sábado, 21 de junio de 2025

OTRA ESCRITORA POCO CONOCIDA

 


“Siempre miraban hacia atrás antes de volver la esquina, porque su madre estaba siempre en la ventana para decirles adiós con la mano, sonriendo. Parecía como si no pudieran cumplir sus deberes diarios sin aquella despedida que le hacia el efecto de un rayo de sol”

Si eres una lectora conocedora de obras clásicas del siglo XIX, seguramente ya sabes de qué titulo y escritora estoy citando… si eres lector o no te interesan esas épocas… pues no habrás ni oído, menos leído, a la norteamericana Louisa May Alcott que vivió por esas inmensas tierras recién colonizadas de América entre 1832 y 1888. Esta mujer, educada en una culta familia de buena posición social, también quiso dedicarse a leer y escribir… tema siempre difícil pero mucho más en aquellas épocas donde la joven era rápidamente educada y dedicada al matrimonio y el cuidado de niños y adultos, casa… toda la vida… Y aun mas en tiempos difíciles de la Guerra de Secesión  por esas tierras… Pero consiguió dejarnos sus cuentos, sus relatos y novelas… y especialmente, una obra que es bueno leer para entender sus principios morales y los valores que estas buenas gentes deseaban implantar en sus mundos…

En esa novela: MUJERCITAS, nos cuenta las circunstancias sociales, familiares, emocionales… de una familia de cuatro “jovencitas” que además de pasar por sus apuros económicos, laborales, de las ausencias por la Guerra… además van entrando y saliendo en esas etapas que ahora llamamos madurez infantil, pubertad, adolescencia, primera juventud… Muchos nombres y teorías y siempre un mismo problema, mas para estas niñas, aprender a vivir y superar tantos miedos y obstáculos que nos pone la vida.

Si se leen los XXIII capítulos de que consta la obra, se van conociendo los diferentes caracteres de las jovencitas y los diferentes estados por los que cada una a su manera los va superando… y disfrutamos viendo como la hábil autora nos coloca en cada capítulo un tema o problema típico para cada una de las niñas… miedo, inseguridad, indecisión, soledad, aburrimiento, indisciplina, desorden, vanidad, holgazanería… siempre con optimismo, siempre desde la buena educación y el cariño fraternal y familiar que ayuda a ir superando los trances sin recaer en traumas…

Es un buen momento para leer o releer estas obras tan acertadas que por algo se han conservado entre las “clásicas”… suaves y dulzonas, sin vinagre ni sangre… pero cargadas de humanidad… o de lo que debería ser lo humano… sin asesinatos en serie… sin violaciones en grupo… sin genocidios, sin crímenes por genero… Con amor y educación…

 


Escrito por: Javier Morera

sábado, 14 de junio de 2025

LAS COSAS DE PROUST

 


Creo que todas y todos conocen, han oído hablar… algunos han leído… pocos han entendido… a ese escritor casi actual, escaso en obras pero contundente en extensión de su gran  novela: EN BUSCA DEL TIEMPO PERDIDO… Claro, me refiero a Marcel Proust, parisino que vivió desde 1871 hasta 1922.

Proust trata el problema del tiempo, con una larga obra repartida en siete tomos, con más de tres mil páginas y cientos de personajes, situaciones, relaciones, encuentros y pérdidas… Proust trata la vida misma, la sociedad, la curiosa e irrepetible atmósfera de finales del siglo XIX en la capital del mundo que era entonces París… la política, los negocios, el arte, la literatura, el teatro y la música… pero especialmente… las siempre subjetivas y peculiares interacciones entre las personas, las edades, las distintas profesiones y las diferentes personalidades… la vida… su vida… su entorno y sus emociones… captadas con esa minuciosa y educada sensibilidad tan difícil de encontrar, tan costosa de entender… tan importante de guardar como tesoro explicito y extenso de esas vivencias… Un legado que siempre nos quedará de sus “tiempos perdidos”

Para acercarse a la obra de Proust, puede ser fácil introducirse en alguna de las muchísimas aproximaciones que a lo largo del siglo que nos separa de este autor, se han escrito y documentado sobre él. Una de ellas, de las más simpáticas y sencillas, es sin duda, EL ABRIGO DE PROUST,  escrito por Lorenza Foschini a principios de este siglo.

