sábado, 24 de abril de 2021

HAMLET SIEMPRE VIVO

  


Un año mas, la festividad de San Jorge, nos recuerda como un faro en el océano de los muchos días del año, múltiples cosas… En Aragón, para los que tenemos depositadas muchas de nuestras sensibilidades y aficiones en historias y leyendas de nuestros orígenes, San Jorge nos incita a recordar batallas y hazañas heroicas, que han sido importantes para la formación de nuestra “cultura” y nuestros “valores” actuales…

Pero también estas fechas de primavera aun novedosa, nos evocan las citas con unos autores y unas obras que se han vinculado con estos días…

La fiesta del libro… ferias y actos que nos recuerdan a Cervantes y Shakespeare… El Día del Libro…

Si tienes un ratito, entre tantos recuerdos y proyectos, relee ese compendio de filosofía que es la tragedia Hamlet, de Shakespeare,… reencuéntrate con esos momentos de la obra que tan acertadamente reflejan la difícil situación del príncipe de Dinamarca, cuando en el Acto I le pregunta su madre por su “aparente tristeza”…

 

Hamlet: ¡Parece, señora! ¡No; es! ¡Yo no sé parecer! No es sólo mi negro manto, buena madre, ni el obligado traje de riguroso luto, ni los vaporosos suspiros de un aliento ahogado, no, ni el raudal desbordante de los ojos, ni la expresión abatida del semblante, junto con todas las formas, modos y exteriorizaciones de dolor, lo que pueda indicar mi estado de ánimo. Todo esto es realmente apariencia, pues son cosas que el hombre puede fingir, pero lo que dentro de mí siento, sobrepuja a todas las exterioridades, que no vienen a ser sino atavíos y galas del dolor”.

 

O cuando en el Acto II, Polonio lo describe en su locura, con su afectada retórica de “noble elegante” que nos hace sonreír dentro de la tragedia…

 

Polonio: Os juro, señora, que no uso retórica alguna. Que está loco, es cierto; es cierto que es una lastima y es una lastima que sea cierto. He ahí una burda figura pero adiós con ella, porque no quiero gastar retórica. Admitamos, pues, que está loco, y ahora queda por averiguar la causa de este efecto, o, mejor dicho, la causa de este defecto, toda vez que este defectuoso efecto proviene de una causa. De modo, que resta considerar lo restante. Fijaos bien. Yo tengo una hija –y la tengo mientras fuere mía-, la cual, cumpliendo con sus deberes de obediencia –poned atención- me ha entregado esto. Tomad ahora nota y recapacitar…

 

Magia del maestro Shakespeare, de la que rebosa en sus obras…

Mañana seguiremos… Que es demasiado humilde este blog para compendiar tanto y tan bueno en tan poca cosa…

Lee Hamlet muchas veces, veras que todos estamos dudosos y diletantes ante nuestros grandes problemas que nos piden drásticas y terribles decisiones.

 


Escrito por: Javier Morera

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