“Las nubes se levantaban ahora sobre la tierra como montañas y la
costa era solo una larga línea verde con las lomas azulgrís detrás de ella. El
agua era ahora de un azul profundo, tan oscuro que casi resultaba violado. Al bajar
la vista vio el cernido color rojo del plancton en el agua oscura y la extraña
luz que ahora daba el sol. Examinó sus sedales y los vio descender rectamente
hacia abajo y perderse de vista; y se sintió feliz viendo tanto plancton porque
eso significaba que había peces”.
Efectivamente, como todos habéis
adivinado, se trata del célebre libro de Ernest Hemingway, EL VIEJO Y EL MAR, que es nuestro punto de encuentro para este jueves
de verano que ya se nos viene encima… ¿Quién no ha leído, hablado, opinado
sobre este interesante libro?...
Como siempre, empezaremos refrescando
nuestra memoria con datos importantes de la biografía de este escritor, famoso
por tantas características curiosas… Luego intentaremos reflexionar sobre sus
letras… sus paisajes, sus palabras, sus intenciones, sus significados…
“No puedo hacer nada con él, y él no puede hacer nada conmigo
–pensó–. Al menos mientras siga este juego.”
Muy curioso… muy para pensar… muy filosófico…
por algo lo hemos citado desde ese ciclo que llamamos de “FILOSOFÍA Y VIDA”…
Supongo que se nos queda grande para
mentes tan pequeñas… nos hará falta ese libro o ese profesor que desde la
Primaria hasta el Doctorado nos ha dicho qué debemos leer, qué debemos
entender, a qué debemos atender, qué es lo importante y qué es lo que no vale…
Mis clases de literatura, me recuerdan a
esos programas con los que debes realizar la declaración de los pagos de
impuestos… todo esta tan tutorizado… tan encasillado que no puedes perderte… y
si no cumples con todas las casillas… pagas con el suspenso o la multa…
Pero yo quería escribir sobre ese
problema con el pez grande y el escritor…
“En la siguiente vuelta estuvo
a punto de vencerlo. Pero de nuevo el pez se enderezó y salió nadando
lentamente.
“Me estás matando, pez –pensó
el viejo–. Pero tienes derecho. Hermano, jamás en mi vida he visto cosa más
grande, ni más hermosa, ni más tranquila, ni más noble que tú. Vamos, ven a
matarme. No me importa quién mate a quién.”
“Ahora se está confundiendo la
mente –pensó–. Tienes que mantener tu cabeza despejada. Mantén tu cabeza
despejada y aprende a sufrir como un hombre. O como un pez”, pensó”.
Tendré que preguntar a un asesor de
impuestos… no se si sabré entender a Hemingway… ¿Y vosotros?
Escrito por: Javier
Morera Betés
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