Nos cuenta Lorenza, como a partir de una entrevista al diseñador de modas Piero Tosi, que pretendía montar toda la impedimenta necesaria para una película sobre la novela de Proust, dirigida por Luchino Visconti, hacia finales del siglo XX, conoce a un admirador y rastreador de la obra y objetos de Proust, llamado Jacques Guerin… y siguiendo esas pistas y relatos nos vamos acercando a la curiosa vida y obra de Marcel…

Hay otros libros, muchas fotografías, exposiciones internacionales y museos dedicados a manuscritos, objetos, recuerdos de este autor… pero lo principal es leer con paciencia su obra para recomponer, recuperar toda su sensibilidad que fue su percepción inteligente y emotiva de su vida.

Pongo una cita para ilustrar como diferentes esforzados admiradores han tratado de fijar sus objetos, como reliquias, para acercarse a sus pensamientos…

“Jacques lo siguió con el espíritu excitado que tenia siempre que se sentía próximo a la conquista de un libro deseado, de un manuscrito raro, de algo que encerrase en sí, de algún modo, aquel misterio latente que tienen los objetos de los otros cuando fueron amados y valorados por ellos. Apropiarse de esos objetos significa quizá conservar en cierto modo una chispa de aquel amor, de aquel placer, y sentirse finalmente satisfecho. Pero hay más aún: el sentimiento que lo movía no era el del coleccionista, sino más bien el del salvador de algo sagrado. Como si un imán, lo atrajera hacia el objeto inesperado, siguió al ropavejero hasta el fondo del depósito”.

 


Escrito por: Javier Morera

domingo, 11 de mayo de 2025

250 AÑOS DE JANE AUSTEN

 


El día 16 de diciembre de 1775, en un lugar de Inglaterra, nació Jane Austen. Como todos sabéis, era la segunda niña, entre muchos hijos varones de un pastor anglicano…Y escribió mucho, aunque solo seis novelas fueron publicadas por ella... y firmadas de forma anónima… Y a finales de este 2025, se cumplirán los 250 años de su nacimiento… Y se están convocando por muchos lugares del mundo eventos para recordarla y celebrar su obra que está muy inmersa en su difícil biografía.

Hay tendencias que prefieren enfrentarse a una obra de arte sin tener conocimientos previos, sin introducción, sin antecedentes… Otros, pertenecemos al movimiento opuesto. Queremos y necesitamos saber y conocer hechos y detalles para poder entender, interpretar, reconocer, las mil explicaciones que iluminan los resultados compactos que observamos en la manifestación artística.

Así es especialmente, creemos, en las obras literarias, y en particular en algunas como las novelas de Jane Austen. Por eso os recomiendo antes, o la vez, de leer sus conocidos títulos, adentraros en su datos biográficos, lo poco que se conoce, pero que si ha sido ampliamente investigado.

Cuando te sitúas en la época de esta autora, en los tiempos de los monarcas ingleses de la familia Hannover, que solían nombrarse Jorges, y estudias un poco lo que ocurría por “su mundo”…Pérdida de las colonias de América, Revolución Francesa, guerra contra Napoleón… empiezas a entender como esta cultura se cierra sobre sí misma y levanta fronteras a todo lo que supone cambios y novedades…

Cuando pones la lupa en lo poco que conocemos de los datos de su corta biografía… su breve educación formal… el interés por la biblioteca de su padre… su creatividad en la creación de cuentos, poesía, relatos, teatros para la familia… entiendes que esta joven deseaba abrirse a un mundo y cambiar aspectos sociales que no aceptaba como eran…

En la biografía de Ofelia Ott publicada hace pocos años, nos cuenta que su padre le regaló a Jane, el día que cumplía 19 años (16 diciembre 1794) un pequeño escritorio donde poder construir con palabras escritas sus sueños… y con el fabricó su mundo… ¡sus libros!…

Pongo unas citas de esta biografía, para acercarnos a la sensibilidad y los problemas de vida de esta escritora.

