El pequeño ensayo, casi poético y muy sencillo de
leer, de Sara Mesa, PERDER EL MIEDO, comienza con unas
líneas donde nos hace pensar en el pequeño tamaño de una estructura, la
amígdala, dentro de nuestro sistema nervioso central y lo importante y presente
que es su función en todo nuestro pensamiento y conducta…
Es cierto que la emoción de sorpresa, susto… miedo,
nos ayuda en todas nuestras acciones para no caer en graves peligros y
desastres… Es verdad que sin esas cuantiosas precauciones y prevenciones,
nuestra especie no hubiera superado tantas pruebas y catástrofes… Pero también
es apreciable cuanto nos impide ser libres, innovadores y desarrollarnos plenamente
un exceso de miedo a casi todo, que cada vez más nos atasca y encadena a unos
cuidados y seguridades que casi nos asfixian…
Sara Mesa nos va recorriendo, no de forma exhaustiva
ni profunda, pero si amena y reflexiva, muchos de los lugares y momentos en los
que hay miedo, exceso de miedo y patologías de miedo… En la familia, en la
educación, en las relaciones sociales y sexuales, en la convivencia entre
ciudadanos o entre extranjeros… en cualquier lugar y con cualquier escusa hay
miedo… y nos recuerda el negocio del miedo… para retenerte junto a alguien,
para controlarte en caminos de dominio, para manipularte, para venderte y
chantajearte con “falsas” seguridades… Hasta en las religiones y formaciones más
espirituales, muchas veces se atiende más a los castigos por la mala acción que
al premio y la felicidad por el bien hacer.
En psicología, relacionamos los miedos con la inseguridad
y la poca independencia, así pues, exceso de miedo es decir baja autoestima,
pobre autonomía, problemas en las relaciones y tendencia a sufrir síntomas y
enfermedades tanto sociales, psicológicas, orgánicas, espirituales… Tener más
miedo es vivir menos, es vivir mal, es no ser feliz.
Y en esta época de gobierno del miedo, es muy
lamentable que sigan triunfando esas formas “artísticas” de vender emociones
que provocan y enquistan miedos en los más proclives a este síntoma… literatura
de horrendos crímenes que nunca han existido… películas de seres que ni en los
apogeos del miedo al infierno se les hubieran ocurrido… bulos y noticias falsas
que aturden a los crédulos que todo lo aceptan y les afecta… Una pena, que una
sociedad que ha superado tantas desdichas y tiene tantos medios para entender y
controlar el mundo… siga pasando tanto miedo… y dejando de hacer tantas cosas
naturales y agradables por miedo… al rayo… al tiburón… al contagio… al ridículo…
El único miedo que parece natural es a la muerte, y
esa llega siembre le temamos o no… procuremos no morir de miedo antes de tiempo
y por cosas a las que no hay que temer.
Escrito
por: Javier Morera