Cuando lees la estupenda
tragedia de Esquilo que tituló Agamenón,
y que es la primera de esa trilogía que llamamos Orestiada, te encuentras enfrentado a la versión Homérica de ese
personaje en la Iliada.
El Agamenón de Esquilo es un
rey que ha podido ser valiente y triunfador en la guerra y saqueo de Troya por
los griegos, pero no demuestra la madurez y la inteligencia perspicaz de un guerrero
y buen estratega que sepa atacar y guardar los flancos y la espalda…
Esquilo, en su tragedia, nos
muestra un Agamenón, arrogante, vanidoso, triunfante y engreído… que no ha pensado
las posibles y más que certeras intrigas que se han tramado en su casa y en su
trono durante los diez años de campaña troyana… Agamenón no se ha preocupado
del efecto tan enojoso que provocó el sacrificio de Ifigenia para propiciar los
vientos al ejército aqueo… Agamenón no repara en los posibles desajustes que se
van a propiciar cuando se presente en Micenas sin sus soldados ya perdidos por
guerra o por navegación… Tampoco se previene de la repuesta que su esposa,
Clitemnestra le puede increpar por traer una concubina que es la joven y bella
princesa Casandra de Troya, como botín, raptada y violada en la guerra.
En fin Agamenón, o el Agamenón
de Esquilo, se nos presenta como un simple egocéntrico, petulante y ególatra
que da por buena toda la admiración y adulaciones que le brinden… y pisa la
alfombra roja, reservada a los dioses… y entra en palacio, y se desnuda de
escoltas y armas… y cae en una trampa tan sencilla que nunca debería haber sido
la tumba de un hábil guerrero y experto caudillo curtido en mil ardides de
trono y guerra…
Agamenón, el de Esquilo, era un
melón…
Me lo imagino de negro cuero,
bajando de una moto ruidosa y con pelos y barbas canas y largos… llevando de
paquete una pobre “colgada” y “fumada” que no tiene a donde ir y que podría ser
su nieta…oliendo a cerveza y tabaco… sucio y con sus gafas oscuras… chuleando y
atronando… ya que como todos los petulantes tiene que presumir de lo que no es…
y muere como todos ellos, ya que alguien menos fuerte, pero mas inteligente le
prepara una celada entre los endebles hilos de su propia vanidad.
Bueno esta es mi opinión, en el
campo de Agamenón, Homero 1, Esquilo 2… seguiremos la liga de campeones…
Escrito por: Javier Morera
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