miércoles, 30 de enero de 2019

LO UNICO IMPORTANTE ES EL MENSAJE UNICO


Cuando deseas comunicar una información que consideras importante, te planteas, como intelectual, como persona instruida y culta, muchos documentos, muchos autores, libros, citas, fechas, datos… Recorres y recurres a los que lo han descubierto, comprobado y hasta algunos de los detractores y críticos, para que nadie te acuse de no prestar atención a los que niegan o dudan de esa información…

Aturdes al publico o receptor con toda la información… bombardeas, asolas, asombras, apabullas… ¿aburres?... ¿cansas?... ¿convences?...

La inmensa mayoría de las veces… NO.

Nada.

Cuesta menos levantarse de la silla que olvidar lo que le hemos “atornillado” durante varias horas de adoctrinamiento académico…

Y el emisor que tanta ilusión pone en el empeño, queda, al ver su poco resultado… triste, cansado, abatido, frustrado…

Pues aun hay una situación peor… cuando se te ocurre preguntar, como ocurre en los exámenes o en alguna encuesta, al terminar la exposición…

Entonces, con los datos en la mano, te das cuenta de que no solo no lo han atendido, entendido, aprendido… NO… lo peor es que lo han “atribuido” al revés, al contrario, han conseguido el efecto opuesto, adverso al que se pretendía…

Seguro que recuerdas un montón de obras que han tenido ese fracaso… Don Juan Tenorio, de Zorrilla… El Nombre de La Rosa, de Eco; Parque Jurasico, de Crichton… Sin contar con los grandes relatos como la Biblia, La Iliada, la Odisea, las tragedias griegas clásicas… la Pasión de Jesús de Nazaret

Tal vez el problema de comprensión se deba a lo abigarrado y complejo de los textos… que nos pierden con tanto superfluo y no sabemos resumir y quedarnos con la moraleja, el poso importante y educativo que todas estas obras magnificas encierran o nos quieren transmitir…

Tal vez les falta la claridad de formulación que Ferrán Ramón-Cortés nos enseña en su sencillo libro: La Isla de los Cinco Faros…, concretamente en ese primer faro en que nos recomienda que el mensaje importante sea único…

Tal vez el problema sea que estamos tan acostumbrados a las múltiples explicaciones y variables… a esta culpación tan teodicea… que luego todo es sociodicea, (como nos dice Salvador Giner en su libro Sociología del Mal),  en camino hacia una utopía que siempre termina confundiéndonos…


Mi consejo es lee, aunque no comas, pero lee… esperemos que sepas hacer la digestión de lo que lees como se resuelve con los alimentos… sin enterarnos… Pero… lo de las cogniciones y el intelecto no parece tan automático…


Escrito por: Javier Morera

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