¿De dónde vengo?... El más horrible y áspero
de los senderos busca;
las huellas de unos pies ensangrentados
sobre la roca dura;
los despojos de un alma hecha jirones
en las zarzas agudas,
te dirán el camino
que conduce a mi cuna.
¿Adónde voy? El más sombrío y triste
de los páramos cruza,
valle de eternas nieves y de eternas
melancólicas brumas;
en donde esté una piedra solitaria
sin inscripción alguna,
donde habite el olvido,
allí estará mi tumba.
(Rima
LXVI de Bécquer)
Hoy, 17 de Febrero de 2018, se
cumplen 182 años del nacimiento de Gustavo Adolfo Bécquer, que en realidad se
llamaba Gustavo Adolfo Claudio Domínguez Bastida.
Nosotros, estos días, todos los
años, le recordamos con alguna tertulia dedicada a sus obras, lecturas de sus
bellos poemas, excursiones a esos lugares donde se formaron los ambientes que
él representó en sus creaciones…y así vamos conociendo y celebrando a la par
que se disfruta, los recónditos paisajes de sus emociones…
Seguramente Gustavo no creía que
tantos y tan lejos en el tiempo le
admirarían su obra y recordarían sus creaciones… y se identificarían con sus
palabras, con sus sentires, con sus problemas…
Cuando leemos un autor y nos
gusta ¿Qué ocurre en nuestro cerebro para sentir ese interés y ese gozo?...
¿recorremos circuitos neurológicos parecidos a los que él configuró? ¿Fabricamos proteínas de memoria
similares a las que Gustavo sintetizó? ¿Serán fantasmas de todos sus personajes
los que nos enajenan como a él le hicieron? ¿Podría ser una conexión espiritual
que aun no sabemos medir? Tal vez explicaciones de enfermedades mentales son más
acordes con la pragmática conformidad de las “masas” actuales…
Desde luego es fenómeno curioso
que cuando te absorben las obras de este y otros románticos durante unas horas…
la cara se languidece, la pupila se dilata, la mano busca otra mano y la luz de
la vela tiembla, decrece… muere el día y nos invade la noche larga y triste,
que sin quererlo se ha colado por las rendijas de las ventanas hasta humedecer
con sus impalpables ondas el débil aliento de nuestra vida… ¿Qué será lo que
ocurre en esta extraña y sofocante invasión del ser por otro espíritu sin nombre, indefinible esencia, yo vivo con la
vida sin formas de la idea…
Gustavo ya nos lo dijo… Yo, en fin, soy el espíritu, desconocida esencia, perfume
misterioso de que es vaso el poeta.
(Fragmentos de la Rima V)
Escrito
por: Javier Morera
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