Sigue su curso este verano que nos recuerda
cual es la temperatura fácil para la
vida en nuestros climas continentales templados. Siguen los contagios de
nuestra pandemia que, como era de esperar están en proporción directa y
ascendente con el número de vacunados… o lo que es lo mismo, en proporción
directa con esa pérdida del miedo y su consiguiente menosprecio de los cuidados
preventivos… Siguen los deportes y sus
exigencias sobre los pobres que han creído que cuantas más medallas ganen más
fácil será que lleguen a la inmortalidad de los dioses… ¡Que triste!...
¡Tanta educación, tantos libros y tantas
oposiciones para estos resultados tan catastróficos!… si mis abuelos levantarán
la cabeza… ¡qué vergüenza para esta especie que se cree regentadora del Olimpo!…
Afortunadamente algunas pocas excepciones comienzan a descolgarse de esta marea sin sentido… Os recuerdo que releáis el post pasado del 23 de este mes: (Leer y competir)… y luego curioseéis las noticias sobre el abandono de algunas atletas del más alto nivel olímpico… por salud mental…
(Noticia de BBC: “Tokio: cómo Simone Biles y Naomi Osaka están cambiando el deporte con sus decisiones”)
Recordemos que los juegos olímpicos que
queremos imitar de la antigua Grecia, nacieron para proponer perfecciones en el
cuerpo y la mente del humano… requerían destreza, belleza, perfección….
Equilibrio y proporción… consistía en mejorar la educación de esos jóvenes que
serian los ciudadanos más sanos y perfectos… Hoy es una jaula de doma donde
extenuamos y forzamos al límite a los pobres desgraciados/as que caen en estas
absurdas competiciones de guerras encubiertas entre banderas e ideologías…
Curiosamente algunas mujeres son las primeras
en darse cuenta… como Simone… Pero la gran mayoría siguen entusiasmados por el
circo romano y unas cervezas que les distribuirá el emperador con himnos
nacionales y honores de gran desfile militar… El héroe ha salvado al pueblo…
¿nos falta saber de qué?...
Han quemado su vida y su salud para demostrar
a todos lo que era imposible de conseguir… ¿Y para qué?
Es mejor leer un libro y competir solo con la invasión del Covid que es medalla de oro en exterminarnos… sin diferencia de bandera.
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