miércoles, 18 de diciembre de 2013

LA ÚLTIMA LECCIÓN DEL AÑO



Tengo un problema de ingeniería.
Si bien en general me encuentro en un estado de forma estupendo, tengo diez tumores en el hígado y solo me quedan unos meses de vida.
Soy padre de tres niños pequeños y estoy casado con la mujer de mis sueños. Aunque me resultaría fácil compadecerme de mi mismo, no les haría ningún bien, ni a ellos ni a mí.
De modo que ¿a qué dedico el tiempo tan limitado que me queda?
La parte evidente es la que consiste en estar con la familia y cuidar de ella. Ahora que todavía puedo, disfruto de cada momento que paso con ellos y me encargo de los detalles logísticos para allanarles el camino para una vida sin mí.
La parte menos evidente es como enseñarles a mis hijos lo que les hubiera debido enseñar a lo largo de los próximos veinte años. Son demasiado pequeños para esas conversaciones. Todos los padres quieren enseñarles a sus hijos la diferencia entre el bien y el mal, lo que es importante de verdad y como enfrentarse a los retos que les planteará la vida. También queremos que conozcan anécdotas de nuestras vidas, a menudo para mostrarles como vivir las suyas propias. Mis deseos en ese sentido me impulsaron a dar una “Última Lección” en la Carnegie Mellon University.
Esas lecciones siempre se graban en video. El día que di la mía tenía claro lo que hacía. Con la excusa de una charla académica, intentaba mantenerme en una botella que algún día la marea dejaría en la playa para mis hijos. De haber sido pintor, les habría dejado una pintura. De haber sido músico, habría compuesto música. Pero soy profesor. Así que di una clase.
Hablé de la alegría de vivir, de cuanto valoraba la vida incluso a pesar de que me quedara tan poca. Hablé sobre la honradez, la integridad, la gratitud y otras cosas que aprecio. Y me esforcé muchísimo en no resultar aburrido.
Para mí este libro significa un modo de continuar lo que empecé sobre aquel escenario. Como el tiempo es precioso y quiero pasar todo el que pueda con mis hijos, le pedí ayuda a Jeffrey Zaslow. Cada día me doy un paseo en bicicleta por el barrio porque el ejercicio es crucial para mi salud. Así que hablé con Jeff por los auriculares del móvil durante cincuenta y tres largos paseos en bici. Luego él invirtió innumerables horas a ayudarme a transformar mis historias –supongo que cabría llamarlas cincuenta y tres “lecciones”- en el libro que sigue a continuación.
Desde el principio supimos que nada de todo esto puede reemplazar a un padre vivo. Pero la ingeniería no trata de soluciones perfectas, sino de hacerlo lo mejor posible con recursos limitados. Tanto la charla como este libro representan mi intento de conseguir exactamente eso.
Randy Pausch


Esta semana terminamos con este libro impresionante de “LA ÚLTIMA LECCIÓN” de Randy Pausch, nuestro ciclo de Filosofía y Vida… por este año…

Nada me ha parecido más claro y más serio para comentar nuestra cita en este Blog que la propia introducción que el autor hizo a su obra… Me he limitado a copiarla… cómo me gustaría saber aprender tantas cosas buenas de este profesor que nos dio la lección con su ejemplo…

Copiado por Javier Morera Betés

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