sábado, 5 de marzo de 2016

EL PRÍNCIPE SIGUE VIGENTE


Este jueves pasado, primero de marzo, nos dedicamos, como estaba previsto, al Príncipe. Una obra corta y sencilla de ese intelectual astuto y simpático, florentino y renacentista, que fue Niccoló Machiavelli

Poco a poco, a través de nuestros calendarios de lecturas y sesiones de tertulia repasamos esos grandes hitos de la literatura, de la filosofía, de la Historia y de la sociedad que nos han dejado su obra, su ejemplo, su consigna o su grito…

El Príncipe es  una de esas obras “banderas” que como tantas veces se comentan, se citan, se estudian en resúmenes y apuntes para “aprobar”… pues todos lo conocen… todos hablan de él… todos dicen que alguien es “maquiavélico”… pero que nadie ha leído, menos estudiado y buscado sus relaciones y sus aplicaciones…

Unos pocos si lo estudian y nos lo “ajustan” al mundo del capitalismo, del manejo de los ciudadanos por los estados… de la publicidad, de la gestión de empresas y personas… unos pocos siguen a los consejos de Maquiavelo y nos engañan, nos explotan, se ríen de nosotros, nos conducen y nos “ordeñan” con ventas o impuestos…

Nosotros, humildes lectores sin cargo ni oficio en los eslabones de poder de esta jerarquizada sociedad, el jueves pasado, desnudamos un poco a Niccoló… y lo vinculamos con otras obras ya desmenuzadas en nuestras citas… como Utopía de Tomas Moro, El Arte de la Guerra de Sun Tzu, El Elogio de la Locura de Erasmo de Rótterdam, Durero, Servet, Baltasar Gracian, Platón… simples conjeturas y fruslerías de aficionados a la lectura… de cosas sencillas que todos conocéis… nunca llegaremos a esos niveles que ahora están tan de moda y solo pueden ejercer  los mas entendidos y “representantes” de nuestras altas intelectualidades… como “El Arte de la Cocina” o “La ciencia-técnica del Gol”… ahora que ya nos estamos recuperando de esa conmoción que arrasó el país con algunas presentadoras de los programas “de las uvas” de la Nochevieja última… por sus transparencias…

No me extraña que este país, esta cultura europea, no pueda atender a los desastres que están ocurriendo en personas, culturas, pueblos y la Tierra…

¡Hay tanto a lo que atender!

Como para perder el tiempo en esa “chiquillada” que es El Príncipe…



Escrito por: Javier Morera.


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