domingo, 5 de julio de 2015

ENTRE EXPECTATIVAS Y PREJUICIOS


Por el capitulo XVIII de Emma, que seguro ya has leído, Hay una conversación muy interesante entre la protagonista de la novela de Jane Austín y el señor Knightley. Se trata de un error de expectativas, de cómo lo soluciona cada uno y de la intervención de dicho señor Knightley, que siempre suele dar el toque de sentido común, sensatez y buen juicio a la relación…

“EL señor Frank Churchill no se presentó. Cuando el tiempo señalado se fue acercando, los temores de la señora Weston se vieron justificados con la llegada de una carta de excusa. Por el momento, «con gran pesar y contrariedad por su parte», le era imposible visitarles; pero «confiaba en que más adelante, al cabo de no mucho tiempo, pudiera ir a Randalls».

La señora Weston tuvo un gran disgusto... de hecho un disgusto mucho mayor que el de su esposo, a pesar de que siempre su ilusión de ver al joven era mas moderada; pero los temperamentos optimistas, aun cuando siempre ponen demasiadas esperanzas en el futuro, no siempre al sentirse defraudados experimentan una depresión de ánimo proporcionada a sus ilusiones fallidas. Pronto se vuela sobre el fracaso presente y empieza a tener esperanza otra vez. El señor Weston permaneció desconcertado y apenado durante media hora; pero luego empezó a pensar que si Frank les visitaba al cabo de dos o tres meses todo sería mejor; la estación del año sería mejor y el tiempo también; y que, sin ninguna clase de dudas, entonces podría quedarse con ellos mucho más tiempo que si hubiese venido por enero.

Tales pensamientos le devolvieron rápidamente el buen humor, mientras que la señora Weston, que tendía más a la desconfianza, sólo preveía nuevas disculpas y nuevos aplazamientos; y además de la preocupación que sentía por lo que su esposo iba a sufrir, sufría también mucho más por ella misma."

Emma nos representa al sentido bien intencionado de que no ha podido venir el joven Frank… y el señor Knightley, vuelve a intervenir con su buen juicio de sensatez y contesta que solo son excusas, pretextos para evitar venir y aceptar la nueva situación de su padre…

Siempre encontramos excusas cuando deseamos evitar algo… no cumplir con una invitación u obligación…

Terminan comentando los prejuicios tanto en positivo como en negativo… y allí vuelve a tocarse el tema que tanto se trató y dio nombre a esa otra obra de esta misma autora: “Orgullo y Prejuicio”

Leerlo y recordareis…
Volviendo a la obra de Emma y al mismo capitulo citado…

“-Es muy probable que los Churchill tengan parte de culpa -dijo el señor Knightley fríamente-; pero estoy casi seguro de que él hubiese podido venir si hubiera querido.

-No sé por qué supone usted eso. Él siente grandes deseos de venir; son su tío y su tía los que no le dejan.

-Yo no puedo creer que si él se empeña no le sea posible venir. Es demasiado inverosímil creer una cosa así sin tener ninguna prueba.

-¡Qué extraño es usted! ¿Qué ha hecho el señor Frank Churchill para hacerle suponer que es un hijo desnaturalizado?

-Yo no supongo que sea un hijo desnaturalizado, ni muchísimo menos; lo único que digo es que sospecho que le han enseñado a creerse que está por encima de sus parientes y a preocuparse muy poco de todo lo que no le represente un placer, por haber vivido con unas personas que siempre le han dado ejemplo de esto. Es mucho más natural de lo que fuera de desear que un joven criado entre personas que son orgullosas, amantes de la vida regalada y egoístas, sea también orgulloso, amante de la vida regalada y egoísta. Si Frank Churchill hubiese querido ver a su padre se las hubiera ingeniado para venir entre septiembre y enero. Un hombre a su edad... ¿Qué edad tiene? ¿Veintitrés o veinticuatro años?... A esa edad no puede dejar de contar con recursos para hacer una cosa así. No es posible.

-Eso es fácil de decir, y usted que nunca ha dependido de nadie lo encuentra muy natural. Usted, señor Knightley, es quien menos puede opinar sobre las dificultades que surgen cuando dependemos de alguien. No sabe lo que es tener que habérselas con ciertos caracteres.

-Es inconcebible que un hombre de veintitrés o veinticuatro años carezca de libertad moral o física para hacer una cosa así. Dinero no le falta... y tiempo libre tampoco. Por el contrario, sabemos que dispone en abundancia de ambas cosas y que las despilfarra alegremente como uno de los mayores holgazanes del reino. Continuamente oímos decir de él que está en tal o cual balneario. Hace poco estaba en Weymouth. Eso demuestra que puede separarse de los Churchill cuando quiere."

Ahora ya no nos pasan estas cosas… ¿verdad?.. Son falsedades e hipocresías del XIX… ¿Verdad?...
¿O si que siguen ocurriendo?


Escrito por: Javier Morera



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