sábado, 30 de mayo de 2020

¿MIGRADORES O GREGARIOS?



Termina mayo. Quinto mes del año, dedicado a los mayores, aunque ahora se piense más en las flores y en la naturaleza que en el hemisferio norte, resplandece con abundante luz y color por doquier.

Seguimos con esa ingrata presencia del virus Covid-19 que nos hace cambiar hábitos y modificar nuestras relaciones sociales.

Situaciones de cambio y de crisis… nuevas formulas para viejos requerimientos de la humanidad, de la cultura, de nuestra forma de vivir que se había convertido en sociedad de masas y modas… con masificaciones y hacinamiento…acostumbrados a vivir y existir siempre en grupo, siempre en compañía de miles, siempre en filas, caravanas, multitudes…

Debemos reformularnos la convivencia, distanciarnos, separarnos, distribuirnos, diseminarnos… No todos a la playa, a la vez… No todos a la plaza, a la vez… No todos al concierto, a la vez…

En una sociedad en la que todos tenemos nuestros libros, nuestros televisores, nuestros reproductores de películas o músicas… Necesitamos una excusa para estar juntos, unidos, pegados, amontonados… Y así, si hablamos de libros, hacemos presentaciones, firma de ejemplares, criticas de autores…
Si hablamos de películas, necesitamos muestras, estrenos, concursos, cine forum…

Si hablamos de música, necesitamos conciertos en directo… giras… galas… festivales… concursos…

Si hablamos de deporte, necesitamos competiciones, finales, olimpiadas…
Se entendía en el siglo XIX en el que o estabas en el lugar o no podías acceder más que a alguna noticia periodística… Pero ahora, ¿cual es el pegamento que hace que miles y miles de personas se concentren en momentos y lugares determinados para eso que llamamos ocio y diversión?
Tal vez si leemos con atención a Erich Fromm en sus diversos libros como “El Miedo a la Libertad” o “El Arte de Amar”, podemos avistar alguna explicación razonable a esas emociones humanas…

Simplemente mirando al cielo nos sorprende esas bandadas de aves, grandes o pequeñas que se mueven en curiosas sintonías y orden… unas son migraciones… no por diversión, sino por poder seguir viviendo… otras son formas de protegerse frente al depredador que no puede atacar a todas a la vez…

También mirando las praderas y las sabanas de nuestros pocos territorios aun salvajes, observamos otros movimientos de cuadrúpedos que se desplazan en masa… No van a la playa ni a la olimpiada… son gregarios… viven y solo pueden vivir si van juntos y miméticos, defendiéndose en su multitud para ser fuertes…

Cuando ahora tras las recomendaciones de estar mas aislados, seguimos viendo las manadas de humanos hacia sus diversiones… te preguntas… ¿Somos migradores o gregarios?

Lastima que los virus no se mengüen por masificaciones de uniformados humanos que se escondan en la masa para superar sus miedos a la soledad.



Escrito por: Javier Morera

sábado, 23 de mayo de 2020

LOS LIBROS Y LAS CRISIS


Todos sabemos que estamos pasando una crisis. Algunos hablan de crisis sanitaria; otros de crisis económica… desde luego hay situaciones tan difíciles en áreas de la salud y de la economía que podemos hablar de crisis sociales…

Por su puesto las crisis las padecen los individuos y ahí llegamos a las crisis personales que a su vez pueden ser biológicas, económicas, laborales, sociales… psicológicas…

Ya se oyen rumores y comentarios de “los libros de la crisis”… Eso es un truco de anuncio… para vender algo… No me parece correcto apoyarse en algo tan triste y complejo como esta crisis para vender un producto que solo nos distrae… No nos ayudará a superar la crisis ni tan siquiera a madurar frente a ella o a otras que vendrán…

Casi todos los libros nos describen una o varias crisis… Algunos se ciñen a crisis personales, incluso muy intimas y subjetivas…. Otros a crisis históricas o ficticias, generales, como guerras y grandes aventuras de la humanidad…

Leer un libro es pasar la crisis que contiene, de una manera distinta, separada, controlada, imaginada… en la seguridad de la acción de leer y de empatizar con las victimas y personajes del relato.

