lunes, 28 de septiembre de 2020

NAVEGAR POR LA CRISIS

Cuando nos enfrentamos a una crisis, puede ocurrir que la superemos, aprendiendo, adaptándonos, creciendo sobre y en las dificultades del momento critico… o que no la consigamos vencer… y nuestro crecimiento se termina… involucionamos… descendemos… comenzamos a morir.

Llevamos meses en crisis… de salud, de economía, de empleo, sociales y familiares… Poco a poco se extiende por la geografía y por el tiempo… por las personas y por las diferentes actividades de cada uno de nosotros…

Algunos la van superando… triunfan.

Algunos la sufren… se estresan.

Algunos ya la han perdido… murieron.

Para estudiar las crisis, es mejor no vivirlas… es mejor que te las cuenten, que las puedas observar desde la seguridad intelectual de distancias físicas o temporales… Es muy fácil estudiar a los elefantes en crisis si no eres elefante…

Hay libros de crisis que las tratan, desde la Sociología y desde la Psicología… desde la Historia y desde la Economía… desde la Religión y desde la Filosofía…

Hay libros que se escriben estando en una crisis, para olvidarse de ella… para entendernos mejor…

El Romanticismo trata crisis personales…

Las revoluciones y las guerras se encargan de crisis sociales, políticas…

Es difícil tratarse a si mismo cuando se padece una crisis…

Las crisis no tienen una receta… y menos una generalización en sus aplicaciones…

En las crisis volvemos a sentirnos como niños zarandeados por las circunstancias que no sabemos ni podemos controlar… nuevas, desconocidas, imprevistas…

Os propongo unas líneas de Robert Fulghum, en su libro tan conocido de “Las Cosas Importantes las Aprendí en el Parvulario”

"Creo que la imaginación es más fuerte que la sabiduría.

El mito es más potente que la historia.

Que los sueños son más poderosos que los hechos.

Que la esperanza siempre triunfa sobre la experiencia.

Que la risa es el único remedio para el dolor.

Y creo que el amor es más fuerte que la muerte."

Os deseo buenas lecturas y poder ir creciendo en la crisis.

 



 Escrito por: Javier Morera

lunes, 21 de septiembre de 2020

MELANCOLIA ES OTOÑO

 

 

Ya estamos en otoño. Puntualmente nos ha tomado el relevo a esa estación de luz y calor que fue el verano. Los cielos se nublan y las lluvias nos saludan con su alegría vivificante.

Todas las estaciones son bellas y cada una tiene su color y su encanto… el otoño es propicio para retirarse a lugares recogidos y descansar, meditar, leer y pensar… El otoño nos pone más románticos a los románticos y nos invade la nostalgia, los recuerdos, la melancolía que es nuestro síntoma más identificativo…

Las “Hojas Amarillas” de Bécquer… que nos hablan por todos los rincones donde hubo árboles verdes hace unos días…

Machado en su tercera estrofa de “Otoño”, nos dice lacónicamente…

En el lagar, rojo vivo;

Agua en la pera madura,

Oro en los chopos del río.

Ramón de Campoamor, en su poema de las “Estaciones”, nos resume la vida con su fácil y ágil pluma…

Joven, pensé, pero pensaba en vano;

ya viejo, no sé amar lo que amar quiero.

Trae rosas abril, fruto el verano,

hojas secas octubre, escarcha enero.

Tal es la fuerza del destino humano;

lo que ha de ser después, nunca es primero,

espera la niñez, el joven quiere,

piensa el adulto, y la vejez se muere.

No podría entenderse el verano de frutos sin la primavera de flores y amores… Tampoco sería posible concebir el invierno desolado y yermo sin una preparación mística y concentradora como es el otoño…

Los románticos  vivimos este periodo como escenario de nuestro corto y difícil paso por una vida y por una cultura que nos es demasiado material y demasiado rápida… demasiado competitiva y demasiado del triunfo y del éxito…

Leyendo a Chateaubriand, en su obra casi autobiográfica que titula “Rene”, nos encontramos con su cita con recuerdos y lugares… en otoño… no podía ser de otra manera…

“Todos los años, a la entrada del otoño, iba a la casa de mi padre, situada en medio de un bosque y a la inmediación de un lago, en una apartada provincia”.

Ha llegado el otoño… es momento de recogerse, meditar, leer… y citarse con la mística figura de nuestro pasado, que nos recuerda nuestras cuentas pendientes.

Os invito a recordar el post de aquél poema entre generaciones del lejano 2014: EL PUENTE ENTRE LAS GENERACIONES

 ¡Hay que recoger la leña de los afectos para calentar ese invierno que nos amenaza!

¡Feliz otoño… entre libros!

 

Escrito por: Javier Morera

sábado, 12 de septiembre de 2020

RECORDAR PARA APRENDER


El 14 de septiembre de 1920, en un lugar de Uruguay, nació un escritor que hoy queremos recordar… Mario Benedetti

El lunes próximo se cumplen 100 redondos años de su nacimiento… y es bueno recordar y celebrar que nació y que se dedicó mucho a escribir y dejarnos en sus obras un talante y unas enseñanzas que además eran lindas y correctas.

