sábado, 19 de marzo de 2016

EL LENGUAJE Y SUS TRAVESURAS


Esta semana hemos tenido la suerte de leer, disfrutar, compartir y trabajar el libro “La Tienda de Palabras” de Jesús Marchamalo. Al descifrar cada página, nos abría la puerta a un mundo muy rico y divertido: Nos redescubría la riqueza que tiene nuestro lenguaje… En su libro, que es un juego de palabras y de dobles sentidos en sí mismo, nos ilumina con diferentes ejemplos de cómo emplear las palabras de una forma original e insólita, con el fin de divertirnos creando y enriqueciendo cada uno de nuestros pensamientos… Nos enseña a apreciar y valorar las amplías posibilidades que tiene nuestro idioma, y por ende nuestro pensamiento.

Nos muestra como ir más allá de lo aprendido en el colegio, más allá de la ortografía y sus reglas, más allá de la escritura, del sentido y del significado… vamos, como para aprender inglés…

Y por supuesto nos desvela algunas travesuras del lenguaje… como son esas palabras dibujadas llamadas, caligramas:


O las peculiares palabras capicúa, que tienen la virtud de poder leerse en ambos sentidos:
-Adán no cede con Eva y Yavé no cede con nada”
-Sé verle del revés
-Se es o no se es

También están las palabras con doble personalidad, ya que según la frase pueden tener significados diferentes:
¿USTED NO NADA NADA? ES QUE NO TRAJE TRAJE
EL CABO PRENDIÓ UN CABO EN EL CABO

Y seguro que todos sabéis algún trabalenguas
“EL QUE SABE, NO ES EL QUE TODO LO SABE, SINO EL QUE SABE DONDE ESTA LO QUE NO SABE”.

¡¡Qué bonito es jugar con las palabras!!… y por supuesto, están las palabras inventadas:
-DESPLUSA: Una cosa aburrida pero obligada de hacer.
-PELAMBRÓ: Palabra magnífica. Era la certeza de la felicidad inminente.



Os dejo una cita muy bonita de esta amenizada y paradójica novela:

Es curioso el mundo de las palabras… Nunca conseguimos tenerlas todas, es como si se nos escaparan entre los dedos, como la arena de la playa. Llegamos a rozarlas, las encontramos, nos las presentan, las buscamos, parecemos poseerlas, pero se acaban marchando”.

Ya veis que las posibilidades de juego con las palabras son ilimitadas… pero, ¡Cuidado! Gracias al lenguaje hablamos y tal como hablamos, pensamos y tal como pensamos escribimos…


Escrito por: Eva Morera

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