sábado, 25 de mayo de 2024

LA VIDA ES EL CAMINO

 


David Le Breton, el sociólogo y antropólogo, profesor de la universidad de Estrasburgo, ya nos ha contado en otros libros sus pensamientos y reflexiones sobre tiempo, espacio, silencio… y aquí, ayudándose de “mil autores” de todas las épocas, nos hace filosofar sobre la vida que es el camino, el camino que es la vida… el caminar que es hacerte vivo en un paisaje y como el paisaje y el lugar nos hace, nos marca, nos enseña, nos modela…

Vivimos en un lugar y los lugares viven en nosotros… son la parte mas externa de nuestro cuerpo o la mas real de nuestras vivencias psicológicas… La percepción del entorno, tan marcante, tan marcada, tan marcadora de nuestras vidas…

Hay lugares que nos atan… otros nos liberan, otros nos deprimen o nos elevan… No podemos vivir sin cuerpo… que nos denota. No podemos vivir sin tiempo… que nos define. No podemos vivir sin espacio que nos engendra…

Solo podemos vivir en el camino. En nosotros vive el camino y como titula este autor a su obra… CAMINAR  es LA VIDA.

Os pongo algunas citas para incitaros a su lectura… en vuestro camino de vida… de espacio… de lectura.

“En ciertos lugares, experimentamos justamente el sentimiento de que nos estaban esperando, de que jamás habían dejado de perseguirnos. No es un descubrimiento, sino un retorno. El tiempo se despliega, toda la historia personal converge en ese momento. La luz ya no es la misma que baña la vida ordinaria, otro mundo en el interior del cual estamos a punto de entrar se nos revela. Se abre otra dimensión de lo real, marcada por la serenidad, por la belleza. El silencio que a veces reina en ella es un flujo aéreo que sumerge al caminante, que lo arrastra en su corriente, que agudiza sus sentidos y ensancha un sentimiento de resonancia sin fisuras con los movimientos del mundo. Ciertos lugares poseen, quizá, una conciencia e intentan comunicarle al paseante el placer que experimentan al verlo recorrer su territorio. Vamos en su busca, incansablemente. Sin duda a veces es preciso asistir a los dioses, ayudarlos a resplandecer durante nuestra visita. Era necesario estar ahí en ese instante preciso para que el paisaje alcanzara su perfección, haciéndonos sentir que estaba esperando nuestra presencia, que está ahí solo para nosotros, a la manera de un don que no espera nada a cambio mas que ese sentimiento de paz y de alianza.”

“Hay rincones en los que se refugia la sabiduría. Es como agua que no se evapora. Necesitamos agua para vivir, ¿no es cierto? Pues bien, lo mismo ocurre con algunos lugares. Los necesitamos para saciar la sed. Hay que recordar todo lo que se relaciona con ellos, todo lo que ha pasado ahí hace mucho tiempo. Hay que pensar en ellos sin parar. Entonces el espíritu se calma, se serena. Entonces podemos adelantarnos al peligro, porque lo vemos venir. Los paisajes necesitan a los hombres para existir; si no, se aburren, su poder se desagrega y mueren, a no ser que alguien venga con su paso para restituirlos al mundo.”

“La excursión es así mismo una travesía por el trabajo del tiempo sobre el paisaje, tal como se ha ejercido a través de la practica humana: modelando la tierra, los bosques, las colinas, las praderas, etc. El viaje por la geografía se desdobla también en un viaje por la historia, casi siempre inaccesible, pues son siglos o milenios de transformación del espacio. Los paisajes nos cuentan, mediante indicios minúsculos las peripecias que los han visto nacer.”

 

Escrito por: Javier Morera

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