 

“Jane pasó varias tardes de ese enero de 1801 encerrada en el cuarto azul seleccionando las pocas pertenencias que se llevaría a Bath, molesta ante las intervenciones de su madre, que no paraba de sugerirle posibles destinatarios para sus objetos preferidos. Nadie parecía entender la importancia que todos esos objetos tenían para ella. No eran simples útiles o piezas de decoración: formaban parte de lo que ella era, de la vida feliz en la rectoría, y casi de cada uno de ellos Jane podía extraer un recuerdo, un sentimiento o una historia. “

 

“Para la sociedad georgiana, la vida se organizaba alrededor de la familia y el matrimonio. Los adultos eran identificados por el lugar que tenían o no tenían dentro de una familia. Desde el punto de vista legal e impositivo, las mujeres eran identificadas según su estado civil: esposa, viuda o solterona, mientras que los hombres eran clasificados de acuerdo con su profesión. Por supuesto que las esposas ocupaban un lugar más alto en la pirámide social que las que se habían quedado solteras, en especial en las clases aristocráticas, donde la ausencia de una renta las colocaba en la necesidad de ubicarse como gobernantas o acompañantes de familiares más afortunados.”

 

Escrito por: Javier Morera

sábado, 5 de abril de 2025

NO MAS MOSTRADOR

 


El pasado 24 de marzo, se cumplían 216 años del nacimiento de nuestro querido escritor, periodista, dramaturgo, traductor, político… Mariano José de Larra.

Mucho hemos comentado y siempre nos queda mucho de recordar de este buen intelectual romántico que en su corta vida (1809-1837) viajó y conoció el mundo europeo y sus grandes representantes de las letras y la cultura (Víctor Hugo, Alejandro Dumas…)

Seguramente, le conocemos mejor por sus artículos de prensa, donde con gracia y mucha inteligencia nos ironiza y muestra el devenir de los muchos puntos mejorables de la sociedad española de esas épocas tan convulsas, así como difíciles para gentes que intentaban vivir y abrirse a ciertas libertades.

También es posible haber leído algunas de sus muchas crónicas y artículos de crítica tanto literaria como teatral, o sin saberlo, haber leído o contemplado obras que Larra se encargó de traducir de otros idiomas, especialmente el francés, ya que en Francia se había educado por razones de exilio obligado de su padre.

Pero, Larra es poco conocido como dramaturgo. Hay obras donde, con interés romántico histórico, pretende guardar momentos épicos de nuestro pasado… y no han sido muy bien aceptadas en nuestra cultura, que admira mas cualquier héroe foráneo que un legendario personaje de nuestra historia. Hay también “versiones” o piezas que este autor nos ha dejado como suyas, pero que algunos investigadores consideran “adaptaciones” que no traducciones, de otras comedias extranjeras, francesas principalmente…

Este es el caso de una comedia en dos actos titulada Julia, en la que, muy brevemente y con mucha picaresca, Larra nos cuenta las dificultades de una mujer joven, para casarse con quien quiere, con todos los problemas de economías y protocolos, prejuicios y compromisos que esa sociedad de principios del siglo XIX tenía en España.

Y aun más gracia y significado tiene la Comedia: NO MAS MOSTRADOR, donde el astuto Larra nos mezcla el problema de los matrimonios, con el interés de la “burguesía” por convertirse en nobleza y las picarescas de estas élites de gran apellido y titulo para seguir subsistiendo sin recursos y sin consentir en el digno trabajo que siempre les parece impropio de los “hidalgos”….

