Ya ha dado comienzo, en el
hemisferio norte de este planeta, lo que llamamos la primavera. Los
deslumbrantes rayos de esa estrella que nos ilumina, se van perpendicularizando
sobre nuestro solar boreal y tenemos más tiempo de luz, más calor, más vida
vegetal y animal… Renacemos, o al menos, reanimamos más nuestras posibles
actividades como mamíferos de sangre caliente.
Por otra parte, a todos nos
parece bueno y bonito tener más luz, caminar hacia la luz… sentirnos iluminados
y cargar con las muchas buenas características que nos permite la luz…
En las religiones, en las
filosofías, en los saberes, identificamos el conocimiento y la inteligencia con
la luz, con lo perceptible gracias a la iluminación… igual que relacionamos el
agradable calor con el afecto, con la amistad, con el cariño y la bondad de un
“hogar” y una buena acogida…
No es casualidad pues, que al empezar la primavera tengamos unas festividades que huyen del frío y la oscuridad, recordadas por carnavales y cuaresmas, para afrontar otros personajes y recuerdos…
El día 26 de marzo celebramos
la festividad de ese obispo intelectual y carismático que recordamos como San Braulio… visigodo, de familia
hispano romana y de una gran formación, que unido a otros como su amigo y
maestro San Isidoro de Sevilla, nos
van a dejar preciosas bibliotecas de todo lo que creían importante y se había
escrito… además de esa primera enciclopedia que titularon: “Etimologías”…
donde relacionan todo lo que se sabe… la
luz y el conocimiento de esos primitivos trabajadores del poderoso edificio
que hemos construido entre todos y que ahora nos ha elevado a creernos dioses y
magos ante el universo…
Es curioso que la iglesia católica declarara a San Isidoro como patrón de Internet… casualidades… coincidencias… prepararon lo que ahora somos… buscando el saber, el guardar y compartir en libros, todo su conocimiento, toda su luz…
Gracias al sol… y a tantos que nos ayudan a ver mejor con sus luces…
Escrito por: Javier Morera
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