sábado, 6 de abril de 2019

SEGUIR NADANDO EN LA CHARCA


Esta semana, primera de abril, hemos retomado en nuestra tertulia del jueves, el cuento clásico, que llamamos de siempre. Como el día 2 se cumplían los 214 años del nacimiento de Hans Christian Andersen, le rendimos el debido homenaje con uno de sus más famosos y mejores cuentos: El Patito Feo, publicado en 1843, y no para niños.

Otra vez nos lo leímos y pensamos en sus múltiples simbolismos y aplicaciones en nuestras vidas, tanto cuando somos pequeños, torpes y desvalidos frente a los hábiles y engreídos “mayores”, como en esas otras situaciones que caemos en nidos o charcas en las que ya todos son expertos en “hacernos sentir” torpes e indefensos… como nos ocurre en el Instituto, en la Universidad, en los trabajos, en los gimnasios…

Otra vez salieron los datos biográficos y psicosomáticos de Andersen que le llevaron a ser un patito feo en la infancia y en mas momentos y lugares… Tanto que le llevó a escribir su biografía con el titulo de este cuento…

Otra vez sonreímos al encontrarnos con el espejo de este cuento y reconocernos como pobres y solitarios patitos feos que deben emigrar para intentar ser ellos… para encontrarse con sus verdaderos iguales que son los cisnes… Otra vez nos reconocimos y reflexionamos sobre una sociedad y una educación que aun podrían ser mejores y ayudar mas a aceptar y valorar esas diferencias entre nosotros…

Otra vez comentamos la gran cantidad de aprendizajes psicológicos y sociales que este y otros cuentos encierran… Y lo condensado y simple que viene recogido en esa semilla que es el cuento…

Otra vez lamentamos que los adultos, los padres o simplemente los inteligentes ciudadanos no dediquen algo de su valioso tiempo para oír y reflexionar sobre este cuento, sobre estos temas, sobre lo complicado que es vivir en una sociedad donde lo que se valora es “ser” como los demás, hacer lo mismo, decir lo mismo, pensar lo mismo… o mejor aun… pensar como los demás… Nada… y seguir nadando en la charca con los otros patos…




Escrito por: Javier Morera

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