Temas preciosos, donde se intenta poner en clave de humor, problemas muy serios y muy tristes… donde se proponen soluciones moralizantes o al menos practicas y humanas a costumbres “rancias”… donde se busca la libertad, la igualdad, la fraternidad… ¿Demasiado moderno para entonces y para ahora?

Os dejo con una cita de esta última obra comentada… Pero merece leerla entera… en el teatro no la encontrareis… ¡ahora solo se llevan los musicales!

DOÑA BIBIANA.-  ¿Y qué tenemos con esa relación tan larga de mi padre, y de mi abuelo, y de mí?... Vaya, que es gracioso. Sí señor, quiero dejar el comercio; sabe Dios lo que la suerte me reserva todavía: verdad es que mi madre vendía botones; pero por eso mismo no los quiero vender yo... sobre todo, si yo conozco mi genio... y, vamos a ver, dime: ¿qué era la marquesa del Encantillo, que anda desempedrando esas calles de Dios en un magnífico landó? A ver si su abuelo no era un pobre valenciano, que vino vendiendo estera, y se ponía por más señas en un portal de la calle de las Recogidas, hecho un pordiosero, que era lo que había que ver. En fin, fuera cuestiones, Deogracias; te lo he dicho, no quiero más comercio. Llevo ya veinticuatro años de medir sedas, y de estirar la cotanza para escatimar un dedo de tela a los parroquianos, y de poner la cortina a la puerta para que no se vean las macas de las piezas... qué sé yo... maldito mostrador; basta, basta, no más mostrador. 

Escrito por: Javier Morera

jueves, 13 de marzo de 2025

BÉCQUER Y EL CARNAVAL

 


Y siguiendo con esas visiones literarias de algunos de nuestros grandes autores sobre el tema del carnaval, no puede faltarnos el pequeño, pero sustancioso relato que de estos temas nos dejó publicado Gustavo Adolfo Bécquer en febrero de 1866.

Este artículo, entre crónica, ensayo y opinión personal, recorre varios asuntos en un pequeño número de hojas. Comienza con unos comentarios sobre el poco interés que Gustavo Adolfo da a estar situado en el calendario… Como buen romántico nos dice que permanece tiempos ensimismado en sus pensamientos y embelesos y no presta mucha atención al día en que vive. Solo algunas fechas, relacionadas con cambios de estación y alteración de sus emociones, como son Todos los Santos, que lo envuelven de nostalgia y melancolía en el otoño y las fiestas de Carnaval por lo de grotesco y renovador del invierno que se convierte en primavera y color de la vida.

Después ironiza sobre un antiguo significado del carnaval que ahora no tiene sentido ni causa, ya que hay mucha libertad para saltar esas pautas sociales, aunque la sociedad y la educación las exijan… Y pasa a clasificar el carnaval en grandes grupos de manifestación… en las clases altas, con sus bailes y protocolos de una fiesta que debería romperlos… en los teatros y bailes populares donde se hace un poco más de lo que se hace todos los días… en las calles y plazas ciudadanas y pobres que quieren romper con la costumbre reutilizando mas trapos y desechos…

No parece satisfecho con el Carnaval nuestro amigo Gustavo, como tampoco vimos entusiasmado a Larra.

Os invito, como siempre, a leer el texto del poeta sevillano y os dejo con una cita para recordar sus palabras que nos describen sus salones y momentos de galantería.

“Entonces la valla se rompe en mil pedazos. Se dispone un baile de trajes en casa de la Duquesa de C*** ó de la Condesa de H*** una legión de modistas, peluqueros y doncellas de labor se pone sobre las armas, las cajas de marfil ó de ópalo del elegante tocador dejan ver los tesoros de perlas y piedras preciosas que contienen; por los muelles divanes caen descuidadamente tendidos los anchos pliegues de las más vistosas telas; el raso, el terciopelo, el brocado de metales, la leve gasa azul salpicada de puntos de oro y semejante al estrellado cielo de una noche de Estío. Hay libertad completa de elegir la falda: puede ser larga ó corta, según lo permita la misma: el escote alto ó bajo en razón á la esteología de los hombros: el pelo empolvado ó al natural, con arreglo al color de la tez. El oro, los diamantes, el tisú, las plumas y las perlas en montón, que otro día pudieran parecer ridícula exhibición de riquezas, parecen entonces como artículos necesarios. El Carnaval ha abierto las compuertas de la vanidad, y el lujo y el capricho pueden por un momento derramarse en oleadas de luz y de oro, de diamantes y de seda, de gasa y de flores por el aristocrático salón del baile.”

