Me siento bien… cuando muchas
personas que conozco y quiero están “juntas y unidas” ayudándose para pasar
esta situación tan especial. Y me preguntan y se ofrecen para ayudar o para
acompañar en posibles momentos difíciles y solitarios como los que estamos
pasando por la pandemia vírica.
Me siento bien… cuando me
entero de que muchas personas que solo son trabajadores y profesionales siguen
cumpliendo con sus deberes y vocaciones incluso mas allá de sus obligaciones,
para ayudar y colaborar en esta crisis.
Me siento bien cuando mis
comunidades, mis regiones, mis responsables, mis encargados de lo publico y de
lo político se dedican a prevenir, a proteger, a resolver lo humano y lo
personal… la salud y la vida de las personas que es lo primero y principal en
esta absurda cultura de ganancias y ocios… de competiciones y banderas…
Me siento bien, vencedor,
exitoso, triunfante… no por ganar una copa a patadas, no por tener el avión más
rápido o más grande, no por ganar el festival de Eurovisión, no por que gane la
Bolsa… Sino por ver como nos arriesgamos para ayudar más y antes a más
población y más débil.
Me siento bien por pertenecer
al equipo de los que entrenamos y arriesgamos para vivir, para ayudar, para
curar, para compartir…
Como esto es un blog de
literatura, no quiero que penséis que ahora estoy formando una secta o una facción
religiosa… Quiero citar un libro: “EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO”. De Víctor
Frankl, en el que este autor, austriaco de 1905, nos cuenta algo de su vida…
Estudió medicina, neurología, psiquiatría… pero era judío… fue prisionero de
cuatro campos de exterminio… perdió a toda su familia… se salvo milagrosamente
después de varias situaciones de crisis de muerte… y tras la liberación, no
solo pudo continuar con su vida y trabajo hasta 1997 sino que además escribió y
dio origen a toda una forma magnifica de hacer terapia que llamamos: Logoterapia.
Frankl tuvo que luchar para
sobrevivir y para ayudar a vivir a muchos compañeros de infortunio… tuvo que
encontrar un sentido a su vida en ese horror y después un sentido a su “haber
sobrevivido”… y lo encontró… y nos dejó ese estupendo legado para que otros
pudiéramos conocerle, imitarle y ayudarnos a superar las crisis que sufrimos
como inevitables.
Nosotros tenemos una ventaja, lo
que nos ocurre es una situación de la naturaleza, de la propia vida y no hay
enemigo que nos lo imponga ni “Solución Final” para eliminarnos… Pero aun así,
no todos han apostado por la vida y la humanidad… Algunos priorizan en la
economía, en el trabajo, en la soberanía del imperio….
En una situación tan delicada
como la que pasamos, leer a Víctor Frankl y como hizo él, buscar sentido a
nuestra existencia que no sea la ganancia, el poder, el espectáculo, el placer…
te
hace sentirte bien…
Escrito por: Javier Morera
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