viernes, 29 de junio de 2018

EL MUNDO GRIS


“Casi en la mitad del camino entre West Egg y New York la carretera se une apresuradamente con el ferrocarril y corre a su lado durante un cuarto de milla, como huyendo de cierta desolada área de tierra. Es un valle de cenizas, una granja fantástica donde las cenizas crecen, como el trigo, en cerros, colina, y grotescos jardines: un valle donde las cenizas toman la forma de casas, chimeneas y humo en ascenso, e incluso, con un esfuerzo trascendente, la de hombres grises que se mueven envueltos en la niebla, a punto de desplomarse y a través de la polvorienta atmósfera. De vez en cuando una hilera de autos grises pasa reptando a largo de un sendero invisible, emite un traqueteo fantasmagórico y se detiene, acto seguido unos hombres grises como la ceniza aparecen con palas plomizas y agitan una nube impenetrable que tapa su oscura operación a la vista.

Pero encima de la tierra gris y de los espasmos del polvo desolado que todo el tiempo flota sobre ella, se pueden percibir, al cabo de un momento, los ojos del doctor T.J. Eckleburg.

Los ojos del doctor T.J. Eckleburg son azules, y gigantescos, con retinas que miden una yarda. No se asoman desde rostro alguno sino tras un par de enormes anteojos amarillos, posándose sobre una nariz inexistente. Es evidente algún oculista chiflado y guasón los colocó allí a fin de aumentar su clientela del sector de Queens, y después se hundió en la ceguera eterna, los olvidó o se mudó.
Pero sus ojos, un poco desteñidos por tantos días al sol y al agua sin recibir pintura, cavilan sobre el solemne basurero.”

Como ya habrás resuelto, se trata de una cita de “El Gran Gastby”. Así comienza el capitulo II y nos describe como esa sociedad de los años veinte norteamericana, que intentaba ser alegre, feliz y desenfadada, tenía sus lugares y sus zonas sombrías… representada en ese camino en las inmediaciones de Nueva York, que es desolado, depresivo, triste, desanimado… gris… blanco sucio que tiende al cercano negro… gris.

La sociedad en la que aparece Nick, y representada por sus amigos Tom y Daisy, es rica, opulenta y derrochadora… También Gastby lo es o lo aparenta…
Pero con estos fragmentos nos relata Scott Fitgerald, el engaño, la falsedad de esta cultura, donde unos cuantos, los menos, viven alocadamente para auto engañarse de su infelicidad y su sinsentido, mientras otros muchos, los mas, malviven y se esfuerzan en una competición salvaje para poder subsistir en la enorme depresión que asolaba en esa época a toda la sociedad llamada “civilizada”.

Muy triste la escena que nos describe… cuando el “maravilloso” atleta y super millonario Tom, que ha conseguido casarse con la inmadura Daisy, se empeña en presentar a su amante al joven Nick…

Te sientes mal… y aun te duele mas como sufre esta situación el bueno y enamorado de Gastby…

Para Gastby, Daysi es el fin de su felicidad… su cielo, su única esperanza… Mientras Tom, que la tiene por esposa, no la aprecia, en vez de ello, coquetea continuamente con ordinarias mujeres que no tiene nada mejor que “probarse” con un hombre guapo y rico… libertino y sin más objetivo que ganar un rato de placer rápido y seguir el camino…

Con esa mirada sin brillo del anuncio que nos describe, Scott, parece vincularnos a conciencias superiores o espectadores como nosotros que lo leemos… Vemos como se deteriora una sociedad… vemos como se desvanece entre polvo de olvido y cenizas de fuegos ya extintos… Vemos como sufría Gastby… y como sufrió el escritor en sus amores… y hasta vemos como se hundió una cultura que creyó en ser feliz sin esfuerzo… en ser vencedora sin sufrimiento… y les esperaba la Gran Depresión… la 2ª Gran Guerra Mundial…
Claro esto pasó hace casi cien años…

¿O es tremendamente parecida a la cultura postmoderna que nos vende todas las diversiones falseadas para olvidar lo falsos que somos?

¡¡Bueno, ahora con tanto universitario y cultureta que tenemos… no podrían pasar estas cosas!!...

¿Qué opinas?



Escrito por: Javier Morera

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