miércoles, 4 de diciembre de 2013

MATAR EL TIEMPO O AVIVAR LA PERSPICACIA




Leer a Conan Doyle en sus “Aventuras de Sherlock Holmes” es para algunos una forma de pasar el rato… es distraerse o incluso le llaman “matar el tiempo” que suena a sacrilegio en nuestra sociedad “ocupadísima” y “estresada”…
Pero otros creemos, sin ser devotos de este sir inglés, que sus obras no son tan “absurdas”… primero nos alientan a leer, que no es poco; luego nos describen paisajes, personas y situaciones que son desde bellas y pintorescas hasta típicas y emotivas… pero mas allá de esto, nos dan lecciones de sensibilidad, de observación, de intuición y de métodos perceptivos y analíticos… no diré deductivos, ya que no lo son en su mayoría, pero sí nos “inducen” a pensar… a buscar explicaciones, a razonar, a investigar y a trabajar con todas las lupas y detalles que podamos recolectar…
¡Qué diferentes estos métodos a las chapuzas y las groserías de otras “diversiones”!... ¡Qué diferentes a las modas de “todo vale”, “que más da”, “es para unas prisas”!... Si nos metemos en la piel de Watson cuando admira a Holmes, nos encontramos con el alumno Doyle que admiró a su profesor, nos encontramos en el niño que admira a su padre… nos encontramos con el neófito que aprende de su maestro…
¡Cómo nos gustaría a muchos que nuestros profesionales de la policía, de la medicina, de la justicia, de la Historia, de la economía… de cualquier ámbito tuvieran la perspicacia y el tesón de Holmes…! ¡Cómo desearíamos que tuvieran su lupa, su inteligencia, su buen ánimo para esclarecer y para comprender…!
Pero me parece que sería mejor recurrir al oráculo de Delfos o a los posos de café… que son más rápidos y más de nuestra idiosincrasia mediterránea…
Bueno… y dicho esto, me voy a comprar lotería que es Navidad…




Escrito por Javier Morera Betés

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