miércoles, 9 de marzo de 2011

El Rincón del Romántico...

Esta tranquila tarde de verano… nuestros sueños se hicieron realidad… era nuestra primera cita del calendario… ¡Qué emoción!

Todos tenemos muchas ganas de acercarnos un poco más al romanticismo… con la ayuda de Javier, mi padre, nos adentramos en este maravilloso mundo…




Aquí os dejo algunas de mis conclusiones…

Ser una persona romántica es ver todo a través de los sentimientos… hacer de cada instante, una poesía…
Es sentir la hermosura en cada momento… ver lo bonito de cada objeto, de cada persona…
Es saber apreciar la delicadeza de cada detalle, de un atardecer, de una mirada, o de una simple sonrisa…
Es añorar y tener momentos nostálgicos… melancólicos por situaciones injustas… o destinos no deseados… siempre están delgados, no les importa la comida… pero si la compañía y el buen ambiente…
Es soñar mundos mágicos, crear poemas, historias… construir una vida muy original, e ir inventándola a cada paso…
Es locura por vivir en su propia realidad…
Se preguntan por el paso del tiempo… siempre es un problema… y siempre quieren ser jóvenes…




Con esta reunión surgió nuestro nombre: “El Rincón del Romántico”, ese lugar alejado de las personas… integrado por recuerdos, fotos, libros particulares, historias, ideas, melancolías, ilusiones, ensoñaciones… y una vela que da la suficiente luz para seguir escribiendo sin descanso, cartas, poemas de amor, melodías llenas de emociones y sentimientos…



 

Con tantas explicaciones dignas de una clase magistral, nos despedimos bajo la atenta mirada de la luna… ¡qué gran tarde…! espero que esto sólo sea el comienzo de nuestro pequeño rinconcito romántico…

¡Aquí os espero!

4 comentarios:

Artemisa dijo...

Welcome, Nel!!

thank you very much, your words flatter me :)

read us!

Kisses!
Eva

Olga dijo...

Querida Eva:
El Rincón del Romántico
!Que bonito nombre¡.Se ha hecho posible...en el se respira un buén
ambiente, con gente encantadora como tú, yo espero con ilusión esos
jueves que nos transportan a ese mundo lleno de saberes, de emocio-
nes,de ínteres por la cultura...
y lo que es mejor compartir el cari
ño... afecto... amor y sentirte co-
rrespondida.
Un beso. Olga

Herodoto dijo...

Oh, Dios mío...

¿Cómo puedo comentar lo que deseo sin resultar o parecer un aguafiestas...?

La idea de vuestra asociación me parece encantadora, pero también -y perdonadme si os amargo con ello- un poco frívola... El Romanticismo como movimiento literario, artístico, musical e ideológico es, efectivamente, todo lo que has dicho en tus conclusiones, Eva, pero también es algo más que no puede olvidarse ni pasarlo por alto. Y es el sentido trágico de la vida que conlleva.

El amor romántico es apasionado, pero también doloroso, trágico, pesimista e incluso morboso. El imaginario romántico se nutre de miradas y besos a la luz de la luna, de poemas leídos o cantados bajo el balcón de una dama o de parejas de amantes mirando el mar o el crepitar de un leño en el fuego de la chimenea... Pero también de cementerios en la noche (el Drácula de Abraham Stoker y la versión cinematográfica de Coppola beben en las fuentes románticas), de amantes recostados sobre tumbas con flores ajadas ("No luce la luna sin traérmela en sueños/ ni brilla una estrella sin que vea sus ojos/ y así paso la noche acostado con ella./ Mi querida, hermosa, mi vida, mi esposa..." Annabel Lee), de duelos en un bosque al amanecer, de sentimientos melancólicos que a veces arrastran al suicidio (Larra se pegó un tiro por un amor despechado). En la tragedia romántica (Duque de Rivas, Zorrilla, las mismas Leyendas de Bécquer, ¡por no hablar de los escalofriantes relatos de Edgar Allan Poe, el gran romántico americano...!) la Muerte ronda siempre a sus protagonistas y a menudo los propios amantes aman y buscan desesperadamente a esa Muerte como liberadora de la esclavitud a la que son sometidos por la sociedad que les rodea, que no les comprende y de la que tratan de escapar sin conseguirlo ("Don Álvaro o la fuerza del Sino", "Don Juan Tenorio", "Traidor, inconfeso y mártir")...

Incluso la propia enfermedad del cuerpo confiere al amante romántico un aspecto demacrado que se une y da imagen a ese sentimiento trágico de la vida tanto como la intensidad de su amor. La tuberculosis (La Dama de las Camelias, Bécquer, Beaudelaire, la Satine de "Moulin Rouge"), el alcoholismo (Toulouse Lautrec, Van Gogh...), la drogadicción (muchos eran morfinómanos o consumían opio), la sífilis (lacra contraida por el amante que busca un consuelo siempre insatisfecho a su deseo en brazos del amor comprado) son fantasmas que revolotean alrededor de ese mundo romántico tan fantástico y maravilloso como amargo y desesperanzado...

No creo que os queráis detener en este tipo de consideraciones (no os imagino celebrando vuestras reuniones en un mausoleo, rodeados de tumbas), pero ahí están, son innegables y, a mi entender, insoslayables.

No, mi querida Eva... El Romanticismo no es tan hermoso y tan ideal como veo que lo consideráis. Y perdona de nuevo si os resulto un aguafiestas, pero alguien tenía que decíroslo...

Artemisa dijo...

Hola Enrique!!

Muchas gracias por aportar un comentario tan culto... no obstante, en ningún momento hemos ignorado esa parte del románticismo que tu expresas... aunque no celebremos nuestras reuniones en un mausuleo, no por ello dejamos de comentar todos los fenomenos del románticismo... Dedicamos reuniones a Edgar Allan Poe "La casa Usher", a Béquer y su meláncolica vida... y así tantos otros...
Ya sabemos que a los románticos, siempre les acompaña la meláncolia, la tristeza, las enfermedades y la conciencia de un final, y por ello, que todos ellos busquen trascender a través de sus escritos, amores... ese fenomeno es admirable...

Pero... este blog no pretende ser teórico, así que ya me disculparás por las lagunas académicas que se pueden dar en él.

Gracias, de nuevo por tu visita.
Besos,
Eva