miércoles, 11 de febrero de 2015

APAGMOSYNE

Una vez más, volvemos la vista a nuestro pasado, La Guerra de España; la guerra de nuestros padres, la guerra de nuestros abuelos.
Pero lo hacemos, no para inhibirnos del presente, sino para cambiarlo: porque recordar nuestra historia es recordar nuestro camino, y hoy, en el 2015, ese nuestro camino se divide en un haz de senderos y bifurcaciones ¿Qué sucede? ¿A dónde vamos? ¿Qué hacemos?... Muchos antes que nosotros, en una situación compleja, ya se plantearon esa cuestión, y actuaron en consecuencia; algunos, muchos, incluso murieron.
Entre ellos, los milicianos del POUM, esos gibosos obreros y campesinos del ayer, que son hoy los guerreros libertarios, y alzan la bandera revolucionaria en nombre de la emancipación. Murieron, unos por los fascistas; otros por la espalda. “¡pobres ilusos!, creían que cambiarían el mundo…”

Ciertamente, ¿Quién quería una revolución en España?, ¿Acaso creían poder cambiar el mundo? ¿Y cómo? ¿Discutiendo cada orden? ¡Dónde se ha visto cosa igual! ¡Si no estaban de acuerdo ni en sus fines! Además, seguro que eran un demagogos, populistas, megalómanos, estadistas, y seguramente, hasta partidarios del régimen de Cuba… En fin, ¡qué cosas se les ocurrían a nuestros abuelos!, menos mal que no ganaron la guerra, que sino, ¡dónde estaríamos! Como en Venezuela, seguro.

Pero no hay de qué preocuparse, ya que Franco, Suarez y nuestros presidentes nos trajeron la democracia y el bien estar, ¡qué sería de los destinos del pueblo sin los grandes hombres! Si ya lo decían los romanos: a la plebe, pan y circo, que ya gobernamos nosotros.
Así que abrigados por la fraternal protección de nuestros gobernantes, y de la mano del capitalismo, que nos depara siempre un crecimiento mantenido –y sostenible, por cierto-, no nos preocupemos de ellos y dediquémonos a lo que el pueblo debe dedicarse: ¿aún no tienes las entradas para “50 sombras de Grey”? ¡Pero cómo! ¿No sabes que hasta se han disparado las ventas en ropa interior? Yo a ver si me compro también unos calzoncillos más sexys, que con todo este revuelo me acabaran subiendo el precio. 

En fin, ¡voy cambiarme y para el banco corriendo!, y a ver si no me cierran la tienda y el cine. Si eso, ya me paso luego por el McDonald´s y me pillo la cena… ¡y yo pensando en política!



1 comentario:

Vicente Galdeano Lobera dijo...

Veo en el escrito, bastante sentido común, aderezado con buena dosis de ironía. Todo plasmado con elegancia, corrección y sin cogérsela con papel de fumar. Enhorabuena.

Vicente Galdeano Lobera.