En Zaragoza a 5 de Agosto de 1808, los ciudadanos, en un alarde de valor improvisado, libran, frente a sus casas, las luchas más sangrientas del primer sitio Francés.
La heroica gesta afectó a la ciudad en su totalidad, fue “un asedio en cada calle, una mina bajo cada casa” (Carta a Napoleón del Mariscal Lannes). Es por ello que Eloy y Salva , encargados de esta visita, se han visto obligados a seleccionar algunos de los puntos memorables de la famosa contienda que enfrentó al mejor ejército de Europa, contra un puñado de paisanos.
Las anécdotas, conocimientos, entusiasmo y la pasión que se palpaba en el ambiente, hicieron de este itinerario, una tarde jalonada de historia, arte, memorias y honor.
Vivimos los duros momentos del primer sitio de Zaragoza a través del monumento a las heroínas, la estatua de Palafox (basada en el retrato de Goya) y la Puerta del Carmen, la única que todavía yergue en pie. Es aquí donde la historia choca con la actualidad dando pie a reflexiones y homenajes.
Pero los franceses, tras su cobarde huida (14 de Agosto de 1808), regresan con nuevas fuerzas más dotadas. Y nosotros marchamos a hacerles frente a las huertas de Santa Engracia (actual Plaza de los Sitios), donde un ya tormentoso cielo, telón del monumento que homenajea la valentía con la que lucharon los zaragozanos, comienza a sollozar aquellas muertes. Seguidamente, al grito de “a las puertas” nos encaminamos hacia la Plaza de San Agustín a través del antiguo perímetro de la ciudad, donde una pequeña escaramuza nos detiene en el antiguo seminario de San Carlos.
Cae la noche en las sinuosas calles de Zaragoza y siguiendo el trazado de la muralla, nos dirigimos al extramuro del Arrabal donde reponemos fuerzas y cenamos.
Finaliza la visita en lo alto del puente de piedra, donde una cruz recuerda las traiciones francesas tras la capitulación de la ciudad y allí mismo, con la catedral del Pilar recortándose en la noche se valoran los sucesos históricos que nos sumieron en tan trágica guerra… ¿Fue necesario?
Fue.
“porque tan sólo los pueblos orgullosos de su historia, los que recuerdan sus orígenes, apreciarán la vida de sus tierras como la suya propia, cuidándolas, alimentándolas y haciéndolas fuertes, defendiéndolas ante cualquier peligro.”
(El grito de una Nación – Eloy Morera y Salvador Roca)
Los supervivientes de ambos sitios aún se detienen frente a la estatua del Tío Jorge (sita en el parque del mismo nombre) donde le rinden homenaje. Así culmina la visita, un paseo que, como las hazañas de los sitios, volverá para estas fechas.
Escrito por: Salva y Eloy
1 comentario:
muy interesante la historia y el recorrido por los monumentos de la misma.
muchas gracias por compartir su historia.
un saludo desde mexico.
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