Ya es la tercera de “LAS NOCHES BLANCAS”.
Nuestro protagonista se ha visto y conocido un poco mas con su Nastenka…
El texto comienza desalentador…
“El día fue triste, lluvioso, sin sol. Ideas extrañas me habían
atormentado, confusos problemas agitaban aun mi pensamiento y no tenia fuerza
ni deseo para resolverlos”
Y luego nos habla de los
cambios en ella…
“Y mi pequeña Nastenka se hizo súbitamente tan tímida y tan
asustadiza, que debió comprender, al fin, que yo la amaba, y tuvo piedad de mi
pobre amor. Y es que, cuando somos desgraciados, sentimos mas profundamente el
dolor de los demás, nuestro sentimiento se concentra…”
En esta tercera noche, se trata
uno de los temas tan preciosos y tan poco reconocidos por los observadores de las
relaciones personales… ¡La importancia de los sentimientos, de las emociones,
de la magia y el misterio, que son influencias máximas, al menos para los románticos,
e inversamente proporcionales a las razones y razonamientos…
Observamos como el protagonista
quiere, y casi consigue atar sus emociones al protocolo de la relación, al interés
en servir a su amada… Calla, retiene, sufre… Mientras Nastenka, explica, se auto
disculpa, razona y organiza con lógica lo que le ocurre y lo que deben hacer
ambos…
¡Que imposible cumplimiento,
nos relata maravillosamente Dostoyevski!... ¡Como se nota que sabe de lo que
escribe! ¡Como se nota que escribe de lo que sufre!
Este es el tercer tema de esta
colección. El primero es la luz y la esperanza… El segundo la soledad y los
miedos a no compartir nuestra existencia con otro ser… El tercero: ¡no quieras
razonar lo irrazonable!…
Seguro que ya sabes cual será
el cuarto tema de estas “Noches Blancas”…
Recuerda que es bueno para tu
salud afectiva, leer una noche cada día… Y si ves que algún síntoma o
inestabilidad te esta alterando, ¡deja de leer y consulta con algún romántico
bien curado de amores!.. Que solo encontraras en los libros o en el cementerio…
Escrito por: Javier Morera
No hay comentarios:
Publicar un comentario