Leer un libro te ayuda a conocer circunstancias de la crisis que contiene… Te prepara par ver opciones y entender fallos que dan malos resultados…

Leer un libro es enfrentarse a la crisis que tiene inscrita… seguir el camino… ver los problemas, tomar decisiones… y al final, para resolver “su crisis”, vemos que el protagonista tiene que recurrir a sus capacidades, sus habilidades, sus aciertos y errores… enfrentarse, decidir…

Si supera la crisis, es más adulto, más maduro, más fuerte… Si no la supera, puede involucionar y quedar malherido, perdido, náufrago… desaparecido…

Al final del libro, al final de la crisis encerrada en el libro, cada uno llega a sus soluciones… a sus culpabilizaciones… a sus reorganizaciones de “su mundo” y de “sus verdades”
Leer un libro es meterse en una crisis.

Para salir de una situación critica… es posible que te sirvan los libros que ya has leído… pero principalmente piensa… y si no ves claras las soluciones, pregunta a un experto en esos temas… que seguro habrá leído mas libros y mejores sobre el asunto de la crisis…




Escrito por: Javier Morera

martes, 19 de mayo de 2020

LOS LIBROS DAN SABIDURÍA


Nos gustan los libros. Son nuestros grandes amigos. Nos han educado y acompañado toda la vida. Con ellos la distancia y la soledad son más llevaderas. Somos amigos de los libros y amigos de otros a los que les gustan y aprecian a los libros.

Los libros dan sabiduría y te ayudan a comprender muchas cosas y mas aun a muchas personas y sus diferencias y circunstancias. Con la sabiduría y la comprensión que ésta te genera, te haces mas compasivo, mas empático de otros modos de vida y formas de resolver conflictos que no puedes ni imaginarte sin el libro… El libro es camino hacia muchas formas de penetración en mundos y culturas impensables.

El libro te ayuda a ver, a entender, a discernir, a clarificar… mientras lees el libro, el estanque que estaba turbio al principio, se va posando y sedimentando… cada partícula ocupa su lugar en la historia y al final puedes ver el fondo, la profundidad y los objetos que emergen con precisión desde el final de tu lectura… Terminar el libro es ver claro en el estanque de la vida… del libro.

El libro te da sabiduría que a su vez te hace mas comprensivo que a su vez te hace mas compasivo… El libro te ayuda a ver las causas y relacionarlas con consecuencias que no entendías como tales… El libro te acerca a relacionar y a entender, a comprender, a causalizar… El libro te hace científico aunque no hagas experimentos… El libro te hace pensar, coordinar y desarrollar posibles explicaciones… El libro te ayuda para que no cometas esos errores tan infantiles y tan novatos…

En un libro de filosofía zen, se escribió una vez una pregunta formulada por un maestro a su alumno:

Si vas en un carruaje y se para, ¿a quien fustigaras al caballo o al carruaje?...

Yo te planteo… ¿y en vez de fustigar a alguien, por que no te preguntas en averiguar cual es la causa de que se haya detenido el carruaje?

Mira tu entorno, observa y piensa lo que quieras… seguro que alguien ya ha pensado en eso y seguro que se ha escrito un libro que te ayuda en ese tema…

No fustigues al carruaje… lee un libro, ganaras sabiduría y dejarás de hacer tantas tonterías.




Escrito por: Javier Morera

lunes, 11 de mayo de 2020

NO CIERRES EL LIBRO DE TU VIDA


Una de las características importantes de los que leemos habitualmente y con placer los libros, es que tenemos una cierta capacidad para “meternos” en el libro. Primero lo analizamos desde cierta distancia… Luego nos introducimos en sus tramas… vemos a sus personajes, relacionamos las escenas y pronto empezamos a sospechar, a presentir lo que puede ocurrir…

Desde este momento, ya no hay libro frente a lector… ya no hay autor y personaje… ya no hay letras ni palabras, ni hojas ni capítulos… Estas ahí…

Leemos con el intelecto pero vivimos las historias leídas con las emociones… El automatismo de nuestra capacidad lectora nos sumerge en una para-realidad que ni es el libro ni nuestra vida… está entre medio… en una zona de la conciencia muy curiosa y extraña…
Por eso el libro nos atrapa… nos gusta…

Por eso lo preferimos a la película… donde todo esta “controlado”…
Por eso algunos temas tristes o depresivos no deben leerse en estas crisis que ahora vivimos y que seguro nos van afectando…

Como ya hemos escrito en otros momentos, también el libro nos lee. El texto nos afecta y nos lanza sus decisiones (lo que nos afecta) modificándonos y alterando pequeñas concepciones que al final pueden provocar resultados diferentes en nuestra estructura cognitiva, emocional, personal.

