de Pentonville, y vertiendo lágrimas arrancadas por el más
acerbo de los dolores, imaginábase la pésima opinión que de él tendrían
formada.
Al cabo de una semana, o poco más, el judío dejó de cerrar con
llave la puerta de la cárcel de Oliver, y éste quedó en libertad para recorrer
la casa.
Imposible imaginar nada más triste y sucio”…
Charles Dickens, un buen
escritor del siglo XIX , nos dejó en su obra muchas paginas donde se cuenta la
vida… parece un sociólogo o un antropólogo que nos relata con minuciosidad y
belleza ese intrincado mundo y sociedad de mediados de su siglo… nos lleva por
calles y caminos, nos metemos en casas, somos robados y maltratados por esas
gentes que a su vez son maltratadas y victimas de culturas muy exigentes para
las que no habían sido debidamente preparados…
Leer Oliver Twist, es disfrutar
de una estupenda inteligencia que nos “pinta” ese Londres tan imperfecto… es
también sufrir con esas gentes buenas que no saben como subsistir entre tanta
escasez, tanta picaresca, tanta norma y tan poca ayuda…
La sociedad nos ayuda poco, la
familia no puede arroparnos, el estado solo sabe someternos y normalizarnos… el
campo y el pueblo ya se perdían en la Historia… la fabrica y el empleo por
cuenta ajena se hace duro, escaso, esclavo, inconquistable… no hay descanso, no
hay tregua, solo vicios y delincuencias para los menos afortunados…
Leer a Dickens es ver con ojos
de dioses mundos de hormigas que sufren sin saber las causas… Leer a Oliver
Twist es replantearse como estamos gestionando los apoyos sociales, los
servicios sociales, la acción social y la Política Social de los estados de
Bienestar…
Me diréis que hace mas de un
siglo…
Y yo os contesto… ¿Cuánto hemos
mejorado en 190 años?
Escrito por: Javier Morera
No hay comentarios:
Publicar un comentario