viernes, 20 de marzo de 2020

PARA LEER BIEN HAY QUE ESTAR BIEN



Estamos pasando una situación extraña. La mayoría de nosotros, en los países europeos, no habíamos vivido una crisis de “alarma” y de peligro como esta. No habíamos vivido una guerra ni una emergencia natural tan acuciante ni tan larga.

En general, solo por noticias o informaciones conocemos y comprendemos los problemas que otros sufren o han padecido, en distancias geográficas o incluso temporales.

Ahora nos toca vivirla. Situación difícil donde muchas actividades normales se ven suspendidas aun sin ser afectado por la enfermedad… Dar un paseo, asistir a reuniones, visitas, clases, deportes… todo se ha suspendido.

Nos afecta a las relaciones personales y familiares, sociales y académicas, de ocio y placer… Nos aísla… Nos asusta, nos empobrece y nos enferma…
Se disparan las comunicaciones por los medios no presenciales, todos se conectan a lo virtual…  Se abusa de películas y otras maneras del ocio y la diversión informática… individual…
¡Se recomiendan lecturas!

Nosotros los lectores asiduos, de siempre, los grandes devoradores de libros… observamos como ahora “todos leen”… Las empresas comerciales de libros nos ofrecen sus grandes éxitos y prestigiosas “marcas” liberan sus “paquetes” de material negociable para que puedan ser ayudas en el tiempo de “cuarentena”… y paliar el asilamiento obligado…
¡Todo esto esta bien intencionado!
¡Todo nos puede servir!
¡Todo es de agradecer!

El único inconveniente es que se lee bien cuando estas bien… relajado y sin problemas… No es fácil empezar con Dickens o Dostoievski cuando el miedo y la preocupación por amigos y familiares te están coartando tu libertad y tranquilidad.

Nosotros, los que leemos de continuo, ahora leemos menos… Nos preocupamos más por noticias y pequeñas labores de ayuda o amistad… Para leer bien es necesario estar sin grandes problemas, sin ansiedad, sin miedos, sin amenazas que coarten tu tranquilidad de espíritu…

No es fácil leer para estar bien… Y menos para los que no tienen esa costumbre que no es la más común en estas culturas de tanta conversación y “charrada”…

Esperamos poder ir superando esta difícil situación y cuando estemos bien, leeremos con ese placer de hacer lo que te complace en tu tranquilidad vital y existencial…

Pero cuando estemos bien, la mayoría volverá a hacinarse en medios de transporte para ir a ver como unos cuantos se dedican a “luchar” contra otros en un gran estadio… o a bañarse en los “caldos” de miles de personas sudando y con bronceador… 




Escrito por: Javier Morera

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