miércoles, 26 de agosto de 2015

CREER Y SABER


Como todos ya sabéis y estáis releyendo, esta semana tenemos una cita con el semiólogo, Umberto Eco y su estupenda novela histórica, El Nombre de La Rosa.
Hay tantas historias dentro de esta historia novelada… hay tantas citas y comentarios de autores y filósofos encriptados entre estas paginas… que resulta difícil ponderar y decidir que es lo mas relevante de la obra para realizar y realzar este post…
Al fin, me quedo con este párrafo que os copio… donde Guillermo de Baskerville le esta explicando a su discípulo Adso, algunas características definitorias entre ciencia y lo que no lo es… dudas en las que todos nuestros doctos ciudadanos cometen errores…
¿Quién no dice:   creo que llegaré a la hora… cuando es lo correcto: calculo que? …
¿Quién no utiliza… esta demostrado que los bancos nos engañan… cuando deberían decir… los contratos con los bancos son muy exigentes?…
Es especialmente sabroso el juego de palabras y de cruces semánticas en la frase de Adso… que lastima no tener alumnos así… que lastima que no se lean y se saboreen estos libros… que lastima que solo se conozca la película… que lastima que para tanta gente de hoy… esto sea un libro denso y pesado… y las 50 sombras sea ameno y ligero…
¡Qué lastima… que se sepa tan poco y canse tanto a tantos, el aprender un poco ¡
¡Que lastima que no sepamos que no sabemos y que creamos que todos saben tan poco como lo poco que sabemos!
Es como si al oír hablar a dos alemanes… y no entender el idioma… pensáramos con la mentalidad egocéntrica del absurdo mental… yo no los entiendo… luego ellos no se entienden…

¡Que lastima!…

-Aguda respuesta, Adso. En efecto, he formulado la proposición de que a igualdad de espesor debe corresponder igualdad de poder visual. Y lo he hecho porque en otras ocasiones he tenido intuiciones individuales del mismo tipo. Sin duda, el que experimenta con las propiedades curativas de las hierbas sabe que todos los individuos herbáceos de igual naturaleza tienen efectos de igual naturaleza en los pacientes que presentan iguales disposiciones. Por eso el experimentador formula la proposición de que toda hierba de determinado tipo es buena para el que sufre de calentura, o de que toda lente de determinado tipo aumenta en igual medida la visión del ojo. Es indudable que la ciencia a la que se refería Bacon versa sobre estas proposiciones. Fíjate que no hablo de cosas, sino de proposiciones sobre las cosas. La ciencia se ocupa de las proposiciones y de sus términos, y los términos indican cosas iguales. ¿Comprendes, Adso? Tengo que creer que mi proposición funciona porque así me lo ha mostrado la experiencia, pero para creerlo tendría que suponer la existencia de unas leyes universales de las que, sin embargo, no puedo hablar, porque va la idea de la existencia de leyes universales, y de un orden dado de las cosas, entrañaría el sometimiento de Dios a las mismas, pero Dios es algo tan absolutamente libre que, si lo quisiese, con un sólo acto de su voluntad podría hacer que el mundo fuese distinto.

-O sea que, si no entiendo mal, hacéis y sabéis por qué hacéis, pero no sabéis por qué sabéis que sabéis lo que hacéis.

Debo decir con orgullo que Guillermo me lanzó una mirada de admiración:
-Puede que así sea -dijo-. De todos modos ya ves por qué me siento tan poco seguro de mi verdad, aunque crea en ella.



(Tercer Día, Nona)
(El Nombre de la Rosa, Umberto Eco)

Escrito por: Javier  Morera

No hay comentarios: