Termina este año 2020 que ha sido un tiempo extraño y difícil en el que se han puesto en crisis muchas cosas o se han agravado las que ya veníamos arrastrando malamente.
Lo primero, la salud, que ya nos parecía garantizada desde el embarazo hasta bien cumplidos los 90 años, al menos, en estos países tan adelantados que podemos con y contra todo…
Lo segundo la economía, que solo podía alterarse un poquito con los indicadores del precio del petróleo y alguna OPA hostil en los rebuscados mundos financieros…
Lo tercero y ya viejo, ese deterioro de nuestro planeta en cuanto a clima y condiciones para nuestra vida humana natural… La contaminación, el CO2, la basura, el agotamiento del agua limpia… guerras y masacres absurdas entre vecinos y hermanos…
Lo centramos todo en esa pandemia que causa un simple virus… y allí proyectamos toda nuestra angustia, nuestros miedos, nuestra ira… toda la culpa de todo…
Decimos que nos apoyamos en las ciencias y el conocimiento!... ¿De verdad alguien se cree esto a punto de terminar un cuarto del siglo XXI?
En Europa y Estados Unidos, solo los astrólogos registrados oficialmente son tres veces más numerosos que todos los físicos y químicos juntos. En Francia, por ejemplo, hay mas de 50.000 pitonisas, videntes, echadores de cartas, etc. En Estados Unidos los astrólogos superan los 175.000… en Italia miles de astrólogos se han constituido como sindicato… en Madrid hay mas de 3.000 magos… curanderos, sectas, creacionistas, negacionistas…
Jon Rabat-Zinn, nos ha dicho en sus múltiples libros y documentos que estamos equivocados en nuestras formas de vida tan enajenadas de sentido y especialmente de conciencia… ¿Hacia donde te diriges tan deprisa que no atiendes a tu respiración, a tu alimentación, a tu descanso, a tus emociones a tus seres queridos…?
Se termina un año, seguramente malo para la mayoría de nosotros y eso que seguimos vivos… Os deseo que sigáis viviendo al menos, el tiempo para ser conscientes de que habéis vivido, de que habéis maltratado un planeta precioso que era un paraíso, un regalo hasta que lo comercializamos y expropiamos a la naturaleza… y para daros cuenta de que habéis dejado de lado a lo único que es digno de cuidar y tratar… las personas… el amor… las buenas relaciones… la vida.
Escrito por: Javier Morera
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