Y estando ya por mediados de marzo, a la puerta abierta de la primavera, será momento de dejar para otro riguroso y oscuro invierno, los muchos retajos y crónicas que del carnaval nos han hecho los viajeros y los tiempos. 


 

Escrito por: Javier Morera

domingo, 9 de marzo de 2025

EL TÉTRICO CARNAVAL DE POE

 


Recorriendo estos relatos literarios que del carnaval nos han dejado los admirados y famosos escritores, también quiero traer a nuestra memoria, al bien conocido y siempre actual bostoniano Edgar Allan Poe (1809-1849).

Poe nos resulta un autor atrayente y curioso con sus narraciones, sus historias, sus fantasías y sus visiones tan especiales. Tal vez sea el mas romántico de los escritores americanos, o tal vez el único verdaderamente romántico, pero también es fundador de nuevas tendencias hijastras del romanticismo y la novela fantástica y de misterio, que ha dado origen a mil variedades y estilos, propagándose por, cómics, teatro películas…

En este autor, el motor de la creación literaria está muy alimentado por el miedo, lo desconocido, lo místico misterioso… lo sobrenatural en sus formas menos placenteras y si mas terroríficas…

Como típico romántico, también vivió poco, pero nos dejó muchas obras, la mayoría relatos cortos, donde en pocas páginas nos engancha en toda una atrapante sucesión de cambios e intrigas que nos suelen llevar a un desenlace sorprendente y muchas veces tétrico.

Una constante de su obra, es la huida de su gran perseguidora y constante amenaza… la muerte… Como le ocurrió al autor… en sus obras es pauta recurrente verse al filo, perseguido y acosado por la muerte en sus mil formas macabras.

También tiene escritos en que hay bailes de mascaras y fiestas de ocultación con disfraces… y en uno de sus relatos, titulado: LA MUERTE ROJA, se puede apreciar como aprovecha el tema de las máscaras para proyectarse él y su continuo escapar de la muerte.

Os pongo un fragmento de esta narración que podéis encontrar en sus obras…

“Pero, por cierto terror indefinible que la audacia insensata de la máscara había inspirado a todos los allí reunidos, no hubo nadie que pusiera la mano en ella, aun cuando, sin encontrar ningún obstáculo, pasó a dos pasos de la persona del príncipe; y en tanto que la inmensa asamblea, como si obedeciera a un solo movimiento, retrocedía del centro de la sala a las paredes, la máscara continuó su camino sin interrupción, con aquel mismo paso solemne y mesurado que la había singularizado desde el principio, de la sala azul a la sala púrpura, de la sala púrpura a la sala verde, de la verde a la anaranjada, de ésta a la blanca, y de la blanca a la violeta, antes de que nadie hiciera un movimiento decisivo para detenerla. Fue entonces, cuando el príncipe Próspero, exasperado de ira y de vergüenza por su momentánea cobardía, se lanzó precipitadamente a través de las seis salas sin que nadie lo siguiera, porque un terror mortal se había apoderado de todo el mundo. Blandía un puñal y se había aproximado impetuosamente a una distancia de tres o cuatro pasos del fantasma que se batía en retirada, cuando éste, llegado a la proximidad de la sala de los terciopelos, se volvió bruscamente y afrontó a quien lo perseguía. Sonó un grito agudo, y el puñal se deslizó relampagueante sobre la alfombra fúnebre, donde el príncipe cayó muerto un segundo después. Entonces, invocando el frenético valor de la desesperación, una multitud de máscaras se precipitó a la vez en la sala negra, y, asiendo al desconocido que se mantenía, como una gran estatua, rígido e inmóvil a la sombra del reloj de ébano, se sintieron sofocados por un terror sin nombre, al ver que no había ninguna forma palpable bajo el sudario y la máscara. Todos reconocieron entonces la presencia de la Muerte Roja. Había venido como un ladrón en la noche.”



