miércoles, 6 de noviembre de 2024

MUCHO MIEDO… POCA ALEGRÍA

 


El pequeño ensayo, casi poético y muy sencillo de leer, de Sara Mesa, PERDER EL MIEDO, comienza con unas líneas donde nos hace pensar en el pequeño tamaño de una estructura, la amígdala, dentro de nuestro sistema nervioso central y lo importante y presente que es su función en todo nuestro pensamiento y conducta…

Es cierto que la emoción de sorpresa, susto… miedo, nos ayuda en todas nuestras acciones para no caer en graves peligros y desastres… Es verdad que sin esas cuantiosas precauciones y prevenciones, nuestra especie no hubiera superado tantas pruebas y catástrofes… Pero también es apreciable cuanto nos impide ser libres, innovadores y desarrollarnos plenamente un exceso de miedo a casi todo, que cada vez más nos atasca y encadena a unos cuidados y seguridades que casi nos asfixian…

Sara Mesa nos va recorriendo, no de forma exhaustiva ni profunda, pero si amena y reflexiva, muchos de los lugares y momentos en los que hay miedo, exceso de miedo y patologías de miedo… En la familia, en la educación, en las relaciones sociales y sexuales, en la convivencia entre ciudadanos o entre extranjeros… en cualquier lugar y con cualquier escusa hay miedo… y nos recuerda el negocio del miedo… para retenerte junto a alguien, para controlarte en caminos de dominio, para manipularte, para venderte y chantajearte con “falsas” seguridades… Hasta en las religiones y formaciones más espirituales, muchas veces se atiende más a los castigos por la mala acción que al premio y la felicidad por el bien hacer.

En psicología, relacionamos los miedos con la inseguridad y la poca independencia, así pues, exceso de miedo es decir baja autoestima, pobre autonomía, problemas en las relaciones y tendencia a sufrir síntomas y enfermedades tanto sociales, psicológicas, orgánicas, espirituales… Tener más miedo es vivir menos, es vivir mal, es no ser feliz.

Y en esta época de gobierno del miedo, es muy lamentable que sigan triunfando esas formas “artísticas” de vender emociones que provocan y enquistan miedos en los más proclives a este síntoma… literatura de horrendos crímenes que nunca han existido… películas de seres que ni en los apogeos del miedo al infierno se les hubieran ocurrido… bulos y noticias falsas que aturden a los crédulos que todo lo aceptan y les afecta… Una pena, que una sociedad que ha superado tantas desdichas y tiene tantos medios para entender y controlar el mundo… siga pasando tanto miedo… y dejando de hacer tantas cosas naturales y agradables por miedo… al rayo… al tiburón… al contagio… al ridículo…

El único miedo que parece natural es a la muerte, y esa llega siembre le temamos o no… procuremos no morir de miedo antes de tiempo y por cosas a las que no hay que temer.


Escrito por: Javier Morera