Esta semana hemos tratado en nuestra humilde Asociación
de lectores sin silla de abecedario, el segundo libro de Sir Arthur Conan Doyle
dedicado a su famoso protagonista Sherlock Holmes. EL SIGNO DE LOS CUATRO…
A simple vista parece un “librito sencillito” para distraerse, en esos
trayectos de “metro” bajo ciudades grises llenas de humanos grises que se
afanan en trabajos grises…
O sea que es la literatura negra del humano gris que no quiere llenar
de color con otras literaturas su mente casi ya desencantada…
Pero si con ojos un poco mas felinos y ayudado de la propia lupa de Holmes,
te pones a leer entre líneas en el discurso victoriano e imperialista de Conan Doyle…
puede ser que se te ocurra una opinión… que no es ni deducida ni inducida, que
no es ni lógica ni psicológica, solo es intuición… mera chispa de idea, fuera
de cualquier análisis filosófico o freudiano…
Pues eso, se te puede ocurrir que Sir Arthur invento a Holmes porque
se aburría… se aburría decimonónicamente… se aburría de su mundo y del pasado…
se aburría de sus pacientes y de su familia… se aburría como una ostra… hasta
de si mismo… y por ello tuvo que divertirse soñando con un Holmes que era su
escape a otra galaxia que si bien era dura, egoísta y asesina… al menos había
algo que pensar, que descubrir y porque pasar la noche dando vueltas a un
problema…
Yo creo que Sir Arthur se aburría como un penado dando vueltas al
patio de su presidio… “sociedad cerrada”… y eso que vivía en el momento de
descubrir mundos con todos los adelantos de método, mecánica y ciencia… con los
instrumentos que se descubrían y descubrían el nuevo mundo del saber… todo
estaba eclosionando… pero aun así le dio por soñar… soñar con la pluma y eso
nos divierte cien años después en la sociedad gris… de la informática y el móvil…
Pues… ¿Qué hubiera sido de Sir
Arthur si todos aquellos adelantos le hubieran demostrado que ahora, cien años
de progreso mas tarde… nos han llevado a dos “canales” de noticias… uno es
penoso… la economía y sus carnicerías (especialidad en chorizos) y el otro… la
Copa de Europa de Fútbol…
Seguro que se hubiera ido con Julio Verne al centro de la Tierra o a
la Luna…
Escrito por: Javier Morera
Betés
2 comentarios:
Un artículo admirable! Divertido y locuaz... ¿querido Watson?
Me parece que también hay que leerte entre líneas y sacar esa lupa que todos llevamos dentro.
Como siempre, te has superado con tus escritos, y como siempre, espero que a alguien más que a mi les lleguen al corazón tus sabias y críticas palabras...
Un abrazo.
Hola Javier:
Magnífico artículo digno de publicarse en una revista de literatura... por lo menos.
Parece que, al fin y al cabo, nuestro amigo Conan Doyle aún era un romántico, en cierto sentido. Y hoy,sigue siendo un placer refugiarse en el mundo que creó. ¡Felicidades!
Eloy Morera.
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