domingo, 9 de agosto de 2015

EL LOBO EN JAULA BURGUESA


Ayer os decía que la sesión dedicada al Lobo Estepario de H. Hesse, nos daría vueltas y mas vueltas por tertulias y pensamientos… ya que afecta, acierta, atina, corroe, muerde… cuesta de digerir y mas de hacerla parte de tu sabiduría y filosofía de vida…
Hoy os pongo un par de citas, largas y especialmente movilizadoras de nuestras espirales introspectivas y psicodinamicas…

Si ya habéis leído este ensayo de Hesse… ya las habéis reflexionado… y si no… a que esperamos para prepararos una horas de lectura interesante…

Buen provecho… ir preparando una manzanilla para la digestión…

“¿Cómo no había yo de ser un lobo estepario y un pobre anacoreta en medio de un mundo, ninguno de cuyos fines comparto, ninguno de cuyos placeres me llama la atención? No puedo aguantar mucho tiempo ni en un teatro ni en un cine, apenas puedo leer un periódico, rara vez un libro moderno; no puedo comprender qué clase de placer y de alegría buscan los hombres en los hoteles y en los ferrocarriles totalmente llenos, en los cafés repletos de gente oyendo una música fastidiosa y pesada; en los bares y varietés de las elegantes ciudades lujosas, en las exposiciones universales, en las carreras, en las conferencias para los necesitados de ilustración, en los grandes lugares de deportes; no puedo entender ni compartir todos estos placeres, que a mí me serían desde luego asequibles y por los que tantos millares de personas se afanan y se agitan. Y lo que, por el contrario, me sucede a mí en las raras horas de placer, lo que para mí es delicia, suceso, elevación y éxtasis, eso no lo conoce, ni lo ama, ni lo busca el mundo más que si acaso en las novelas; en la vida, lo considera una locura. Y en efecto, si el mundo tiene razón, si esta música de los cafés, estas diversiones en masa, estos hombres americanos contentos con tan poco tienen razón, entonces soy yo el que no la tiene, entonces es verdad que estoy loco, entonces soy efectivamente el lobo estepario que tantas veces me he llamado, la bestia descarriada en un mundo que le es extraño e incomprensible, que ya no encuentra ni su hogar, ni su ambiente, ni su alimento”.

Y esta otra… para enfrentarla…

“El burgués es consiguientemente por naturaleza una criatura de débil impulso vital, miedoso, temiendo la entrega de sí mismo, fácil de gobernar. Por eso ha sustituido el poder por el régimen de mayorías, la fuerza por la ley, la responsabilidad por el sistema de votación.
Es evidente que este ser débil y asustadizo, aun existiendo en cantidad tan considerable, no puede sostenerse, que por razón de sus cualidades no podría representar en el mundo otro papel que el de rebaño de corderos entre lobos errantes. Sin embargo, vemos que, aunque en tiempos de los gobiernos de naturalezas muy vigorosas el ciudadano burgués es inmediatamente aplastado contra la pared, no perece nunca, y a veces hasta se nos antoja que domina en el mundo. ¿Cómo es esto posible? Ni el gran número de sus rebaños, ni la virtud, ni el common sense, ni la organización serían lo bastante fuertes para salvarlo de la derrota. No hay medicina en el mundo que pueda sostener a quien tiene la intensidad vital tan debilitada desde el principio. Y sin embargo, la burguesía vive, es poderosa y próspera. ¿Por qué?”



Escrito por Javier Morera

1 comentario:

Anónimo dijo...

Magníficos fragmentos, y tristes realidades. Pienso que la salvaguarda de ese rebaño de ovejas que es la burguesía lo constituye, en efecto, otro elemento que no es burgués: sus perros guardianes de afilados colmillos y collares de pinchos... el fascismo, cuyas correas siempre suelta la burguesía ante la amenaza de sus intereses y comodidades... ¿Y quiénes son esa amenaza? Muchos: de los cuales, los más peligrosos son los lobos esteparios, como esos que se reunen en el Rincón del Romántico, cuyos melancólicos aullidos son este blog... menos mal que aún somos pocos, sino, los burgueses soltarán a los perros, y ya sólo nos quedará una cosa: la luna.

Dos Calcetines.