El día 8 de Junio de 1916, se
casaron mis abuelos. Han pasado 100 años… muchas cosas… Mi abuelo Mariano, alto
y delgado, serio y formal… se desposa con esa jovencísima Concha, de azul y
limpia mirada… tierna… emotiva… adolescente que rápidamente pasó a ser madre y
maternal doña Concha…
Corría la horrorosa Guerra
Mundial, que ahora llamamos la Primera por que ha habido mas… ya se había
hundido el Titanic y con él, esa supremacía del humano sobre la naturaleza…
Ahora sabemos que podemos destruirla y destruirnos, pero no crearla ni
dominarla… Reinaba otro de los reyes sin rumbo de España y de cualquier pueblo
que no sea una banda de cazadores y ladrones de la edad de hierro…
Mis abuelos se casaron en la
iglesia de su pueblo, uno de los grandes de Aragón y a la salida de la
ceremonia, por la plaza, jugaban unos chavales encorriendo palomas y carros…
uno de los mas jovencitos, delgado y avispado, pequeño de muchos hermanos mas
peleones, a la vuelta de muchos años sería mi padre… pero él no lo sabia… ni sabia
que tendría que enfrentarse a ese joven que se casaba para “pedir” a su primera
hija, que sería mi madre…
No sabían ninguno de ellos la
feroz y absurda guerra que los esperaba a todos… y tan cruel e injusta como
todas las guerras… o mas…
No sabían que un día, cien años
después, un sujeto nacido de la improbable circunstancia de mi existencia, escribiría
en una red insospechable… que todo esto ha sido… es…
Era improbable…
Parecía imposible…
Se ha complicado por todos los
caminos de las inconveniencias y de las guerras…
Por eso yo, que tampoco sabía
nada, quiero recordarlo, contarlo y exponerlo al mundo intangible… de un blog…
romántico… improbable en este mundo material y salvaje…
Y no sabemos cuando estallara
la otra guerra que alguien necesita para hacer más improbables nuestras
pequeñas posibilidades de ser… hechos y no azares…
Escrito por: Javier Morera
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