miércoles, 21 de enero de 2015

RUINAS DE LA CIVILIZACIÓN


Leer… te hace pensar… pensar te hace leer mas… abres un buen libro… y se abre el cerebro con él… o te abre él el cerebro… o la prisión se convierte en libertad…

“Durante la década siguiente Cyril continuó su inquieta vida viajera. Se había acostumbrado de tal modo a lo que él definía como su “búsqueda” que le resultaba una manera de vida normal. Naturalmente ya había perdido la esperanza ingenua de sus años de juventud de encontrar algún día lo que buscaba. Es más, ya no lo deseaba y hubiera sido un engorro encontrarlo. Definía su situación con la fórmula siguiente: la longitud del camino se halla en proporción indirecta a la posibilidad de desear alcanzar la meta.
Según su opinión esta fórmula contenía toda la ironía de la búsqueda humana. El verdadero sentido de toda esperanza era que ésta permaneciera siempre sin cumplir, ya que la satisfacción, a fin de cuentas, desembocaba en una decepción. Sí, el mismo Dios hacía bien en no cumplir nunca las promesas realizadas al género humano desde el principio de los tiempos. Supongamos que un día tuviera la desafortunada idea de cumplir su palabra y que el Mesías volviera efectivamente por las nubes; que el Juicio Final se llevara a cabo y que la Jerusalén Celestial descendiera de verdad de las alturas.
El resultado no sería más que un fracaso de dimensiones cósmicas. Dios había dejado a sus creyentes esperar demasiado y cualquier acontecimiento, incluso el más espectacular, sólo despertaría un generalizado: “Ah, ¿y esto es todo?” Por otro lado, sin duda era muy sabio por parte de Dios (suponiendo que existiera) no revocar ninguna de sus promesas. La esperanza, ella sola, mantenía en marcha el mundo.”

Hoy, que ya no hablamos de Dios, podríamos decir, la crisis (suponiendo que haya existido) termina cuando los que la hayan “convocado” para justificar sus “reajustes” estén dispuestos para “contarnos” que la nueva “mesilandia” ya esta aquí… y eso será un rotundo fracaso…

“-¿Qué desea el caballero?-preguntó el anciano con voz penetrante y ronca que retumbó en la bóveda.
-He visto por casualidad la muestra de su tienda –dijo Cyril en tono intrascendente- y me interesaría saber lo que significa.
-Bien –dijo el anciano-, significa lo que veis. La nube de flechas forma en su vuelo la silueta del ciervo, sobre la que los cazadores han disparado. Así es. ¿Por qué lo preguntáis?
-Como no sé hebreo –contestó Cyril- no pude descifrar la inscripción que acompaña a la imagen.
-Buscad y encontraréis, eso es lo que dice la inscripción –explicó el anciano-. Como cristiano que sois deberíais conocerla.
-En efecto –confirmó Cyril-. Entonces esta tienda es algo así como una oficina de objetos perdidos, supongo.
-Así es –dijo el anciano asintiendo con la cabeza. En sus movimientos y su voz había un cansancio infinito.

Buscad y encontrareis…
El otro día andando por los montes encontré un despoblado… había sido un pueblo desde miles de años atrás… piedras de épocas pretéritas, maderas en sus hechuras que hace cientos de años fueron árboles… ruinas que fueron estructuras…. casas que cobijaron calor y vida en fríos inviernos y fueron familia y hogar…. solución, ilusión, esperanza… cuando las hicieron…
Hoy son nada…. Ruina y desolación…. Hoy son lo que no fueron…. Despoblados… como nuestra expo de Zaragoza… ilusión del 2008… Pabellón Puente… Torre del Agua…. Y ahora son y se les llama por lo que no son… sin utilidad… sin habitación… sin valor… despoblados… no-expos… RUINAS DE LA CIVILIZACIÓN…

Nota: si no ves las relaciones de los textos… es que debes leer un poco más… por ejemplo a Michael Ende…


Escrito por: Javier Morera

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