En la película que también tratamos esta
semana en nuestras tertulias… “EN SOLITARIO”… nos encontramos con una obra que
es todo un símbolo… El mar… de dudas y dificultades que es la vida… una regata
como metáfora de ese recorrido nuestro por el mundo… la vuelta … que dura 80
dias… personas que te ayudan y personas a las que tienes que ayudar… unos
puntos de referencia… unas reglas… tormentas e instrumentos… habilidades…
experiencia… capacidad… pero solo, siempre solo…
Y te llega el momento de la decisión…
alguien te complica la “travesía”, pueden descalificarte, incumples la norma…
dejas el frente por ayudar a un enemigo… ¿Qué te importan los otros?
¡Toma decisiones por ti, para ti….!
Solo, siempre solo…
Encubre, tapa, disimula, trampea…
O simplemente asume tu decisión…
¿Valores?...
Solo, siempre solo…
Al final te queda ese gran amigo que se
siente bien contigo, cuando le tienes en cuenta… con el que siempre discutes
tanto… TU y tu conciencia…
Solo, siempre solo…
Una buena película… aunque la veas solo…
Escrito por: Javier Morera
1 comentario:
Y en ese viaje por el mar de nuestras vidas, a cuantos nos pasa como a Phileas Fogg, ¡cuántas islas, tierras, maravillas y gentes maravillosas dejamos pasar de largo! Porque hay que correr, no perder el tiempo y, a ser posible, ganar. Si se llega a la cima, da igual no detenerse en el bosque de hayas; si se aprueban los exámenes y te dan el título, poco importa lo que aprendas y las "chuletas" de que te sirvas; si se ha ganado la guerra, Hirosima y Nagasaki, de cuyo bombardeo recordamos estos días el 70 aniversario, son solo un daño colateral...
En fin, menos mal que, unos pocos, aún conciben la vida como algo más que el tablero del "juego de la oca" y, además de tirar cuando "le toca" para ganar al resto de fichas, hace como aquel que, en la dura carrera a través del desierto, se detiene para ayudar a su contrincante atrapado en las arenas movedizas... como aquellos que, lejos de buscar quien publique sus brillantes ideas, se detiene a darles forma en un blogg donde compartirlas con quien aún tenga tiempo, en su carrera, para detener su barco y leerlas, si no son "de esa clase de ingleses que hacen visitar a sus criados los países que atraviesan". El jinete y el escritor, igual que el protagonista de "En solitario", viran su rumbo y sortean la meta para alcanzar la suya propia como seres humanos, renunciando a la meta de ficha de tablero. Un placer leerte.
Frank T. Hopkins.
Publicar un comentario