Uno de los primeros problemas,
el más importante si puede decirse, cuando hablamos de psicología, es
“entender” los conceptos, clarificarse, definirse, concretarse, decir lo que se
quiere decir y tener la certeza de que nuestro receptor traduce el concepto al
significado que nosotros “atribuimos”… y no a otro.
Uno de los primeros problemas
es pues, en psicología, “entenderse”… saber decirle al otro lo que nosotros
entendemos y el que esa otra persona nos entienda.
Pero si analizamos todo este
conjunto de dificultades nos parece lo que Erick Erickson comenta como anécdota
en su magistral ensayo “Identidad”… La primera dificultad está en si uno mismo
se entiende… ya que utilizamos la herramienta cerebro para entender las
facultades del cerebro… empleamos la inteligencia metódicamente para conocer
los resultados de esa metodología intelectual…
El metaconocimiento, la
inteligencia ulterior, el metalenguaje, la psicología que estudia a la propia
psicología, la epistemología de estos conocimientos… ¿difícil o imposible?...
El cirujano que se opera a si
mismo, la mano que se ayuda a si misma… el maestro que se enseña y corrige a si
mismo… tareas de súper genios… o de dioses… tareas imposibles o al menos, de dificultad
superior… parece mas interesante que el arte culinario… incluso que entender a
las abejas o las ballenas…
En estos días de Navidad, de
fin de año, de supersticiones y cuentos para niños… comer uvas, vestirse de
rojo, mandar correos, llamar para felicitar años… beber, comer, regalar, bailar,
cantar… “fiestas” que nos unen como rebaño, como animales gregarios que
buscamos remendar nuestra cicatriz siempre doliente de la separatidad…
En nuestra ultima sesión del
año, hablamos de un interesante estudio de Erich Fromm: “El Arte de Amar”, de
1956… él ya lo sabia todo esto… nosotros seguimos cada vez más solos y
separados de los demás… y mientras, las campañas publicitarias y el consumo
siguen ganando la partida…
Te deseo, que cada día te
conozcas mas… te sientas menos solo o sola y con amor seas mas feliz… sin tanto
sucedáneo infantil y engañoso.
Escrito por: Javier Morera
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