Y entonces aparece esa curiosa inflexión de la conciencia sobre la realidad y que llamamos fantasía… empezamos el juego de “si hubiera sabido éste lo que le esperaba”… “si hubiera dicho antes lo que le podía ocurrir”… “si no hubiera”… “si se hubiera dado cuenta a tiempo”…

Como niños, jugamos al “como si”…

Pero el libro esta cerrado. Esta escrito y publicado. Es un todo… completo y terminado. Como casi todo. No hay otra solución. Te guste o no te guste. Lo lees o no lo lees. Lo entiendes o no lo entiendes. Lo aceptas o no lo aceptas.

Analiza todo lo que quieras. El libro es así.

Dicen los padres inmaduros a sus niños; “todo tiene solución… ya compraremos otro, ya lo pegaremos, ya vendremos otro día”…
Cierra el libro. Decide sobre tus gustos. No cambiara el libro. Puedes cambiar tu que no estas cerrado todavía…

Observa el tiempo atmosférico. Puedes estudiar la predicción. Puedes salir a la calle con paraguas o con sombrilla… Pero no puedes cambiar el tiempo… Salir o no salir… El tiempo esta cerrado… Tú decides.

Puedes estudiar las pendientes y estadísticas de contagios del mal que nos acosa, el Coronavirus… Puedes comparar por ciudades, regiones, países, continentes… Puedes salir o no salir…

Si te contagias, si enfermas, si mueres se cierra tu libro…

La vida sigue, el tiempo sigue, los libros siguen, los virus siguen…




Escrito por: Javier Morera

martes, 5 de mayo de 2020

PALABRAS SEMILLA


En estos días que seguimos viviendo en confinamiento para impedir la excesiva propagación y contagio de esos virus que nos han atacado por los caminos mas inesperados de la amistad y compañía… En estos días que tenemos algo mas de tiempo para leer y para pensar… ya que haremos algo menos de ejercicio y trabajo… En estos días podemos reflexionar sobre abstractos que no nos dedicamos a analizar en otros momentos de la agitada y veloz existencia en la que andamos metidos casi siempre…

Os invito a reflexionar sobre la importancia de las palabras… la maravillosa presencia y permanencia del lenguaje… lo que ganó la humanidad cuando inició el largo camino de fijar en “sonidos” toda su necesidad de conocer, comunicar, guardar el mundo que la experiencia le permitía bautizar y recordar…

Hoy ya no sabemos si el humano creo al lenguaje o es la adquisición del lenguaje y sus capacidades organizativas y de pensamiento, la que nos hizo humanos y hábiles frente a otras especies…

La palabra es semilla de comunicación, de pensamientos, de ideas…
Sembrar palabras es hablar, escribir, crear mundos de conceptos y transmitirlos por diferentes medios a distintas personas donde fructificaran en sus pensamientos y otras palabras…

Un libro es un gran almacén de palabras, ordenadas, encadenadas, uniformadas y simbolizadas en los contextos semánticos que entre ellas mismas se crean…

Leer un libro es cosechar esa siembra, recoger el fruto, conocer y valorar los contenidos, los conceptos, los pensamientos, las ideas… que nos llevan a comprensiones, a emociones, a vivencias… de aquel que quiso regalárnoslas en sus palabras…

Un libro es como una nave que cruza el tiempo y el espacio, trascendiendo a nuestros órdenes tan etéreos… tan frágiles de vidas y distancias…

Un libro es una arquitectura de signos que llevan significados por ellos mismos y en relación a sus sistemas de organización y estructura…

Un libro es un mensaje…

En el libro hay muchos mensajes y tu al leerlo eliges alguno que necesitas para tu momento…

Desde la Biblia hasta el diario de un joven… Un libro siempre es un tesoro que está esperando a que tú lo abras, lo leas, lo coseches…
En estos días y siempre, es bueno leer un libro… cosechar palabras que fueron plantadas para ti.



Escrito por: Javier  Morera