domingo, 17 de febrero de 2019

SUEÑOS, SOLEDAD, ESPERA


Hoy, 17 de Febrero de 2019, se cumplen 183 años del nacimiento de Gustavo Adolfo Bécquer… Si, como el año pasado, en este blog… como el anterior… si quieres releer, si recuerdas… le dedicamos un articulo a este carismático romántico tardío, que ha permanecido en las memorias populares mas que otros y sigue siendo recordado por algunos como el que esto escribe…
Ya le hemos dedicado una sesión a algunos de sus escritos y poesías y aun le revolveremos entre nuestras conversaciones y citas algunas veces mas, como cada año, como todos los años… Como el final de la Rima IV…

Mientras haya unos ojos que reflejen
los ojos que los miran,
mientras responda el labio suspirando
al labio que suspira,
mientras sentirse puedan en un beso
dos almas confundidas,
mientras exista una mujer hermosa,
¡habrá poesía!

Con tres palabras, tres conceptos, tres condensaciones de actitudes y sentimientos, quiero recordar hoy a mi admirado Gustavo…
Sueños… una palabra preciosa, que aparece y reaparece en los escritos del poeta sevillano…Hay leyendas que son sueños, hay rimas que se sueñan… Gustavo era un soñador… músico, pintor, escritor, poeta que soñó con ser un hombre perfecto, un amante total, un escritor, un arqueólogo, un narrador de la belleza humana y de la vida buena de las personas buenas… soñó como deseo, soñó como ilusión, soñó como enamorado y especialmente soñó con encontrar a la mujer ideal que solo y siempre soñara con él…
Soledad… la gran amiga de Bécquer… el fantasma que le persigue… la enfermedad que le consume… la plaga del enfermo… la epidemia del romántico… la lepra y el cáncer para un corazón tierno y enamorado, lírico e inmaduro… enfermo y apasionado por la vida y el amor… También la soledad le sale por todos sus escritos… por sus rimas… por sus leyendas y lo peor… se le agarra en la vida… hasta su muerte…
Espera… bonita palabra… la hija de la Esperanza, la hermana sensata de la ilusión, prima cercana a la Confianza, pero amiga del aburrimiento… la medicina para sus males, la terapia de uno y otro fracaso… Sigue… Continúa… Espera y sigue esperando… se mantiene, reinicia viajes y rehace rimas… vuelve a soñar Veruela, vuelve a soñar un Toledo de amores y encuentros nostálgicos… siempre esperando a su ideal, a sus amores… a ser querido… hasta que en aquel otoño de 1870… sin su hermano, sin su fuerza… le abandonan los sueños… le atrapa la soledad… quema sus intimidades… desespera… trasciende… (final de la Rima LXI)

¿Quién, en fin, al otro día,
cuando el sol vuelva a brillar,
de que pasé por el mundo,
¿quién se acordará?




Escrito por: Javier Morera

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