Desde finales del siglo XX han sido conocidas, populares y muy entrañables sus citas, sus relatos cortos, sus pensamientos… Muchos se han impreso y enmarcado en tarjetas, frentes y corazones… Benedetti se citaba en la Universidad y en los teatros, en las cartas de enamorados y en las celebraciones… en libros y en nuestras consejas y reflexiones… Siempre que tratas un problema humano te salta a tu conciencia un bonito y apropiado mensaje de este genio de los aforismos y de las relaciones humanas…

Sin ser filosofo, es reflexivo y constructor de pensamiento… sin ser político, maneja las dinámicas sociales… sin ser juez ni clérigo, perdona y entiende los errores, las caricias, los deseos y las pasiones…

Hay que recordar a este maestro y que mejor que citar casi en su centenario una obra corta y concreta donde con maestría nos dice que hay que aprender, hay que recordar, hay que guardar la información del error cometido precisamente para no volver a reproducirlo…

Os invito a releer esa pieza que se titula: Miss Amnesia… de la cual os pongo una cita… Para aprender con esta lección tan “típica” como caemos fácilmente en el olvido, para evitar la ansiedad de la culpa… y con ese Mecanismo de Defensa del Yo, superar la crisis y volver a caer en nuestros mismos defectos una y otra vez…

Así nos ocurre con los trabajos, con las deudas, con los negocios, con los juegos, con los propósitos, con los vicios… y muy especialmente con los “amores” o sus sucedáneos que nos conquistan cada viernes para darnos dolor de cabeza cada lunes…

La muchacha abrió los ojos y se sintió apabullada por su propio desconcierto. No recordaba nada. Ni su nombre, ni su edad, ni sus señas. Vio que su falda era marrón y que la blusa era crema. No tenía cartera. Su reloj pulsera marcaba las cuatro y cuarto. Sintió que su lengua estaba pastosa y que las sienes le palpitaban. Miró sus manos y vio que las uñas tenían un esmalte transparente. Estaba sentada en el banco de una plaza con árboles, una plaza que en el centro tenía una fuente vieja, con angelitos, y algo así como tres platos paralelos. Le pareció horrible. Desde su banco veía comercios…

Te recordamos Benedetti…

 


Escrito por: Javier Morera

sábado, 5 de septiembre de 2020

ESTOY AQUÍ, VIVO…

 


Comenzamos septiembre, después de un verano enfermizo y controlado por virus y restricciones… Las ciudades vuelven a recargar sus colmenas de trabajadores y estudiantes… Gregarios y hacinados, nos ordenamos entre celdas y escaleras, pupitres y aparcamientos… Lejía y mascarillas… los hospitales nos esperan amenazadoramente… Sufrimos esa forma de civilización que hemos comprado por comodidad y miedo… y pagamos el precio del hacinamiento y la uniformidad… todos juntos, iguales, marcados y ordenados caminamos hacia los trabajos, estudios y diversiones… siempre en fila… homologados hasta en el diagnostico y el tratamiento… Siglo XXI.

El 1 de septiembre de 1875, en Chicago, en una América que aun estaba arrebatando las últimas montañas a los indígenas a fuerza de disparos… nació Edgar Rice Burroughs… un americano que intentó crecer y hacer carrera en muchos caminos y oficios… incluido el militar, como su padre, y los negocios y aventuras de un típico de esa época y esas tierras…

Al final, ya metido en algunos años, resolvió su presente y su madurez gracias a una estupenda imaginación que supo abrir al papel y al público…

Al conocer su obra, no te sorprenden sus habilidades descriptivas, ni su floja cultura literaria… ni sus conocimientos científicos, ni geográficos, ni zoológicos colmados de gruesos errores… Ni siquiera parece el primero en tratar ciertos temas sobre los mundos “marcianos” o las selvas… Lo que te atrae de E. R. B. es su capacidad para proyectar el problema humano de sentirse tan constricto, tan agobiado, tan atado y prisionero de tantas y tantas normas, leyes, costumbres…

En 1912, en ediciones de fascículos, sin importancia… salta al mundo una figura, un personaje, un mito del siglo XX que a todos nos evoca nuestros orígenes primitivos y nuestros anhelos mas instintivos… salta al mundo desde el avión de la fantasía… Tarzan de los monos… Y se queda con nosotros… pronto se construye en libro… luego en película… en series… en comic… en dibujos animados… se repite y reconstruye cientos de veces… en todos los idiomas… para todas las edades… Ha nacido Tarzan… imposible de creer… magnifico para soñar, imprescindible de copiar… de admirar…

El autor sólo dejó sacar sus arquetipos, como dirían psicoanalistas famosos… solo nos ayudó a utilizar nuestros “Mecanismos de Defensa del Yo”, para poder huir de este enjambre encadenado que llamamos progreso…

Tarzan, se hace a si mismo (mito del nacimiento del héroe), aprende y copia de otros lo bueno y lo malo… acierta mas, por ello vive y triunfa… tropieza a veces, aprende, se venga, crece, ama y odia, lucha y gana… y se convierte en rey de la selva… de su mundo… sin ayudas… Juez de la creación…

En todas las edades y en todas las culturas es bueno “pasar” por Tarzan… pero en esta época de normificación y crisis de identidad aun se necesita mas leer a Tarzan… olvidándose de Burroughs, y viviendo la aventura de hacerse fuerte en la selva, solo, desfavorecido, perdido… con ese grito tan escalofriante que dice a todos los demás seres incluido virus y pandemias… “ESTOY AQUÍ, VIVO Y SEGUIRÉ VIVENDO LIBRE Y FELIZ”…


 Escrito por: Javier Morera