Seguiremos revisando otras visiones del carnaval desde distintos autores.

 

Escrito por: Javier Morera

 

jueves, 6 de marzo de 2025

MARIANO JOSÉ DE LARRA Y EL CARNAVAL

 


 

Seguimos revisando el tema del Carnaval, desde autores que lo han vivido y plasmado en sus escritos, y gracias a ellos conocemos como era y más aun, como lo vivieron estos interesantes protagonistas de nuestras queridas bibliotecas.

Hemos visto a Goethe como nos relató su carnaval en Roma en febrero de 1788. Unos años después, en Madrid, el 14 de marzo de 1833, nuestro famoso escritor, periodista y político Mariano José de Larra, publicaba en “El Pobrecito Hablador”, un artículo que todos conocemos: EL MUNDO TODO ES MASCARAS. TODO EL AÑO ES CARNAVAL.

El famoso y desdichado romántico (Madrid 1809-1837) nos relata en su artículo varias situaciones tanto de sus preocupaciones como de crítica social… que aun estando en la primera fase de su corta trayectoria, y por ello no la más oscura, ya se nota en sus líneas los ácidos comentarios y triste desesperanza que pronto se harán crónicos y patológicos en sus últimos escritos…

Nos cuenta que no quiere ir al carnaval… que resulta arrastrado por un amigo… que no comprende esa diversión y que censura y ridiculiza a los que van y se esconden con máscaras, sin saber para qué, ni encontrar, las mas de las veces, el placer y la aventura que persiguen…

Hipocresía, engaño, fraude y desilusión se dibuja en su relato… y sigue aprovechando para enconar su crítica hacia médicos y abogados… para resaltar el engaño en los servicios de comida, que sirven poco y cobran mucho…el atasco, el tumulto que incluso provoca la pérdida de su capa… la confusión con idénticos disfraces..

Elijo una cita de este texto, que curiosamente, bien se puede comparar con el que tomé de Goethe, en el artículo anterior, si bien la actitud y el tono de este resultan más serenos y amables que los de nuestro joven Mariano José de Larra.

“Ni me sé explicar de una manera satisfactoria la razón en que se fundan para creer ellos mismos que se divierten un enjambre de máscaras que vi buscando siempre, y no encontrando jamás, sin hallar a quien embromar ni quien los embrome, que no bailan, que no hablan, que vagan errantes de sala en sala, como si de todas les echaran, imitando el vuelo de la mosca, que parece no tener nunca objeto determinado. ¿Es por ventura un apetito desordenado de hallarse donde se hallan todos, hijo de la pueril vanidad del hombre? ¿Es por aturdirse a sí mismos y creerse felices por espacio de una noche entera? ¿Es por dar a entender que también tienen un interés y una intriga? Algo nos inclinamos a creer lo último, cuando observamos que los más de éstos os dicen, si los habéis conocido: «¡Chitón! ¡Por Dios! No digáis nada a nadie». Seguidlos, y os convenceréis de que no tienen motivos ni para descubrirse ni para taparse. Andan, sudan, gastan, salen quebrantados del baile... nunca empero se les olvida salir los últimos, y decir al despedirse: «¿Mañana es el baile en Solís? Pues hasta mañana». «¿Pasado mañana es en San Bernardino? ¡Diez onzas diera por un billete!»”

Aunque ya se nos escapa este año el tiempo de Carnaval, seguiremos tratando la estela que esta curiosa fiesta nos deja en admirados autores.

 

Escrito por: Javier Morera