Estamos pasando una situación
extraña. La mayoría de nosotros, en los países europeos, no habíamos vivido una
crisis de “alarma” y de peligro como esta. No habíamos vivido una guerra ni una
emergencia natural tan acuciante ni tan larga.
En general, solo por noticias o
informaciones conocemos y comprendemos los problemas que otros sufren o han
padecido, en distancias geográficas o incluso temporales.
Ahora nos toca vivirla.
Situación difícil donde muchas actividades normales se ven suspendidas aun sin
ser afectado por la enfermedad… Dar un paseo, asistir a reuniones, visitas,
clases, deportes… todo se ha suspendido.
Nos afecta a las relaciones
personales y familiares, sociales y académicas, de ocio y placer… Nos aísla…
Nos asusta, nos empobrece y nos enferma…
Se disparan las comunicaciones
por los medios no presenciales, todos se conectan a lo virtual… Se abusa de películas y otras maneras del
ocio y la diversión informática… individual…
¡Se
recomiendan lecturas!
Nosotros los lectores asiduos,
de siempre, los grandes devoradores de libros… observamos como ahora “todos
leen”… Las empresas comerciales de libros nos ofrecen sus grandes éxitos y
prestigiosas “marcas” liberan sus “paquetes” de material negociable para que
puedan ser ayudas en el tiempo de “cuarentena”… y paliar el asilamiento
obligado…
¡Todo esto esta bien
intencionado!
¡Todo nos puede servir!
¡Todo es de agradecer!
El único inconveniente es que
se lee bien cuando estas bien… relajado y sin problemas… No es fácil empezar
con Dickens o Dostoievski cuando el miedo y la preocupación por amigos y
familiares te están coartando tu libertad y tranquilidad.
Nosotros, los que leemos de
continuo, ahora leemos menos… Nos preocupamos más por noticias y pequeñas
labores de ayuda o amistad… Para leer bien es necesario estar sin grandes
problemas, sin ansiedad, sin miedos, sin amenazas que coarten tu tranquilidad
de espíritu…
No es fácil leer para estar
bien… Y menos para los que no tienen esa costumbre que no es la más común en
estas culturas de tanta conversación y “charrada”…
Esperamos poder ir superando
esta difícil situación y cuando estemos bien, leeremos con ese placer de hacer
lo que te complace en tu tranquilidad vital y existencial…
Pero cuando estemos bien, la mayoría
volverá a hacinarse en medios de transporte para ir a ver como unos cuantos se
dedican a “luchar” contra otros en un gran estadio… o a bañarse en los “caldos”
de miles de personas sudando y con bronceador…
Escrito por: Javier Morera
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