viernes, 13 de enero de 2012

Soñando en Calatayud






Y se había cumplido. Allí estaban los enemigos en número desmedido atacando con arrojo y saña ese pequeño reducto de murallas que culminaba en una torre alta pero débil, solitaria y mal defendida. Las oleadas de ataque se sucedían sin tregua sobre los pocos defensores de esa atalaya y uno a uno sus custodios caían desde sus almenas… ya se abrían brechas en algunos paños de la muralla, ya humeaba la puerta, ya sonaba la derrota de los sitiados. Todo era una estrategia, que es la palabra para denominar las trampas en la guerra. El atacante, feroz y temerario no deseaba tanto la torre ni la agonía de unos pocos guerreros que nada suponían para toda la fortaleza, lo que quería era hacer salir al señor del castillo que se elevaba enorme e invencible en el otro cerro cercano. El atacante Salin Mareb “El Valiente”, sabia que esa torre pronta a caer en sus manos, estaba defendida por Yosif, el hijo menor y mas valeroso del señor del castillo de Calatayud… y sabia que este gran señor, no podría resistir impasible con sus hombres, frescos y valientes sin salir en la defensa de su hijo… y eso era bueno para las tropas de asalto de Salin…

El señor de Calatayud esperaba… amaba a su hijo Yosif, pero tenia la duda siempre viva en el corazón de los jeques árabes, de si su hijo le sería fiel… su madre, menuda y morena, inteligente pero muy celosa, había sido siempre una tormenta en su vida… le había dado este hijo y luego había sido su azote en el aren y en las políticas domesticas de este señor guerrero…
Junto al valiente Yosif, estaba el guerrero más noble de toda la guardia personal del señor de Calatayud, Aldal, alto, fuerte, vigoroso y muy delgado, con su turbante azul que aun conservaba de su origen beduino, sus ojos de noche sin estrellas y su centelleante espada curva relucían en lo alto de la torre, junto a Yosif… Tenia el encargo de matarlo, si mostraba traición y vendía la torre al enemigo…

Pero no vendió, ni rindió… no traicionó…y se cumplió la lealtad hasta el último hombre, hasta la ultima almena, hasta la ultima gota de sangre… El asaltante consiguió una torre, a costa de muchos muertos, para nada… El señor de Calatayud perdió su mejor hijo y su mejor teniente, por nada… Una mujer mayor, menuda y morena se arrojó desde la almena del sur para reunirse con su hijo… Y la torre solitaria que siempre llamaban de los héroes, se llamó durante varias generaciones, la torre de los mártires…. Junto al barranco de la sangre…
Fragmento de un relato romántico que soñé en el Castillo de Calatayud

Escrito por: Javier  Morera  Betés

4 comentarios:

JL Pallaruelo dijo...

Sois geniales, besos.

JL. Pallaruelo

JL. Pallaruelo dijo...

Feliz año para toda la familia, tu padre es un gran poeta, me encantan sus relatos, los tuyos también.
Besos Eva, sé feliz.

JL. Pallaruelo

Artemisa dijo...

Que historia tan preciosa y emotiva... eres un escritor fantástico... siempre es un placer leer tus amenos artículos... gracias por dedicárnoslos con tanto cariño :)

A mi también me encanto Calatayud... y Bilbilis... allí, me abrazaron mil sentimientos... os dejo algunos... ;)

"Desde la grandiosa ciudad de Bilbilis, se contempla allá abajo Calatayud... en el horizonte se recortan las crestas de mil montañas, ya dormidas... poco a poco el sol nos dedica su último bostezo, dejando el cielo de color rojo sangre... en recuerdo a la leyenda que dio nombre a esa alta y solitaria torre... "La Torre de los Martires"...

Pasa el tiempo a nuestro alrededor... pero nosotros estamos atrapados en el pasado... lo único que me hace regresar a la realidad, es el hermoso resplandor que llega del oscuro cielo... es su guiño y su sonrisa los que consiguen despertarme del ensueño... ¡¡Oh Luna, cuantos secretos escondes tras tu blancura!!

Con mucho cariño para tí, papá!!
Un besote!!

Olga dijo...

Gracias Javier:
Es un relato precioso,tanto por su literatura,como por todo el sentimiento que entraña. Me encanta
su delicadeza...su ternura y sensibilidad como todo el romanti-
cismo que lo envuelve.
!Es triste,que el amor sea tan egoista,y produzca tanto dolor por un lado¡ y a la vez es hermoso ver
que también hay corazones leales
hasta la muerte.
Quiero maaaaas.
Un beso. Olga