Simple:
formado por un solo elemento.
Sencillo: sin
dificultad, simple.
Singular:
único, raro, extraordinario.
Desde hace “mucho tiempo” el
humano y en concreto los occidentales, vivimos en un mundo excesivamente
complejo, múltiple, plural… Incluso utilizamos frecuentemente la expresión
“vivimos en muchos mundos a la vez”… Y pretendemos, no solo seguir manejándonos
en esos mundos, sino, también, complicarlos y multiplicarlos constantemente… y
deseamos llegar a todo… y ser eficaces en todo… con multitareas, con mas
velocidad, con maquinas y técnicas…
El resultado es no llegar a nada… o hacerlo casi todo mal.
Agobio, estrés, abandono,
sentimientos de impotencia, de inaptitud, depresión, fracasos familiares,
laborales, sociales, físicos… Infarto, ansiedad, apatía, agotamiento,
desmotivación…
Así como vamos creciendo y así
como nos van enseñando este mundo tan extenso, complejo e interconectado, donde
hay tanto y todo depende de todo… nos vamos dando cuenta de lo difícil que es
entender, tomar decisiones, prever las consecuencias de nuestras mas mínimas
acciones…
Llegado un momento de nuestra
vida y en estas culturas tan “informadas” que ahora compartimos, nos cuesta
tomar un camino… nos preocupa y da miedo todo lo que no hacemos, todo lo que
perdemos, ¡tanto que podemos equivocarnos!...
Por eso, debemos plantearnos,
ante antas opciones, ejercitarnos en el difícil arte de elegir lo importante…
Simplificar nuestras “necesidades”… cumplir con nuestros valores mas potentes…
dejar lo accesorio, lo innecesario, el ruido que nos llama y altera por todas
partes…
Hay muchas maneras de acercarse
a estas formas de pensar y actuar. Algunas van de la mano de religiones o
doctrinas… otras nos aparecen como técnicas de productividad y eficiencia… O
pueden parecer consejos de abuelo simple y rustico… Yo prefiero llamarlo
“filosofía”… como saber para organizar nuestro tiempo y energía que son nuestro
recurso y se llama vida… Y, además, intentar ser feliz, o menos infeliz que si
vamos siempre corriendo, a buscar la ola de la moda que nos impone la
devoradora sociedad consumista, que nos hace naufragar en su marea de
corrientes siempre interesadas y nos parecen interesantes…
El libro: EL PODER DE LO SIMPLE de Leo
Babauta nos puede ayudar a empezar a pensar… pero a su vez, una vez leído,
es necesario “Elegir, simplificar, desechar… siempre igual… Elegir,
simplificar, desechar…
Simplificar, simplificar,
simplificar…
Simplificar, simplificar…
Simplificar…
¡Ser o no ser!...
¿Vivir o ser vivido por los otros?
Escrito por: Javier Morera Betés
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